Estoy parada en la ventana de mi cocina... completamente horrorizada por lo que acabo de presenciar. Mis ojos se abren a mas no poder, mis manos tiemblan y no tienen intención de parar, siento mis piernas como gelatina pero aun así no puedo dejar de verlo.
Y pensar que este día comenzó como cualquier otro día, ya saben. Despertar, comer, trabajar, maldecir al jefe y volver a cenar para luego dormir y repetir la rutina. Cuando vuelvo del trabajo de la oficina me preparo unos fideos instantáneos y veo la tele, recuerdo que pase por tantos canales pero no por las noticias locales, donde un criminal escapó de la cárcel.
Terminé viendo una película, bueno, la mitad. Me dormí en el sillón así que sinceramente no recuerdo la trama. Dejé el pote de los fideos en el comedor y me fui a dormir.
Luego comencé a escuchar los gritos. Uno tras otro.
Pensé que era parte de mi imaginación, ¡lo juro! Normalmente no soy de las que se asustan muy fácil. Pero luego decidí ir a la cocina a tomar un vaso con agua para volver a la cama. Bajé las escaleras descalza, y la madera de los escalones rechinaba como una película de terror. Hacia frío y mi pijama no era el mas conveniente para el invierno.
Entré a la cocina, encendí la luz por que no veía absolutamente nada. Me serví ese vaso y bebí, tomándome mi tiempo.
Los gritos continuaron, y mucho mas cercanos.
Frente al lavavajillas hay una ventana mediana y cuadrada. Por mera curiosidad la abrí un poco.
Y entonces lo vi.
Abalanzándose sobre una chica, que agonizaba de dolor y miedo. Estaba amordazada. La retuvo con sus brazos y le hizo cortes profundos en su cuerpo, la sangre chorreaba de su cuerpo y ella sufría, y mucho. El tenía en su rostro una sonrisa enfermiza, tenía miedo, tengo miedo. Colocó la punta de su cuchillo en su garganta y acabó con su vida en un parpadeo. Jamás he visto una escena más sangrienta y brutal en toda mi vida, y estaba paralizada, estoy paralizada.
Hizo semejante acto frente a mi casa, y ella no era la única, habían otros cuerpos tirados en el suelo que fueron asesinados al igual que ella.
Debí correr a llamar a la policía, buscar ayuda. Pero mi cuerpo no se movía, de mis labios no salía ni una misera palabra, de mis ojos no salía ninguna lágrima y de mi cabeza no salía ningún pensamiento coherente.
Él solo se paró, pateó a la chica que hace unos minutos tenía vida y comenzó a caminar...
... hacia mi casa.
Tengo miedo.
Estoy paralizada.
Voy a morir.
¡Ayuda...!
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Buscando la inspiración.
RandomLas historias que se leerán a continuación en este libro viene de los retos de "AbecedarioAutoestima". Como soy una novata en lo que es la literatura cualquier critica constructiva es aceptada, es muy probable que cometa alguna falta ortografica, de...