Confundido

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Capítulo II

Confundido

¿Se han enamorado? ¿Creen en el amor? ¿Saben que se siente amar y ser amado?
Yo no lo sé y es lo que más deseo en la vida, enamorarme, amar, que me amen, hacer feliz a alguien y que ese mismo me haga feliz a mi, compartir momentos juntos, pelearnos y reconciliarnos. Siempre he deseado saber qué se siente todo eso a lo que llaman amor y no es que esté hambriento del mismo pero...24 años han pasado y aquí sigo en busca de amar y ser correspondido.

-Joven, disculpe ¿A dónde vamos?- decía el taxista con cara de preocupación, me había subido al taxi e iba tan metido en mis pensamientos que había olvidado darle la dirección. -Sigase derecho y tome la ruta rumbo a Palmillas- le dije con voz entrecortada y a punto de soltar en llanto.
El taxista se había dado cuenta que mi rostro se estaba sumergiendo en una profunda tristeza, o al menos eso pienso porque no me dijo nada en todo el trayecto. Yo estaba perdido en el mar turbio de palabras que me habían dicho instantes antes, no podía creer lo que había pasado, me sentía humillado y utilizado.
En un abrir y cerrar de ojos había pasado de la ilusión al desamor ¿Como era eso posible? ¿Que había hecho mal?
De repente llega un mensaje a mi celular y ví que era de Josué y decía:

Josué:
Muchas gracias por el día de hoy BB, me la pasé muy bien y espero que se repita pronto.
Buenas noches! 🤗

Era la gota que faltaba para derramar en lágrimas, comencé a llorar porque me habían hecho sentir como basura, eran tantos sentimientos en una noche que no sabía cómo lidiar con todo. -Deténgase aquí- le dije al taxista, se orilló, abrí la puerta del taxi y salí para respirar mejor y tratar de tranquilizarme, sentía que me asfixiaba, era la rabia, el coraje, la impotencia, la confusión y lo peor es que vivía en una mentira y no podía gritarle al mundo cuánto me dolía eso que sentía. Subí al taxi nuevamente, el taxista me miró y me dijo seis palabras que nunca voy a olvidar: Tranquilo todo va a estar bien.

Llegué a casa y mi madre me estaba esperando como de costumbre en la sala mientras veía la televisión, de inmediato me preguntó; ¿Qué tal te fue? ¿Qué dicen tus amigos? ¿Te divertiste?
Era lo que me faltaba, olvidé que le había mentido a mi madre, otro problema más, yo tenía tantas cosas en la cabeza que no podía ponerme a inventar situaciones que no habían pasado. -Bien me fue bien, ya sabes, todos han cambiado últimamente, ya mañana te cuento- fue lo que le decía mientras trataba de controlarme emocionalmente y me metía a mi recámara, quería gritar y llorar, quería que mi madre me abrazara por un momento, me consolara y me dijera que todo iba a estar bien, pero no podía porque vivía en una mentira, porque ella no sabía que yo era homosexual y yo sabía que no iba a tomar la noticia con júbilo, era un tema que tenía que enfrentar con ella pero sería más adelante o al menos cuando tratara de calmarme.

Pero ¿Qué había pasado para que yo estuviera así?
Yo había invitado a Josué al cine como amigos, le había pagado absolutamente todo, nos besamos y ese se convertiría en mi primer beso gay, habíamos tenido un faje y al final de esa noche él dijo palabras equivocadas, yo sentí que había contratado a un prostituto y le había pagado por un mal faje, habían jugado conmigo en 6 horas, yo era nuevo en todo eso y no sabía cómo canalizar cada sentimiento que brotaba en mi persona. Por eso estaba con tantos sentimientos encima, no sabía cómo lidiar con todo eso.

Mi madre me invitaba a sentarme con ella a ver la televisión y yo simplemente no podía ni estar cerca de ella, cuando me miraba sentía que sabía algo, sentía que en algún momento iba a descubrir mi mentira, me estaban dando ataques de pánico y ansiedad, necesitaba tranquilizarme un poco más, caray no había pasado nada malo, no había matado a nadie pero me sentía la peor basura del mundo.
Me senté con ella a ver la televisión y platicamos de algunos problemas que se habían suscitado con la familia y al parecer ella había olvidado la salida con mis “amigos”, al menos podía descansar un momento de tanto pensamiento absurdo. En toda su plática yo estuve como en piloto automático mientras ella hablaba sin parar.

Ya acostado en mi cama me puse a acomodar los pensamientos, poco a poco empezaba a calmarme y analizando mejor las cosas me había dado cuenta que no todo estaba tan mal, yo era el exagerado que había hecho una tormenta en un vaso con agua, prácticamente yo le había pagado todo a Josué y había sido mi gusto, lo medio disfruté en el momento, me lo fajé y ahí se había acabado todo. En 5 minutos había dado carpetazo a ese asunto, me había contratado un prostituto y colorín colorado este cuento se había empeorado, me estaba convertido en lo que siempre había odiado, empezaba a pensar de forma tajante y cruel pero era la única forma que tenía en ese momento para solucionar ese asunto, desgraciadamente quedaba la mentira con mi madre.

La relación con ella ha sido increíble, siempre me ha dado la oportunidad de que le cuente las cosas y aunque a veces me regaña, siempre me escucha y sabe darme buenos consejos. Mentirle a mi madre no es algo que haga, le he contado todo aunque se enoje yo nunca le oculto nada, ella tenía que saber que yo era homosexual pero no encontraba una forma de decirle, su carácter es muy fuerte, cuando se enoja parece que es Satán en cuerpo y alma y yo tenía miedo de su reacción, aunque sabía que lo peor que me podía pasar es que me corriera de la casa, situación que me iba a doler pero que iba a enfrentar de todos modos.

En 24 años me había mantenido en el clóset, solo mi mejor amigo sabía que yo era gay porque en una borrachera en Six Flags se lo había confesado llorando como en un cliché de comedia romántica, nadie más sabía.
Me di cuenta que algo andaba mal conmigo cuando a los 14 años Zac Efron me provocaba mis primeras erecciones, verlo bailar y cantar en High School Musical me excitaba tanto, verle los vellos de las axilas era material para mis sueños eróticos. Por allá del 2006 el internet no estaba al alcance de todos, ver contenidos pornográficos no era fácil para nadie y es por eso mismo que Zac Efron era material para mis primeras eyaculaciones. Me espantaba sentir eso, pero al mismo tiempo me gustaba aunque sabía que no era lo moralmente “correcto”. A los 15 años mi vida daba un giro de 360°, de ser un niño rico, de tenerlo todo, de ser un mimado pasaba a la realidad, perdíamos todo y empezábamos de cero, dejaba la escuela y jamás volvería a pisar una aula, no tuve tiempo de disfrutar mi adolescencia, nunca tuve tiempo de explorar completamente mi sexualidad. Los 18 años llegaron y mi vida social era una ruina, no tenía amigos para salir, no conocía a nadie de mi edad y todo mi “círculo social” eran adultos de 45 años en adelante, sabía que las mujeres no eran lo mío, por el contrario eran los hombres por los que me sentía atraído, su cuerpo, su cara, la barba, las piernas y los penes eran lo que me volvían loco. Fue hasta los 24 años donde Josué, sin querer, me hacía reaccionar, ese beso me transportaba a los 14 años y me recordaba toda la gran mentira en la que estaba viviendo, que por culpa de mi frustración me había aislado, me había perdido de muchas cosas y me había convertido en un alma vieja y amargada.

Eso le tenía que agradecer a Josué, no sus palabras, no sus humillaciones, le tenía que agradecer por ese beso que me había hecho reaccionar y que gracias a eso yo había despertado de una gran mentira que llevaba años asfixiandome. Pensar en todo eso me tranquilizaba y me mostraba que Josué no era el culpable después de todo, su arrogancia y prepotencia no habían sido correctas y mucho menos sus palabras pero, de alguna u otra forma tenía que aceptar ese acontecimiento, tenía que analizarlo, digerirlo y seguir adelante.

Después de pensarlo toda la noche había tomado la decisión de enfrentar al mundo y decirle quién era yo, ya no estaba dispuesto a seguir viviendo en una mentira y no iba a permitir que mis próximos años fueran igual, tenía que cambiar, enfrentar a mi madre y aceptar sus reacciones y decisiones.
Josué había llegado sin querer a mover todo mi mundo y yo estaba dispuesto a lidiar con eso, quería saber qué se siente tener novio, quería saber qué se siente estar enamorado y no iba a engañar a mi madre porque yo quería que ella fuese parte algún día de esa felicidad, mejor enfrentarla de una vez y no que ella se enterara después o por otras personas.

Había amanecido, estaba saliendo el sol y yo seguía despierto pensando en cómo le iba a decir a mi madre sobre mi preferencia sexual. Sabía que no lo iba a tomar de buena forma, busqué una maleta y la dejé al alcance, ese día podría ser el último en casa de mi madre, al menos debía estar preparado para lo que viniera, era hoy o nunca.
Después de tanto pensar logré conciliar el sueño unas horas, debía estar listo porque ese día iba a ser decisivo en mi vida.

Ese día podría ser el último de mi vida...

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2018 ⏰

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16 meses y contado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora