[Obra creada en dúo por @Violet-Link & Pavlopp ]
Un trofeo en el mar.
-Hace unos años, cuando Vio y tú eran aún más pequeños...- Prosiguió Thomas.
Mientras los jóvenes aventureros guardaban silencio denotando en sus ojos la profunda emoción de oír una nueva historia.
En aquél tiempo, el trabajo en el bar se había incrementado en demasía cuando nuevos buques pirata desembarcaron en Clover después de alguna aventura en altamar, todos en el pueblo sabían que la llegada de piratas hasta su lugar natal era siempre motivo de ingresos pero también de contiendas, destrozos y todo tipo de riña entre ellos y algún otro forastero que pisaba tierra en la taberna.
Para Thomas, la llegada de aquellos nuevos consumidores culminaba siempre en grandes ganancias y destrozos pero que de alguna forma colmaban a su familia de buenos ingresos para su día a día.
Una noche como las demás, al abrir la taberna, el hombre se dedicaba a preparar el vino cuando de repente las puertas de entrada fueron abiertas de par en par y en ese momento, una congregación de personas ingresó al lugar, personas que por su aspecto rudo, desaliñado y sucio, denotaron enseguida su procedencia.
Aquellos hombres que portaban atuendos desgastados y maltratados, con una gran espada terminada en una encurvada punta atada a la cintura, ostentosos sombreros sobre sus cabezas, y aretes de todo tipo ingresaron al lugar casi atropellando todo a su paso.
Eran sin lugar a dudas, los detestados y temidos piratas que desembarcaban en el pequeño pueblo de Clover en busca de reabastecimiento.
Ni bien habían arribado a la taberna, éstos comenzaron a causar riñas entre ellos y los demás clientes hasta el punto de que una confrontación a golpes no había tardado en llegar y, haciendo honor a su atemorizante bandera, aquellos hombres pronto comenzaron a causar estragos aún más fuertes, destrozando mesas, quebrando botellas, lanzando cuadros al suelo y golpeando a cualquier hombre que se cruzase en su camino, al parecer, esa era su forma de anunciar su llegada.
La conducta poco agradable de aquellos hombres pronto hizo que Thomas comenzara a impacientarse pues, sin ayuda y sin poder distinguir al capitán de aquella tripulación para que apacientara a los mismos, los estragos sin aparente causa al parecer destrozarían su pobre taberna.
Hasta que de pronto, en medio de la riña pirata y el polvo levantado, un hombre de aspecto fornido y pelo erizado, vestido elegantemente con ropajes que se asemejarían a un capitán de una flota española ingresó a la taberna evitando la riña y se situó justo frente a la barra, pidiendo un trago sin dudar.
-¿No eres de por aquí verdad?.- Thomas decidió romper el silencio con temor.
Y sin perder tiempo, el hombre había preparado el trago, colocándolo frente al forastero quién se disponía a beberlo cuando, inesperadamente aquella botella de sus manos fué arrebatada por uno de los hombres que se presumía, era pirata.
-El vino no es para enclenques como tú.- El bandido alzó la voz.
Pero con la calma y valor que caracterizan a un soldado, el hombre español símplemente evitó a aquél pirata, solicitando otro trago, mientras el aterrorizado tabernero no podía siquiera despegar la vista de la larga y enfundada espada que colgaba de la cintura de aquél hombre vestido con ropajes elegantes.
Para cuando Thomas regresó con otra botella, la misma fué de vuelta, arrebatada a manos del pirata que con una cínica sonrisa surcando su sucio y maltratado rostro, hicieron que la paciencia del hombre de blanco se agotara como hoja que se lleva al viento.
El tabernero, sabiendo que corría peligro manteníendose cerca, se alejó unos pasos más tras la barra presintiendo que al parecer una nueva riña daría inicio.
Y tal como presentía, así fué.
De un fugaz golpe, la espada que colgaba de la cintura del hombre español, fué desenfundada y colocada sobre el cuello del pirata antes de que siquiera éste pudiera reaccionar, aquella hazaña sin duda atrajo la atención de la multitud pues por un breve periodo de tiempo la atención de todos se había enfocado en el hombre de blanco quién valientemente alzaba su espada contra el molesto pirata.
Sin embargo con su espíritu de lucha, el hombre de aspecto sucio no tardó en quitarse de en medio desenfundando su espada por igual, apuntando con el curvilíneo filo de la misma hacia el hombre español.
Y sin perder tiempo, atacó.
El pirata se avalanzó hacia el hombre de blanco con la espada en manos procurando hacer una estocada al pecho contrario más fué detenido por la espada del rival antes de que cumpliese con su cometido.
Pero haciendo honor a su cobarde e inmoral reputación, el pirata respondió con una patada fijada justo en el vientre de su rival que lo había hecho flaquear mientras se alejaba, y sin darle siquiera tiempo de reaccionar, el sucio hombre nuevamente se lanzó a su adversario con un corte limpio de izquierda a derecha.
Más en ese momento, un fuerte golpe seco se dejó oír en medio de la pelea.
Ninguno se explicaba siquiera qué había pasado, pues todo aquello culminó en un fugaz golpe mientras el ganador se alzaba de pié y el perdedor ahora yacía en el suelo, inconsciente.
No quedaba la menor duda, el hombre de blanco, había resultado vencedor.
Segundos después de que el español recibiese aquella patada en su vientre, había retrocedido quizá por el dolor, el miedo o simple estrategia, sin embargo creyendo hallarse en ventaja, el pirata pronto avanzó acortando la distancia entre ambos en lo que supondría la muerte de aquél forastero más este, esquivando aquella estocada pirata dando media vuelta, había golpeado al hombre sucio con el dorso de su espada sin filo, en un golpe limpio justo en la nuca de su atacante.
Y ante el inesperado golpe, el pirata cayó.
Y todos los que lo acompañaban, acabaron quietos y en silencio.
-Tenga, esto cubrirá los daños.- El vencedor que desde su llegada había guardado silencio, habló.
Extrayendo y lanzando del interior de su chaqueta, una desconocida botella hacia Thomas, cuando este aún se hallaba boquiabierto después de aquella escena.
-Lo encontré en el interior de un barco maquiavélico del que preferiría no hablar ni mucho menos volver a él aunque me pagasen mil doblones, esa botella es el resultado de mi incansable investigación, ábrala cuando se sienta seguro de querer iniciarse en una aventura.- Respondió el hombre español.
Mientras enfundaba de vuelta su espada pasando sobre aquél pirata y la multitud, dirigiéndose hacia la salida donde se detuvo de manera inesperada dejando al pobre tabernero con aquella misteriosa botella en manos.
-Lamento los destrozos..- Fué lo último que dijo.
Para luego desaparecer, oculto por la inmensa oscuridad que reinaba en el exterior, al cruzar las puertas de entrada.
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Almas del mar
AdventureEn un mundo donde la Era de la Piratería está en su auge máximo, dos jóvenes se embarcan en busca de aventuras en el basto mar azul con el que soñaban noche tras noche. Iniciando gracias a un pequeño mapa en una botella que oculta un gran secreto so...