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Conversamos mucho tiempo, supe que su nombre era Craig, nos presentamos, implicando un poco de disgustos y burlas de por medio, ese era nuestro modo de lidiar con el otro.
Pero conforme pasaba el tiempo... Mi garganta dolía y dolía más y más.
Era un ardor que se volvía insoportable.
Tenia una extraña sensación en mis manos y mi garganta, la proximidad con este tipo me estaba poniendo muy nerviosa conforme pasaba el tiempo. Comenzó a ser inaguantable, sentía que había algo malo en mi.
Podía sentir su calor, oír su corazón latiendo y su respiración acompasada, me estaba sintiendo de lo peor cuando se acerco y toco mi cara preguntandome si estaba bien, no sabia que responderle.
"N-No... N-Necesito que te alejes" dije nerviosa, note su forma de mirarme y como, en un abrir y cerrar de ojos su expresión se tornaba preocupada.
"Estas... Muy pálida... Deberiamos ir a que alguien te revise"
Pagó la cuenta y me llevo del brazo afuera.
Me sentía asustada.
Me sentía increíblemente desequilibrada.
Pero no me sentía indefensa.
Estaba totalmente segura, habia un instinto que me hacia sentir en control de la situación aunque no sabia que pasaria.
Craig tomo mi mano con suavidad y me miro con ingenuidad.
"¿Quieres ir a mi casa y recostarte?"
Aunque con vergüenza asentí suavemente.
Pues aunque estar cerca de él me estaba haciendo daño...
La verdad era que mi primer amigo me simpatizaba mas de lo que se esperaría.

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