11:05 pm.
La fiesta había terminado y sin embargo, ____ seguía escuchando la música y sintiendo aquel escalofrío recorrer todo su cuerpo, recordaba los bellos ojos del ojimiel y el como sus grandes manos calentaban todo su cuerpo, no quería olvidar aquel momento, quería congelar el tiempo y poder recordarlo una y otra vez sin interrupciones, no quería olvidar toda la gama de emociones que había experimentado, casi igual a las que siente cuando está con el ojiazul pero llevadas a otro límite, claramente una sensación mucho más intensa.
— Oye —el tacto de su novio la hizo volver a la realidad.
— ¿Si? ¿Qué pasa? —preguntó distraída.
— Te pregunté quien era ese chico.
— ¿Qué chico?... Oh, ¿el del baile? —el ojiazul asintió—. No lo sé, no recuerdo haberlo visto antes.
— Oh, parecía que se conocían muy bien —apretó el volante—, digo, te sentías muy a gusto bailando con él.
— Es un buen bailarín —se encogió de hombros. Él no podía reclamarle nada cuando desapareció cinco minutos después de haber entrado al salón.
— Eres mía. Que eso te quede claro —advirtió—. No puedes estar con alguien más que no sea yo —prosiguió el mayor. Su enfado era notable.
— Para el auto —pidió la menor. El chico hizo caso omiso—. ¡Jorge para el auto ahora!.
El ojiazul hizo lo indicado, la menor bajó del auto y comenzó a caminar a paso rápido, estaba molesta, a pesar de ser su novio, Jorge no tenía ningún derecho de reclamarla como suya. Curiel siempre había estado tan alejada de los demás, con miedo a ser juzgada, no tenía amigos, ni siquiera un lugar favorito; antes, su pasatiempo era observar por la ventana porque su padre así lo decidía —y al menos lograba huir cuando éste dormía—, tenía mucho miedo de que alguien más le prohibiera de hacer las cosas que le gustaban.
Ella no era de nadie. Ella era libre. Ella era divertida e inteligente. Ella estaba feliz recordando el pasado. Ella no quería volverse a sentir como antes. Ella no quería que ese sueño lleno de paz llegara a su fin.
— Axel —sollozó—, ¿puedes venir por mí? —esperó su respuesta la cual fue afirmativa—. No sé donde estoy pero creo que es cerca del gran salón... Tranquilo, te esperaré —colgó.
La castaña visualizó a lo lejos una pequeña banca la cual se encontraba mojada, al parecer llovió y ni siquiera se había dado cuenta, tomó asiento mientras pensaba en todo lo que había ocurrido en tan solo una noche, tantos sentimientos en tan solo minutos, jamás entendería al ser humano y todo el universo que posee, cree que se conoce a la perfección pero siempre descubre algo nuevo en él llevándose una gran sorpresa.
Su mirada se dirigió al cielo estrellado, no había una luna presente pero sabía que siempre se encontraba ahí, cuidado a todos y siendo testigo de grandes acontecimientos, una dulce mirada apareció en su mente, esa mirada que no había podido olvidar en toda la noche, ¿cómo un universo entero podía caber en dos círculos pequeños?.
— Hola cara de bola, ¿nos vamos? —la voz de su hermano se hizo presente.
— No quiero ir a casa —respondió mientras entraba al auto—, prefiero ir... No sé a donde realmente.
— Tranquila, yo sí.
11:05 pm.
— ¿Quién era ella? —preguntó Renata sacándolo de aquel pequeño trance.
— Ni idea —respondió con sinceridad—, ¿celosa?.
— Ni en tus sueños, Canela —rió—. Los chicos irán a beber algo, yo me iré a casa, ¿puedes ir con ellos?.
— Puedo ir contigo a casa —sonrió, la pelirroja negó—, bien, solo porque son tus amigos.
La chica besó su mejilla y se apresuró a pedir un taxi para poder encontrarse con la menor de los Canela.
Jos hizo lo indicado, acompañó a los chicos a un pequeño bar, al parecer no eran tan molestos como parecían, tan solo eran tres chicos con pensamientos completamente distintos a los de él.
Miró por la ventana del bar, esos ojos azules acompañados de esas pequeñas pecas seguían invadiendo sus pensamientos, podías perderte completamente en ellos, eran tan hermosos como el cielo pero tan misteriosos como el mar.
No lograría olvidarse de ellos tan fácil.
«¡Maldita sea! Si tan solo esas mascaras no hubieran sido entregadas sabría quien es esa misteriosa chica» pensó el ojimiel.
— ¡Hey! ¡Axel Curiel! —habló un chico atrayendo las miradas de todos los presentes.
— Ahora no chicos, mi hermana no se siente tan bien —un delicado cuerpo se encontraba junto a él, portaba un suéter que al parecer era de Axel y en su cabeza la capucha de éste la cual cubría todo su rostro—. ¡Así que tomaremos hasta el amanecer! —los aplausos comenzaron y los elogios hacía Curiel no paraban.
¿Qué tenía ese chico que siempre traía consigo una asombrosa energía para transmitir a los demás?.
Por primera vez conocía a Axel Curiel, aquel chico que lo ha sacado de grandes apuros, a aquel espectacular corredor que nunca le ha fallado. Debería ir y agradecerle por regalarle tanto dinero.
— En seguida vuelvo —le avisó a los chicos quienes ya se encontraban demasiado ebrios. Esquivó a varias personas hasta llegar a Curiel—. Hola.
— Hola amigo, ¿qué ocurre? —se giró para mirarlo. Esos ojos se le hacían familiar, ese azul, como si ya los hubiera visto antes. Sonrió recordando la música y el baile—. Creo que tú y yo no tenemos los mismos gustos, chico.
— ¿Qué? —se sonrojó al entender lo que había dicho—. No, no, no, no —se apresuró a decir. Una sutil risa se escucho proveniente de la chica con capucha—, tan solo venía a decirte que eres un grandioso corredor y gracias a ti he ganado demasiadas apuestas.
— Gracias a ti por poner tu confianza en mí —le dedicó una sonrisa. El pelinegro le agradeció una vez más y regresó a su mesa. Su mirada no la podía alejar de Curiel, realmente le parecía un chico asombroso, su compañera decidió levantar el rostro revelando su perfil.
Vaya, si su perfil era hermoso no se podía imaginar lo hermosa que sería al tenerla de frente
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Muy tarde pero seguro wuju 🤠.
Holi boli.Oigan, en serio no puedo esperar a que lleguen al final de esta historia.
Quiero hacerles tantos spoilers pero NO PUEDO AH.Linda nocheeee.
Denle ⭐⭐⭐ y comenten 💘.
2/7
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Mokita (Tonalidades III)
FanfictionTERCERA PARTE (PRECUELA) DE "MI CHICA SUICIDA". Conoces su historia, sin embargo, no conoces su pasado. "- No tengas miedo. Te seguiré amando sea cual sea tu pasado". Ella siempre fue la chica suicida. Pero él, no siempre fue el chico lindo que la s...