My Perfect Hell

Seesaw

Nuevamente he salido de cacería gracias a las noticias que se han dado los últimos días a través de los periódicos locales, me he dado a la tarea de comenzar a investigar la desaparición de tantos niños, llegando a la conclusión de que se trata de brujas, mi arsenal es extenso y esas malditas son realmente rudas, dan buena batalla.

Estaba revisando el perímetro del gran bosque cuando de pronto mi teléfono vibró, lo revisé y al ser un número desconocido no le tomé mayor importancia, el zumbido indicó que un mensaje había llegado, desbloqueé el teléfono y lo que leí fue algo extraño.

Número desconocido.

¡No te acerques!
17:00

Pero que carajo ¿Quién mierda me está dando órdenes a mi? Ha de ser un maldito imbécil que se equivocó de número telefónico, justo ahora cuándo no puedo distraerme.

Bufé y simplemente seguí caminando a hurtadillas, pude ver como un grupo de mujeres bien vestidas entraban a una mansión, claro, no sería sospechoso a no ser que esta en medio de un bosque... Pero... ¿Quién soy yo para juzgar?

Acomodé las mangas de mi gabardina y camine directamente hacia ellas, llevaba un hechizo que me hacía invisible a su vista, así que no habría problema.

Las mujeres bajaron un montón de bultos de una camioneta blanca y los llevaron hacía dentro.

Porque claro, las brujas no eran mujeres espantosas de narices puntiagudas y caras llenas de verrugas, no, eran mujeres de cabello blanquecino y muy guapas, siempre arregladas y con apariencia adinerada por eso se usa la expresión coloquial cuando se mira a una mujer mamona en la calle, se dice: "¡Es una bruja!" Probablemente no es mentira...

Me escabullí dentro de la casa, todas ellas bajaban hasta el sótano donde seguramente estarían las más poderosas.

Una vez infiltrado me escondí detrás de una columna para poder escuchar lo que decían...

— Muy bien Kedward, ¿Encontraron a los niños correctos?

— Almas manchadas a corta edad, Sí.

— Bien... Invoquen a nuestro creador para poder hacer el sacrificio, esperemos que se apiade de nosotras por entregarle tan satisfactoria comida y no nos vaya a destruir también a nosotras...

¿Qué? ¿Destruir con qué? ¿De qué hablaban?

— Bueno mi señora de Salem... Ninguno de los dos tiene a la balanza todavía... Ni el creador, ni los plumíferos...

La bruja más grande y al parecer la que también dirigía a todas las demás se levantó... Sentí mis vellos erizarse al verla tomar a un pequeño del cuello y romperlo como si fuese nada.

Con la sangre del menor hizo unos cuantos símbolos y comenzó a hablar en un lenguaje desconocido, dibujó un pentagrama en el suelo y comenzó a hablar con alguien, no sé quién es, las voces suenan demasiado extrañas, un dialecto aún más antiguo es pronunciado, me molesta no saber que están diciendo, me dirijo hacía la salida cuándo soy arrojado por el aire, esa maldita perra sabe que estoy aquí, al caer solté un gimóteo.

- ¿A dónde crees qué vas guapo?

- Por los condones cariño - Conteste lanzándole un guiño.

Todo el tiempo sintieron mi presencia a pesar de no verme, tengo que mejorar definitivamente este puto hechizo. La bruja me dio un punta pie en las costillas y me saco el aire, por un momento olvide la fuerza que tienen estas zorras, a juzgar por el crujido es probable que me haya fracturado una costilla.