Capitulo 1

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Jules:

Cada minuto que pasaba, hacia que la espera fuese más larga de lo que en realidad era. Miré hacia un lado, después, hacia el otro. Nada. Nadie se acercaba. Ya llevaba más de treinta minutos ahí sentada, junto a mi  padre, esperando esos resultados.

-¿Cuánto queda?- suspiré.

-no seas impaciente, seguro que no queda mucho.

Volví a mirar hacia mi izquierda. Ahí estaba un doctor, por lo visto anunciando una tragedia a una pareja, en la que la mujer lloraba desconsoladamente.

-¿señorita Andrew? –preguntó entonces un médico desde su despacho. Nos levantamos  entrando en aquella sala.

-hola doctor. –saludé yo amablemente. Él me devolvió  la sonrisa.

-¿y bien?

-bueno, según los resultados…- el doctor hizo una breve pausa, en la que mi padre y yo intercambiamos miradas recelosas.

-¿sí?

- no sabemos que es.- terminó diciendo en un largo suspiro.

-¿Cómo que no?

-no encontramos nombre a esa enfermedad, es  psicosomática.  Es decir, únicamente la padece ella. Pero si sabemos cómo va a actuar.

-¿Qué me va a hacer?- me atreví a preguntar, impactada por aquella noticia.

-pues, desgraciadamente, señorita Andrew, va a ir perdiendo poco a poco la memoria, algo parecido al Alzheimer.

-¿Cómo?

- me explico. Usted va a poder llevar una vida completamente normal, conocer gente nueva, salir a la calle, lo típico. Pero poco a poco irá perdiendo memoria. Esto comenzara de forma insignificante, olvidando el nombre de una calle, o el lugar en el que se encuentra, luego volverá a recordarlo. Pero mientras  vaya transcurriendo el tiempo, usted irá perdiendo toda la memoria, hasta no recordar más que es usted un ser humano.

-eso es imposible. Algo así no existe.- negó mi padre de forma rotunda. Simplemente no podía creer lo que estaba escuchando.

-eso mismo pensé yo, señor Andrew. Pero por lo visto, en este mundo todo es posible. No obstante, seguiremos intentando encontrar cura a esto. No va a ser fácil ya que el daño se encuentra en el cerebro.

-¿Cuándo dejaré de recordarlo todo?

- Depende. Puede tardar años, o igual meses. Puede que mañana todo  esto empiece, o igual comienza en diez años. O quién sabe, es posible que deje de recordarlo todo a sus ochenta años. Es impredecible.

- ya veo.- suspire intentando asimilar aquella información.

-les llamare si encontramos alguna solución, descuiden, y sobre todo, mucha suerte.- después de que el médico dijera esto, mi padre y yo nos levantamos de aquellos asientos, y sin más nos  dirigimos a la salida del hospital.

- está bien. Seguramente esto no empiece hasta dentro de unos años.- se convenció mi padre. – por ahora vivirás con nosotros y empezaremos a tomar medidas.

-¿Qué? Ya escuchaste al doctor, papa. Puedo llevar una vida normal. Y sabes que me toca ir a la universidad.

- ¿crees que te voy a dejar sola? Olvídate.

-es mi vida papa. Mía, no tuya. Mi enfermedad, no tuya. Siempre he hecho todo lo que me pides, ¿Por qué me vas a hacer algo así? No me puedes retener en casa para siempre.

-Jules, ya está decidido. Anda sube al coche.- y sin más, condujo  a casa, sin decir nada a lo largo del trayecto.

Nada más llegar, salí corriendo hacia mi habitación, donde comencé  a llorar. Y exactamente pasaba en el piso de abajo, donde, mi madre lloraba desconsoladamente tras recibir tal noticia como aquella.

Más allá de tu recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora