La reina Aegea desesperada por recuperar a su hija, descubre que nadie puede ir contra el destino aun cuando tienes poder y muchos ejercitos ante tus pies. Un ser mitologico y hermoso, esta destinado a renacer de las cenizas. Una humana dispuesta a...
Que hacia abajo derraman su luz muerta en la noche;
Ya que en tus ojos reside el mismo fulgor,
Envuelto en trémulas esferas.
No preguntes dónde el esquivo Fénix
Teje su ígnea morada,
Ya que tu alma es su destino,
Y en tu fragante pecho morirá.¨
Thomas Carew.
La batalla había cesado hasta que nuestros enemigos decidieran contraatacar, nuestras tropas ahora contaban con menos cabezas de las que llegaron a este valle de los condenados pero fuimos vencedoras. Me encuentro sola, buscando una salida en la que fue tierra de orcos hasta la batalla que iniciaron y perdieron por el poder de zatmění. Que estúpidos fueron. Nadie se iría contra una profecía.
Caminaba en la oscura noche solo acompañada con mi espada y la luz de la luna iluminando mi camino me ayuda a no perder la cordura. Solo espero que mis hermanas valquirias estén bien y encuentren el camino a casa donde mi madre debe estar ocupada decapitando a algunos pobres guerreros del ejecito contrario.
A mitad de camino note como se iluminaba el bosque pero no podía ser el sol, esta luz venia de otro lado. Camine y observe como una esfera de fuego decencia a toda velocidad en mi dirección. Corrí lo más que pude pero era un bosque pantanoso y repleto de agua, me era imposible ir más rápido de lo que ya podía. El esfuerzo fue en vano, el extraño objeto cayó sobre el agua y fue perdiendo el aura de fuego que lo envolvía. Mis pies se movían sin mi permiso y cada vez me veía más cerca. Lo que no espere ver fue el cuerpo inerte de un ave fénix que ahora se inmolaba en el suelo pantanoso y se volvía polvo.
Siempre tuve curiosidad sobre estos seres, jamás vi uno. Muchos dicen que tienen la capacidad de volver de las cenizas pero yo solo veo como continua aparecieron mucho polvo cuando una de sus partes se quemaba con su propio fuego.
Al terminar pude divisar una espada en medio del polvo y me dirigí a tomarla, pero de su polvo apareció otra cosa. Era una mujer, ella estaba desnuda y cubierta de polvo. La observe durante lo que parecían horas hasta que la vi moverse y abrir sus ojos. Eran de un rojo intenso, este era el renacer más extraño de un ave fénix.
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