My precious princess - Justin Bieber ~Spanish Version

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Nezther

Cuando llegamos a casa, Jason tiene que regresar inmediatamente a la suya.

—¿Qué quieres hacer? —Jay pregunta, sosteniendo un lado de mis caderas.

—So baby pull me closer, in the backseat of your rover —le canto.

Él besa mi cuello.

—That I know you can't afford, bite the tattoo on your shoulder —me canta al oído.

—Pull the sheets right off the corner of the mattress that you stole... —le corto para poner sus labios sobre los míos.

Agarro sus mejillas y lo atraigo hacia mí por lo que ahora estoy contra la pared. Su lengua golpea mi labio inferior mientras una mano sostiene las mías sobre mi cabeza y la otra descansa sobre mi cadera. Nuestras lenguas luchan por tener el dominio pero obviamente yo gano. Muevo mis manos hacia abajo y masajeo sus hombros. Nos alejamos, sin aliento. Vuelve hambriento, lo agarro por la cintura y lo apego contra mí de nuevo. Su mano se desliza para masajear mi trasero.

—Bien, demonios. Eso estuvo muy caliente —me quejo cuando intenta alejarse—. ¿Quieres más? —él sonríe.

—No te he besado en dos días —murmuro.

Él mira hacia abajo, a mis manos, mientras juego con los botones de su camisa.

—Odio cuando haces esto —susurra. Debe haber sentido mi confusión porque explica—. Actúas inocentemente y me da ganas de follarte muy fuerte.

Deslizo mis manos hacia su cintura.

—El médico dijo que no tenía relaciones sexuales por lo menos durante otra semana —le beso la comisura de los labios.

—Lo sé —suspira. Beso su mejilla y bajo por su cuello—. Papi va a subir en un rato. ¿Por qué no te das una ducha y después nos acostamos juntos? —sugiere.

Asiento, mi nariz golpea la suya.

—Está bien —sonrío—. Un beso más.

—Mm —él sonríe.

Nuestros labios se mueven lentamente, las manos vagando por nuestros cuerpos. Lo tomo por el cuello, acercándolo más a mí. Sus manos se posan en mi trasero, haciendo que mi confianza se encienda. Me alejo y subo al mostrador. Justin baja mis pantalones vaqueros ansiosamente.

—Que se joda el doctor —murmura para sí mismo—. Necesito probar el dulce coño de mi ángel —gruñe mientras me empuja sobre mi espalda—. ¿¡Tanner!? —grita. Nadie responde, lo que lo hace sonreír—. Te esperan problemas, bebécita, por burlarte de papi con esos besos sensuales y actuar inocente —agarra mis muslos con dureza.

***

Cepillo mi cabello mojado. Dejo caer la toalla de mi cuerpo y me pongo una camiseta grande. Me miro en el espejo, contemplando si ir o no a mi pequeño espacio. Finalmente decidí que debería, me arrastro hasta mi habitación.

Recojo mi zorro de peluche, corriendo a la habitación de papi.

—¿Daddy bear? —inclino mi cabeza hacia un lado en confusión.

Rápidamente se limpia las lágrimas de la cara.

—Hola, princesa. ¿Qué pasa? —él trata de sonreír.

—¿Por qué papi está triste? —me arrastro en la cama con él.

Se encoge de hombros mientras apoya su cabeza en mi hombro.

—Papi solo tiene muchas cosas en la cabeza, bebé —él empuja el chupete en mis labios.

Inmediatamente empiezo a chuparlo.

—¿Quieres hablar con Nessie? —me señalo a mí misma.

Papi toma mi mano para besarla.

—Claro, cariño, ¿de qué quieres hablar? —podía escuchar la adoración en su voz.

—Por qué mi daddy bear está tan triste —respondo suavemente. Me muevo para sentarme entre sus piernas.

Él muestra sus blancos dientes cuando sonríe.

—No estoy triste, cariño. Estaba pensando mucho. Me asusté —suspira mientras pasa los dedos por su cabello.

Muerdo mi labio mientras tiro del borde de sus pantalones cortos de baloncesto.

—¿Yo ayudo? —bato mis pestañas inocentemente. Él mira mis manos mientras arrastro sus pantalones cortos—. Que se vaya a la mierda el doctor, ¿verdad, papi? —lo masajeo a través de sus boxers.

—Sí, bebé. Que se vaya a la mierda el doctor.

xxx

Leslie.