Capítulo 10

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Aparece de la nada, te mueve el mundo y se va”

-Hola, Harry.

Anne y Katerine quedaron impactadas por tal situación, con el propósito de llegar a saber lo que pasaría en ese instante. Si las miradas realmente mataran, Harry y Peter se habrian matado mutuamente, y ambos estarian ya bajo tierra. Kate estaba dudosa, pues esa situación la estaba matando. No estaba de parte de ninguno, ambas condiciones se lo impedian. Por una parte, Harry tenia la culpa por ser tan vacilón, pero por otra, Peter le daba motivos para alejarse, en lugar de seguir a su lado.

-¿Le dijiste a este capullo lo que te comenté que le dijeras sobre sus apestosas miradas?-Preguntó Harry, con tono immaduro pero protector.

-No, no se lo dije, Harry, y ahora basta, por favor. -Respondió Kate, preocupada- no quiero que discutáis, ni que os hagáis daño.

-¿No te acordaste o no quisiste decirselo? Vamos, joder.

-Mira Harry, no me acordé, y aunque me hubiera acordado no se lo hubiese dicho, porque paso de ver este mal rollo entre vosotros, de verdad.-Reconoció Kate.

Peter miró a Harry con ansias de saber lo que Harry tenia que decirle.

-¿A que esperas, capullo? Venga, dimelo- Gritó Peter.

-¿Quieres que te lo diga? Bien, -suspiró sonriendo- simplemente decirte que vigiles la manera en la que miras a la gente. Porque un dia puede ser un reflejo, pero el segundo el reflejo estará en tu cara. Todo dicho, Petah.

-¿Cuando cojones te he mirado mal, Harry? No metas más mierda de la que hay.-se acercó a él-Quieres hacerte el chulo delante de Kate, ¿verdad? Eres pura pena.

-Creeme cuando te digo que no me hace falta ir de chulo para conquistar a una tia,-Harry empezó a reirse- me basta con ser Harry Elgort.

-Lo que yo decía,-murmuró Peter- un chulo.

-Mira tío-dijo Harry, a la vez que lo cojía del hombro- tu único problema es la envidia. Si,-añadió, antes de que Peter empezara a hablar- la envidia de que yo sea quién vive al lado de tu novia, que disgusto, ¿verdad?

-¿Envidiarte? Lo único que me das es pena, fracasado.

¿Fracasado? ¿Yo?-Harold empezó a reirse, esta vez con más ironia y falsedad que la anterior-¿Sabes cuál es el problema? Que te crees que será tuya para siempre, pero no te empeñas en hacerle caso. Te peleas con ella por celos, por mierdas. Y no te das cuenta de que Kate no es de piedra, y tiene sentimientos. Tu, y tus putas tonterias, Peter. Pero voy a decirte algo-susurró-, mientras tu pierdes tu tiempo en ti, yo gano tiempo con ella.

Kate se quedó congelada, y no precisamente por el frio. No sabia que hacer, no sabia que decir, todo se centraba en esas palabras que Harry habia vocalizado segundos atrás, y en la cara de Peter al recibirlas. Por lo visto, ella no era la única que necesitaba recapacitar ese momento: su mejor amiga, y en general, la gente de su alrededor también habian quedado paralizados por las palabras del chico de los pelos rizados. Y si, incluso Peter. Estuvieron unos segundos sin reaccionar, hasta que Peter lo hizo.

-¡¡Que coño haces, Peter!!-Gritó Kate, agarrándolo de los brazos.

Harry estaba en el suelo tirado, cuya cara habia sido golpeada por Peter. Lo hizo descaradamente, tanto, que se olvidó del dolor que causaría a Katerine, su supuesto amor.

-¿Por qué lo has hecho, desgraciado?-Seguia gritando Katerine- ¿Te sientes mejor? ¿Más hombre? ¿Más maduro? ¿Crees que vas a conseguir algo con esto? Quizás has ganado orgullo-se acercó a sus labios-pero también has perdido: me has perdido a mi.

Ambas mejores amigas cojieron a Harry y se lo llevaron fuera de la discoteca, en un parque con bancos alineados el uno con el otro. Las luces de las farolas aún permanecían encendidas, por esa razón Kate disponia de luz suficiente para ver las heridas de Harry en su cara, mientras apoyaba la cabeza y los rizos en sus piernas. Kate, de vez en cuando lo acariciaba, pues su preocupación le invadia: A pesar de que aún razonara, Harry iba cerrando los ojos, y Kate no sabia que más hacer. No tenia ningún tipo de ayuda, sólo tenia a su mejor amiga que tenia los mismos conocimientos que ella.

-Harry, joder, ¿estás bien? Lo siento por todo.-le dijo, mirándolo.

En ese momento, Katerine y Anne observaron a un chico que venia corriendo hacia ellas gritando a Harry. En ese momento, Harry acarició a Katerine.

-No tienes que sentirlo, lo único que tienes que sentir es haber tenido un novio tan imbécil.

Ella lo sonrió, y él le devolvió la sonrisa. Poco después, Katerine sintió unos brazos cogiéndole los hombros.

-¡¡Harry, bro!! ¿Estás bien? Joder, voy a rebentar a ese chaval- miró a Kate y Anne-Uy, lo siento por no haberme presentado. Soy William, el mejor amigo de Harry. A veces no basta con eso, así que también me considero una especie de padre, hermano, el más confidencial con sus sentimientos, llamarme como queráis-dijo, con la voz entrelazada al ver a su mejor amigo estirado.

-Encantada-respondió Anne, con una sonrisa de oreja a oreja.

Kate se dignó a sonreirlo emocionada en señal de agradecimiento. Después, fue directa a la mirada de su mejor amiga, que no dejaba de fijarse en William. Mientras tanto, las lágrimas de Kate seguian recorriendo sus mejillas, pero había algo que la mantenia viva: la mano de Harry junto a la suya, agarradas fuerte.

-Enana, -dijo William, mirando a Katerine- no llores, ¿vale? Harry está bien, y odia verte así, lo sé, porque los hermanos nos lo contamos todo, y él siempre dice lo que siente. Con eso te lo digo todo-terminó de decir, guiñándole un ojo.

Entre lágrima y lágrima, Katerine soltó una sonrisa acompañada de un puñado de latidos a la vez, latiendo a mil por hora, mientras Harry se dignba a cojerle la mano y no soltarsela.

-William, Anne, será mejor que lo llevemos a casa, no quiero que esté aquí.

-Está bien-Dijeron ambos, mientras coqueteaban con la mirada.

Cogieron el último bus de la noche, antes de que las líneas se cerraran, pues Harry no estaba en condiciones para andar. Los primeros en bajar fueron William y Anne. “A saber lo que pasará ahora” pensó Katerine, a la vez que se despedía con la mano y les sonreía pícaramente.

-Gracias por acompañarme a casa-dijo, de repente, Harold.

-No es nada, pero te recuerdo que vivimos al lado-replicó ella, sonriendo.

-Bueno, gracias por todo en general-Corrigió.

Katerine no podía aguantar más, y terminó abrazándolo con fuerza pero sin hacerle daño. Justo ahí, el conductor les indicó que ya habian llegado. Así fue que Katerine y Harry bajaron, y andando poco a poco, llegaron a casa de Harry. Harry no quería que sus padres lo vieran así, pero Katerine le decia que no habia otra opción. Así que tocaron el timbre, y tras unos segundos Romy y Rachel abrieron la puerta.

-¡¡Hijo, dios mio!! ¿Que te ha pasado?

-Nada mamá, no te preocupes. Estoy bien, estoy feliz.

Ambas madres se miraron, y después miraron a Katerine, con el propósito de que contara que había pasado.

-¿¿Feliz?? Hijo, por favor, mírate.

-Mamá-contestó Harry, cogiéndola de la mano para tranquilizarla-es lo que pasa cuando te encuentras a un capullo que no sabe valorar lo ue tiene. Si-miró a la madre de Katerine-estoy hablando de Peter. Y no-volvió a mirar a su madre- no me arrepiento de lo que he hecho.

Kate, de nuevo, se habia quedado sin respiración, no sabía que decir. No sabia si hablar de lo que había pasado, o de lo que estaba sintiendo hacia él en ese instante. Sentimientos entrelazados hicieron que olvidara lo que estaba pasando.

-¿Hecho? ¿Que has hecho?-Dijo Katerine, confundida.

-Luchar a muerte por lo que quiero-Contestó Harry.

Kate lo miró timidamente, y sus manos sudaban. Su corazón dejó de latir totalmente cuando, segundos después, Harry volvía a hablar.

-Si, eres tú.

Hold me, idiotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora