Primer capítulo.

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La vida de Ryo estaba llena de desdichas. Era una detrás de la otra, el pobre no podía ni siquiera respirar. Aunque su mejor amigo estuviese con él, y estuviese rodeado de amor, no se sentía cómodo consigo mismo. Se sentía miserable, infeliz, no se imaginaba a él siendo amado con locura, siendo presumido por alguien, ni tampoco teniendo una familia. Esas cosas no pasaban en la vida real, solo pasaban en las telenovelas y en las películas como "Love, Rosie", o "Bajo la misma estrella". ¡Realmente estaba desesperado por sentirse amado! Mierda. Tanto, tanto, que cometió mil estupideces a lo largo de sus 19 años en busca de aquella tontería. Pero no sabía de la frase "siempre sale el sol luego de la tormenta". Y hasta entonces, no tenía una definición de sol. Pero no nos adelantemos.

A Ryo le fascinaba escuchar música, mirar videos graciosos y charlar de la vida junto a su mejor amigo, Sam, cada viernes. Era una tradición, y era imposible romper la regla, a no ser que sea el cumpleaños de alguien o avisáramos con previa anticipación. ¡No quieren saber lo que hacía Sam con Ryo cuando se dormía temprano, o no llegaba a tiempo! Será tema en otra historia, pero no en ésta. En fin, ese viernes a las diez de la noche aproximadamente, él sintió un fuerte vacío emocional, haciéndolo cancelar esa noche con su mejor amigo.

— En serio no vas a venir, no lo puedo creer Ryo. El mejor amigo que yo tengo, y conozco a la perfección, no se dejaría rendir por un bajón emocional. ¿Estás seguro de que no quieres? Podemos hacerte subir esa recaída.

—De verdad, Sam. Solo necesito tiempo para solucionar mis problemas... Pero necesito hacerlo solo. Si no vengo más tarde, te hablo en la mañana. Gracias por intentarlo, eres el mejor.

Y dejó el móvil a un lado. Cerró sus ojos con fuerza, inhalando y exhalando. Todo estaba en silencio, a oscuras en su habitación. Solo se escuchaba su respiración pesada, hasta que una luz brillante llamó su atención y el sonido de que una notificación ha llegado.

"@4spluto quiere hablar contigo".

Automáticamente capturó la pantalla, mandando la imagen rápidamente a Pride Kings, donde están todos sus amigos, con una sarcástica risa y como pie de texto: "¿Alguien lo conoce? Es raro, ¿y si me secuestra? Jajajaja". Pero no sabía que ese mensaje cambiaría su vida por completo, hasta incluso sacándole la única sonrisa de la noche, la cual no quitó en ningún momento desde que respondió.

"Tu cuenta es amarilla. Me gusta mucho el color amarillo."

Esto debía ser una broma. Las conversaciones que iniciaban con Ryo solían empezar con un "hola" y finalizar con un "me alegro de que estés bien", porque así de cruel era la juventud; si no me interesa seguirte una conversación, sueña con que te responderé, o sacaré un tema del cual hablar. Y Ryo lamentablemente era de una de esas personas. Quizás no tan así, pero si veía que no respondían o no tenían interés en hablar con él, se deshacía de ellos. Pero que vengan a hablarle sobre uno de sus colores favoritos, y que encima le gustaba su layout de fabricación artesanal, lo había intrigado. Para investigar, mandó a sus amigos a preguntar quién era él, y también Ryo había investigado por sí solo, stalkeándolo. Sabía que era un modo de acoso, pero necesitaba saber quién era esa persona que se interesó en su cuenta. ¡Por Dios! Se sintió tan mal por no haber respondido al instante que lo vio, incluso teniendo tiempo de sobra en vez de acosarlo al pobre, que no se dio cuenta que ni siquiera lo seguía. Luego de devolver el follow, respondió apenado.

"¿De verdad te gusta? ¡Amo el color amarillo! Tiene un valor sentimental muy grande para mí."

Pero si será pendejo. ¿¿VALOR SENTIMENTAL?? Seguro el chico ya se había asustado por completo, y jamás en la vida le respondería. Creo que nunca se golpeó tanto la cabeza contra la pared, arrepintiéndose de nacer por décima novena vez en la noche. Es más, intentaba ahogarse con una almohada en su cabeza, siendo aplastada por sus manos y sus ganas de morir. Se sentía tan idiota, que, incluso escuchando el sonido de la notificación, no quería ver lo que le había respondido.

Pl(u)tón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora