A tu lado [Dramione]

Insultos y ¿una puerta?

Pasó una semana, Hermione cada vez se veía y sentía peor, no era fácil ver cómo Draco se besuqueaba con Pansy en todas partes, le rompía el corazón cada vez que él la miraba con asco.

Iba el trío de oro caminando hacia su siguiente clase, pociones, junto a Slytherin.

-Hermione- la llamó Harry -¿Estás bien? Te he notado algo...extraña- dijo

-No me pasa nada- dijo ella cortantemente

-¿Estás seg...?-fue interrumpido por aquella voz que bien conocía

-Fíjate por donde caminas, Weasley, no me vayas a pegar tus pulgas- dijo y todos sus amigos comenzaron a reír

-Cállate Malfoy, déjalo en paz- dijo Harry un poco harto

-Uh! Potter, tú no me vas a decir nada, ¿me oíste?- dijo altaneramente

-Mejor vete a la...-fue interrumpido por Hermione

-Mejor lárgate a algún lugar en donde importe tu presencia Malfoy- dijo segura de si misma, con la cabeza en alto.

Él posó su mirada en ella

-Tú no tienes derecho de opinar, sangre sucia inmunda- dijo burlonamente

-Vas a pagar por eso- dijo Ron mientras sacaba su varita.

A Draco no le importó la "valentía" de Weasley, sabía que podría contra él, pero en eso llegó el profesor Snape

-¿Qué está pasando aquí, señor Weasley?- dijo Severus

-Na...nada profesor- dijo tímidamente

-Eso espero, 10 puntos menos a Gryffindor por disturbio en los pasillos- dijo mientras entraba al salón.

Los días siguieron pasando, más insultos de Draco hacia Hermione, ella se había dado por vencida en tratar de ayudar a Malfoy, él la alejaba cada vez más y eso le dolía, ya no tenía ganas de nada, no entregaba tareas, no asistía a clases, apenas si comía, sus amigos estaban preocupados por ella, pero siempre les decía lo mismo "no me pasa nada".
Ella tenía un aspecto horrible, ojeras, su pelo había crecido un poco y había bajado mucho de peso, ella quería acabar con su dolor, más bien, no quería sentir nada.

Un día estaba vagando por los pasillos y en la torre de astronomía encontró una especie de puerta un tanto extraña, pasó días y días tratando de averiguar cual era su función, hasta que trató de abrirla con un hechizo el cual rebotó hacia ella, ese día descubrió que la puerta rebotaba los hechizos y con eso tuvo una magnífica idea para terminar con el dolor que sentía.

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