Su todo

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Me presento rápido y luego les cuento la historia: Mi nombre es Camila, estudió en la facultad de derechos, desde siempre me a gustado escribir cuentos, relatos, historias, etc. Vivo en un pequeño departamento junto a un compañero, su nombre es Raúl, el siempre me ha superado en todo lo que a mi  me gusta, arte, música e inclusive en  escribiendo, mi mas grande afición. 

Bueno, esto empieza así, nuestra rutina es casi la misma, ya que ambos estudiamos en la misma universidad, nos despertamos, desayunamos algo liviano, nos dirigimos a la parada del bus, vamos a la clase, luego almorzamos y volvemos a eso de las 6 exhaustos.
 En el tiempo que que convivimos juntos, desde que llegamos hasta que nos dormimos, no hablamos casi nada. El es muy callado y habla tan solo lo justo y necesario, no por el nerviosismo de estar viviendo con una chica, porque de hecho se le ve muy... inerte le podríamos decir. No reacciona ante casi nada y cuando habla no puedo distinguir si está triste, feliz, cansado, alterado, absolutamente nada.
 Todos los días es así excepto uno, cuando llega el domingo, el se levanta con mucha energía y demasiado contento, me prepara el desayuno y espera impaciente a que se hagan las 3, cuando al fin llega esa hora el se va y menciona que volverá dentro de un par de horas, pero lo mas raro es que siempre que le pregunto a dónde se dirige, el me contesta algo distinto todas las veces o simplemente me ignora. Cuando regresa, al cabo de 3 o 4 horas, el me pregunta si ya merende, si le contesto que no me prepara algo, y si le digo que si, se dirige a su cuarto hasta la hora de cenar. Algo que siempre me deja intrigada, es que, a partir de ahí, vuelve a su estado emocional de toda la semana "inerte".

Pasados los años, ya en mi último año de la carrera, la intriga me pudo y decidí averiguar qué es lo que lo ponía tan  feliz en los domingos. luego de que saliera por la puerta, salí tras de él sin que se diera cuenta y comencé a seguirlo. Lo seguía a más o menos media cuadra de distancia, lo suficiente para que no se diera cuenta de mi presencia. A eso de 30min siguiéndolo a pie, llegamos a un hospital, el entro y yo observe por la puerta, se dirigió al recibidor, habló con la enfermera y se subió al ascensor. Luego de eso yo entré y le pregunté a la enfermera sobre Raúl, me informo que el viene a visitar a una chica enferma de cáncer, mientras me lo contaba la puerta del ascensor se abrió y él se aproximó corriendo a la enfermera, se detuvo 2 segundos para mirarme, yo quedé congelada, no sabía qué decirle, pero me ignoró y le dijo muy alterado a la mujer "Es Catalina, está tosiendo sangre y no para, intenté apretar el boton de panico pero parece que no funcionó". A eso la enfermera le aviso, por los parlantes, a los doctores que se aproximaron a la sala 22, agregando algo sobre lo que presentaba el paciente. Nos dijo que esperemos en ese lugar hasta que la situación se resuelva, Raúl intentó negarse pero le hicieron reconocer que era mejor que se quedara abajo. En la espera de resultados no me toco otra que hablar con el.
-¿Qué haces aquí? me pregunto
le conteste sin mentir, pensé que ser honesta seria lo mejor
-La verdad es que te estaba siguiendo, queria saber que es lo que hacías los domingo por tanto tiempo que te ponía tan contento
-¿y tu mejor idea fue seguirme?
me quede callada y el suspiro y prosiguió
-Ya que, Catalina es mi hermano menor, fue diagnosticada de cáncer de pulmón cuando comencé a estudiar, unos meses después mis padres murieron en un accidente de tráfico, dejándonos solos, yo intente suprimir mis emociones y continuar con mis estudios,  pero cada domingo, cuando al fin puedo visitarla, no puedo aguantar las ganas de venir a verla, lo único que queda de mi familia. Le prometí que cuando se cure la llevaría a conocer el mundo, porque por su condición, tiene que estar internada. Soy el único que la viene a visitar, no tengo tíos porque mis padres eran hijos unicos, y mis abuelos fallecieron. Toda la semana espero el dia para por fin volver a verla, ella es lo único que tengo...
Mientras me contaba se aproximo un doctor y con una cara que parecía que nada bueno se aproxima.
-Dime doctor, como esta? le pregunto desesperado
-Lamento informarte que tu... hermana, acaba de fallecer- lo decía de tal manera que parecía que hasta a él le dolía.
Raúl se le quedó mirando fijamente mientras podía ver como de su ojo, se le derramaba lentamente una lágrima.
Inevitablemente yo tambien llore e intente decirle algo, pero el me dijo que me callara, se seco la lagrima y me dijo que fuera, yo lo obedecí.
Esa fue la última vez que lo vi.

Le informaba al oficial mientras hacía la denuncia de su desaparición.

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