12 DE MARZO DEL 2009
Cancún, MéxicoManasés
Cancún era genial, pero hacía mucha calor. Ya el tema de Grettel se me había olvidado.
La vista de la ciudad era espectacular. Nos hospedaríamos en el Hotel Live Aqua cinco estrellas. Según lo que mi familia me había comentado estaban reservadas las tres mejores suites del hotel: una matrimonial para papá y mamá, una individual para mí y otra para Emiliano; nos quedaríamos dos semanas en Cancún, aunque por mí me hubiera quedado a vivir ahí.
Después de salir del aeropuerto fuimos a instalarnos en el hotel y luego salimos a pasear por la ciudad, mi familia compró mis regalos de cumpleaños, pero no me los mostrarían hasta la noche.
Nos tomamos muchas fotos y luego fuimos a la playa, la pasamos tan bien allí. Luego almorzamos un plato típico delicioso de Cancún frente a la playa: Tikin Xic, que consta de pescado marinado con adobo de achiote y naranjas, cocinado lentamente a las brasas. Nos alejamos un poco de la urbanización y nos fuimos a la parte rocosa de la playa, todos estábamos ya con traje de baño.
—¡Andiamo más arriba, hasta el pico! —le anunciaba divertidamente a Emiliano, él venía tras mío, posteriormente se lanzarían papá y mamá.
—¿Estás sicuro, figlio? ¿No es muy alto? —me preguntó mamá—. No quiero que nada malo os pase —añadió con una preocupación maternal, poniendo sus manos a la frente como visera, mientras la brisa ondeaba levemente su rubio cabello.
—¡Tranquilla mamma, nada malo nos pasará! —le aseguré animadamente, mientras seguíamos trepando. El pico no era muy alto y todos sabíamos nadar perfectamente.
Cuando llegamos a la punta primero tomamos aire. Luego nos preparamos para lanzarnos.
—¡Ni te atrevas a empujarme! —le advertí a Emiliano cuando hacía el ademán de hacerlo.
—Non ti preoccupare, lo... —Respondía Emiliano fingiendo estar indiferente, pero no pudo terminar porque yo lo empujé a él, quien gritó y cayó al mar.
Nos matamos de risa, al menos yo no podía dejar de reír, pero esta pasó cuando vi que Emiliano no salía del agua en ese lapso.
—¡Heey, Emii! ¡Deja de bromear! ¡No conseguirás hacerme caer en tus juegos! —le grité entre una mezcla de confusión, diversión y preocupación.
Recalcar que mi hermano odiaba que lo llamase «Emi», decía que sonaba al diminutivo de una ragazza, por eso lo molestaba con aquello.
Pensaba que Emiliano me quería gastar una broma, y a la vez que posiblemente se estaba ahogando. No hubo respuesta, los segundos solamente transcurrían.
—¡Emiliano! —lo llamé ahora sí preocupado, otra vez hubo silencio, mis ecos era lo único que se escuchaba.
Mis padres también lo llamaron, pero tampoco hubo respuesta. Nuestro semblante palideció, Emiliano ya les hubiera respondido a ellos.
—Daniel, mio figlio, se debe estar ahogando... —Le dijo mamá a papá con desesperación.
La culpa me carcomía, pensaba en que no debía haberlo empujado, no conté con que Emiliano resultara no ser tan bueno para la natación.
—Tranquilla, amore mio. ¡Emiliano! —papá tranquilizó a mamá y volvió a llamar a Emiliano, no hubo respuesta—. Voy por él —nos anunció alistándose para nadar e ir a su rescate. No quería ser el asesino de mi hermano y peor aún en mi cumpleaños, pensaba en que sería un recuerdo traumático, así que por lo menos podría ir a salvarlo.
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Génova, punto de partida [LIBRO I] Saga EBDMP
General FictionLo absolutamente perfecto es surreal y las burbujas son por completo frágiles, nada duraderas... Ojalá Manasés Coppola y su familia lo hubiesen sabido a tiempo. Él era un niño de once años que vivía en Génova - Italia cuando arrestaron a su padre po...