Niña

30 3 0
                                    

Mi mente es un lugar,
Un espacio gigantesco e interminable.
Lleno de pensamientos,
Un tanto interesantes.
Pero siento que falta algo,
Ese algo, es una niña.
Aquella que se fue y no volvió,
Les contare un poco,
Un poco de lo que sucedió

Desde niño creía en lo imaginario,
En lo irreal y exagerado.
Desde allí empecé a crearlo,
A mi mente, en un lugar fantastico.
Lleno de fantasía y magia.
Un dragón por aquí,
Y un castillo más allá,
Y muchas cosas locas más

Sin que la imaginación se limitara,
Me encerraba siempre en ese mundo,
Donde más nadie me molestara.
Porque así era yo,
Un niño tímido y calmado.
Que a todos le incomodaba,
Y a la vez me despreciaban.

Pero fuí feliz.
No guardo rencor alguno,
Muchos menos rabia, Ni tampoco odio a ninguno.
Sólo me importaba ser yo mismo,
Y nada más.

Este mundo extraordinario,
Siempre de eso me recuerdo.
Tenia un horizonte muy bello,
Que a lo lejos, se observaba,
Aquel campo de flores y bayas,
Donde siempre admiraba,
La puesta del imponente
Sol del atardecer,
Que me avisaba, una vez más,
Que el día se acababa,
Y que pronto, Muy pronto
el mundo de mis pensamientos,
Se extinguirá de mi mente,
Por algo llamado madurez.
Lo había escuchado mucho,
Me daba siempre miedo
Y terror tan solo escucharlo

Pero no importaba,
Si en mi mente perduraba,
Aquel mundo subreal,
Que tanto me encantaba.
Y lo recreaba de tal forma,
Que era imposible de borrar.
Ni Para el más sabio de todos,
Ni tampoco para el mejor aparato de lavado.
(De cerebro, por si acaso).
Nunca sera desintegrado,
Mi ideal extraordinario.

Era un lugar cambiante,
Por cada situacion traumante.
Y por cada circunstancia,
En que me encontraba,
Siempre cambiaba,
Tanto la vista,
Como a su vez la trama.

Poco a poco se llenó de libros,
Lenguaje, matemáticas y biología.
Historia, informática y sociales.
Y miles de historias inimaginables
Que no tenían sentimiento, ni sabiduría
Y todo esto ocasionaba
Que todo se amontonara
Y me ocultaba el panorama
Oscureciendolo
Y colocándome en un lugar un tanto decrépito
Eso me indicaba
Que madurez ganaba

Mientras pasaban los años
Mi mundo se transformaba en una biblioteca
Y ya casi en una hemeroteca
Oscura y silenciosa
Donde solo brillaban
Con un brillo pobre
Los diplomas y certificados plasmados
En la pared del intelecto

Aun recuerdo aquélla vez
Un acontecimiento especial
Mientras estudiaba por enésima vez
En aquel irreconocible lugar
Escuche algo a lo lejos
Una risa un poco graciosa
Y un olor parecido a las de las rosas

Me dio curiosidad y observé
Por encima de  mis libros de filosofía
Donde un haz de luz se encontraba
Y por entre los libros se escapaba

De allí aparte algunos libros
Inmensos y sin color
Y observe cegado por la luz
El paisaje que alguna vez admiraba
Pero había algo que me asombraba
Esa figura que a lo lejos se asomaba

Una niña con cabellera larga
De una edad aproximada
De 12 o 13 años, yo le calculaba
Observando el eterno atardecer
Que yo mismo había creado
Y que al pasar de los años, habia olvidado
No lo podía creer

Volví a ser el niño que era
En ese entonces, 12 años tenia
Y volvió a renacer
Aquel espíritu que había perdido
Sólo por ver y aclarar
Aquel lugar que había llamado mi mundo
Gracias a esa niña
Que despertó mi curiosidad de nuevo

Fui corriendo por la pradera
Dejando caer mi lápiz y mis notas
Sólo por el motivo
De conocer a esa niña singular
Quería saber su nombre
Y tal vez preguntarle tantas cosas sin dudar

Me preguntaba
mientras corría sin parar
Si había sido un producto
de mi imaginario mundo
O sólo una casualidad

Al acercarme noté
Que poco a poco se levantaba
Y con una sonrisa, me miraba
con sus ojos color café, me deleitaba
Casi que me hipnotizaba
Por aquella mirada encantada
Pero cuando más me acercaba
Ella mas se alejaba
Con la mirada fija en mí
Yo le gritaba
Pero ella solo reía
Reía y reía
Mientras yo corría
Corría y corría
Hasta que una piedra tropecé
Y al suelo llegué

Retorciéndome de dolor
Estaba yo en la pradera
Había caído sobre mi brazo
Y como me dolía la cadera
En ese momento la niña
Se acercó con su sonrisa
Y despidiéndose con la misma
Se fue hacía el horizonte
Perdiéndose sin decir nada

Estaba decepcionado y adolorido
Pero un pequeño haz de esperanza
Me quedaba de esta experiencia alocada
Pero no era lo único que pasaba
Tentáculos negros me perseguían sin darme cuenta
Desde aquella guarida oscura y tenebrosa
Y al enlazarse sin esfuerzo por mi cuerpo
Me halaron de nuevo al sitio donde me encontraba
Sólo y sin compañía
Volvía lentamente a mi triste vida

Conformarme debía
De aquella educación estricta y sin sentido
Que me hacia sentir
Esclavo de pensamiento mismo
Del colegio, de la escuela
O como quieran llamarle
Salía de allí muchas veces
Con cara triunfante
Pero por dentro sentía
El vacío que me incomodaba
Y siempre intentaba
Que nadie lo notara

Durante mi estadía
En esa estructura gótica y fría
Escuche que había vuelto a mi cabeza
Aquella flor tan bella
Asomándose sobre el muro de libros
Y riéndose me invito a seguirla

Sintiendo un deja vu
Me fui tras su vestido color azul
Pero eso no fue lo único que noté
Vi que había cambiado
De apariencia demasiado
Tenia la cabellera rizada
Y su piel morena, me erizaba
Su risa un poco más graciosa
Y como olvidar su bufanda
en su melena esponjosa

Muy, pero muy curiosa
Me miraba de reojo
Pero eso si, sin tocarme ni un poco
Yo traté de acercarme suavemente
Y de preguntarle  ¿Quién eres?
Pero la muy traviesa
Se reía por cada gesto que hacía
Y como si no fuera a faltar
Daba vueltas al alrededor de mi
Sin que pudiera acercarme ni un poquito
En este truquito
Le seguí el juego tramposo
Y conseguí en un despojo
Tocar su suave mano a mi antojo

Al sentir el contacto con su mano
Observe su cara de sorprendida
Y de repente paraba su corrida
Para mirar mi mano tocar la suya
Que, al explorarla con el tacto
Se fue corriendo sin pensarlo
Hacia el horizonte lejano
Y yo ahí parado
Analizando lo que había pasado
Cuando me di cuenta
Era muy tarde para salvarla
Y de nuevo solo quede
En mi gigantesca mente

Aquellas apariciones me habían aclarado
Aunque sea solo por un momento
Mi mundo ajetreado
Y al pasar el tiempo realizaba
Un mural en donde pintaba
su sonrisa encantada
Al igual que su mirada seductora
Y su vestido de seda
Lo pinte para recordarla
Cada vez que pasaba
Por ese pasillo lleno de luz
Que alegraba mi morada

Mucho tiempo había pasado
Mientras logros académicos alcanzaba
Alegria, emoción y entusiasmo
Nuevas metas había trazado
Pero seguía sin cumplir una
Esa tanto que había esperado
Su visita inesperada
De aquella niña imaginaria

Relatos De Un SoñadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora