Your emerald look

Capítulo 2

Narrador:

En las profundidades del bosque Niwork, se encontraba un ángel que fue echado del paraíso por haberse revelado ante los dioses, como decían los humanos, se encontraba caminando por lo más oscuro del bosque, tenía unas grandes alas color negro, se podía escuchar cómo se arrastraban en la fría nieve, su cabeza se encontraban unos cuernos del mismo color que sus alas, adornaban su cabeza que se intentaban cubrían por una gran capa color carmesí, pero lo que más destacaba, eran unos hermosos ojos color esmeralda

Su nombre era Lilith, tiene la capacidad de matar cualquier cosa con tan solo tocarla, pero también tenía el poder de curar a cualquier persona con sus lágrimas, pero eso ya no era posible, no podía dar una sola lágrima, no podía expresar ningún sentimientos hace mucho tiempo, ya no podía.

Cada noche de invierno, siempre iba al pequeño pueblo, cerca del bosque, siempre se escondía entre la oscuridad de las casas y los árboles, jamás se dejaba ver, pero, ¿Por qué iba al pueblo?, simple, le gustaba escuchar las historias que contaban los humanos, incluso algunas le parecían divertidas, pero, una de ellas hablaba de su historia, siempre escuchaba que se había revelado ante los Dioses y que fue echada del paraíso y para demostrar su deshonra por haberlos traicionados, le crecieron unos cuernos en su cabeza y sus alas habían cambiado de color, de un plateado brillante, poco a poco se convertían en un color negro como la noche y pasea en el bosque para poder encontrar a sus próxima víctimas, poder ocupar sus poderes, estrangularlos y beber sus sangre.

Pov. Lilith

Cada vez que escuchaba mi historia, siempre venían a mi mente recuerdos muy amargos, cada vez que intentaba olvidarlos, siempre regresaban, quisiera poder sacar aquellas ganas de llorar que siempre me atormentaban, pero, simplemente no podía sacar este dolor, tenía que aguantarlo en cada momento.

Hace tiempo

Cuando estaba en el paraíso, siempre tenía dudas de cómo era el mundo humano, cada vez que intentaba olvidarlo, mis dudas crecían más y más, simplemente no podía sacármelo de la cabeza, recuerdo que le habían dicho a algunas personas, siempre me decían las mismas respuestas, ¨olvídalo mejor ¨ o también ¨será mejor que olvides eso o vas a meter la pata¨ y más cosas mientras me miraban con ojos de preocupación, intentaban ocultarlo, pero no podían.

Siempre me decían que estaba prohibido ir a ese lugar, la razón fue hace mucho tiempo, hubo una guerra entre los ángeles y demonios, aunque hubo muchos que habían perdido la vida, los ángeles habían ganado, por ello, los dioses habían desterrado a los demonios a un lugar llamado ¨inframundo¨, cuando los dioses habían desterrado a los demonios, unos de los dioses llamados Téotl, había dicho lo siguiente, ¨los echaremos en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes¨, para luego después apareciera llamas de fuego por todos lados, mientras los dioses se marchaban, los demonios sufrían de dolor.

Se dice que algunos demonios habían escapado del inframundo con ayuda de Satanás, el rey del infierno, como lo había apodado, van disfrazados de personas humanas para que nadie las descubran, dicen que hay una forma de identificar a uno de ellos, si ven unos ojos color rojo carmesí, las pupilas muy contraídas y no tienen brillo en la mirada, eso significaba que era un demonio, pero nadie sabe si es eso cierto del todo, ya que nadie ha salido de aquí.

Hay una gran puerta color dorado que separan ambos mundos, siempre esa puerta está cerrada, solamente cuando es una noche oscura de invierno, con la luna llena como única luz, es cuando la puerta es abierta hasta el nuevo día, hay se cierra la puerta y jamás se abre, hasta una nueva noche de invierno, esta noche, iba a intentar en poder cruzar la puerta y ver el mundo humano, realmente quería quitarme la duda que tenía encima, era esta mi única oportunidad, la tomaba o la dejaba.