En la portada del diario de la ciudad de Miranda aparecía sobre el crimen de Mario Fernete, uno de la parte alta del pueblo, era uno de los hombres con más poder en el pueblo.
A los tres dias aparecio que el criminal había sido un hombre al que llamaban El lobo. La policía de la ciudad no tardó en caer a su casa pero él no estaba allí ni en ningún lugar de la ciudad.
En los siguientes 9 días no pasó nada, la calma volvió al pueblo. Pero al décimo la portada del diario estaba llena de crímenes. Ahora habían asesinado a 2 milicos. Más tarde descubrieron que había sido un pibe de la parte baja del pueblo, lo llamaban el gato. Lo buscaron en todos los lugares donde decían haberlo visto por última vez, pero no lo encontraron. Como antes la paz volvió al pueblo durante 9 días, pero en el décimo... Un cenador daba su discurso en la plaza central, “tranquilos todos, ya atraparan a los asesinos, siempre lo hacen, estos locos no tienen alma, son unos desgraciados sin corazón ni cerebro, por eso los colgaremos aquí en la plaza donde todos puedan verlos y aquí mismo los fusilaremos en...” no pudo hablar más, tras un grito entre la multitud de horror una bala destrozó el rostro del senador, luego otra voló hacia su corazón quitándole la vida, el tercer disparo fue para el diputado Martiniabo que estaba entre la multitud y que trataba de huir. La muchacha de pelaje oscuro y ojos profundos como fosas se abrió paso entre la multitud y escapó rápidamente.
Pero el asesinato no estaba completo, más tarde la policía que iba de casa en casa preguntando por la asesina que se hacía llamar la araña, golpeó la puerta del presidente. Nadie respondía y ellos insistieron, pero no hubo respuesta de nuevo. Decidieron entrar a la fuerza ya que les preocupaba. Al entrar vieron al presidente sentado en un sillón, pero inclinado sobre él había un muchacho joven que sonreía mientras le hundía de poco un puñal en el pecho. Al verlos el pelirrojo levanto la cabeza y su sonrisa desapareció. Hundió el puñal hasta el fondo del pecho del presidente con velocidad y luego saltó hacia los policías que estaban tardando en reaccionar por la impresión. Cuando llevaron las manos a los revólveres el petirrojo ya estaba sobre ellos y los miraba con ojos de odio. Les quitó las armas y las tiro por la ventana, luego se levantó y corrió mientras gritaba “1 2 3” y luego soltaba una extensa carcajada. Los policías se quedaron sin palabras, estaban vivos! Pero qué extraño... si sus compañeros asesinos no habían dudado hacía 10 días en asesinar a dos militares, porque no lo había hecho ahora también. Más tarde lo entendieron.
En la oscuridad de la noche el tren viajaba en las vías y soltaba vapor por la chimenea. Un lobo aullaba a la brillante luz de la luna que bañaba las praderas y se reflejaba en los charcos, un gato acurrucado junto a un farol en un vagón del tren trataba de calentar su cuerpo con el farol y un petirrojo junto con una araña sentados miraban por la ventana la oscuridad de la noche. Todos sienten ese frío, ese vacío en sus corazones, pero ahora hicieron algo bien en su vida, lo sentían, lo sabían. Y se iban felices con ese sentimiento que les daba un poco de calor al menos en sus frías vidas.
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El tren de los bichos
Short StoryEn la ciudad de Miranda unos asesinos siembran el miedo y la muerte. Pero son asesinos?