Pensar que siempre es Crystel la que los cuida, sin embargo esa noche, se había pasado demasiado de copas y tuvieron que sacarla por la puerta trasera e insistirle en que se tome un café.
-¿Cómo llego a ponerse en ese estado, ella casi ni toma, Stephano que le hiciste?- cuestionaba Claín al joven.
Este sin embargo estaba concentrado en grabar a su otra amiga, para luego poder burlase de ella en cualquier momento; sin embargo algo muy extraño paso, la joven en estado de ebriedad se paró y trato con torpeza de quitarle el celular a su amigo. Pero en este forcejeó algo se salió de control y fue que Crystel de un momento a otro había comenzado a besar a su amigo, al cual de la sorpresa se le cayó el celular.Para Claín no fue tan sorprendente ya que siempre ha creído que Crystel siente algo más que una amistad por Stephano; la joven en aparente estado de embriagues paro de besarlo, solo para voltearse hacia su amiga y explotar en carcajadas.
Para Stephano todo había sido producto del estado de embriagues de la chica, pero para lo joven había sido una liberación; llevaba tiempo deseando probar los tan aclamados besos del joven.
-Se ha quedado dormida.- manifestó el joven- Claín, quita esa cara, te conozco, sé lo que estás pensando.
-Pero si yo no he dicho nada.- dijo en tono sarcástico la joven- Además, un beso no es un pecado; tú te vas a la cama con diez por semana y no te digo nada, no te alarmes, solo fue un beso.- respondió entre sonrisillas cómplices Claín.-¿ O, acaso significa algo más que un beso, querido amigo?
-Lo dice la persona que nunca ha besado a nadie, que irónica me saliste querida Bff.-respondió en tono de burla el joven-además sabes mejor que nadie, que para mí ambas son como mis hermanas; y mejor ayúdame a llevarla a la cama.-Respondió el joven con una gran sonrisa de satisfacción en el rostro.
-Jajá, muy chistoso Tefo.- respondió Claín.- Podrá ser mi mejor amigo, pero sigue siendo hombre y todos los hombres son ciegos e idiotas por naturaleza- pensó la joven, mientras recostaba a su amiga en la cama.- Mi pobre Crystel mañana amanecerá con su primera resaca, como esta creciendo mi niña.- dijo la joven en un tono de risa y orgullo en medio de un suspiro.
-Por cierto, tú donde estabas mientras Crystel se bebía medio vodka.- interrogo curioso el muchacho.
-Pidiéndome un trago, pero como tengo tanta mala suerte que hasta tu amiga soy.- le dijo burlonamente la joven al ojiazul, este por su parte lanzo una mirada de desaprobación a la pelinegra, que prosiguió con su relato.- Entonces como te decía, estoy llena de mala suerte que debido a un pequeño forcejeo, se me ha vaciado toda la bebida sobre el vestido.- Concluyo la joven mientras señalaba la gran mancha en su vestido.
-Eso te pasa por ser tan mala con tu buen amigo Stephano.- Dijo el ojiazul fingiendo un tono de tristeza.
-¿Decías algo? Perdona, no te estaba prestando atención.- declaro la joven para hacer enojar al ojiazul.
-Tú me ignoras, pero ya te quiero ver el día que me muera, lloraras por mí, ya verás.- declaraba el joven con exagerado tono de sufrimiento.
- A ver muérete para ver si te lloro.- respondió entre risas la pelinegra.- es broma, ni se te ocurra morirte, porque si estando vivo eres fregado no te imagino de muerto.
-Muy graciosa Claín, muy graciosa.- fulmino con una mirada el muchacho.
-Ya me voy a dormir, mañana tenemos clases o mejor dicho dentro de cinco horas. Que descanses bien durmiendo en el sofá.- declaro la joven mientras se dirigía a su habitación.
-Tú mamá jamás permitiría que yo duerma en el sofá.- Concluyo el rubio.
El joven tenía razón ya que desde hace años tiene una habitación en la casa de su mejor amiga Claín, la cual adoraba la idea de poder vivir algunos días con él, aunque ella le dijera lo contrario solo por el mero gusto de hacer enojar a su amado mejor amigo.
Ya en su habitación, la pelinegra se cambiaba de ropa mientras analizaba aquel encuentro con aquel hombre de mirada tan intensa pero que a ella le resultaba interesante además de recordarle a alguien de su pasado.
-Claín, no son la misma persona, no seas tonta. Solo es un extraño con unos ojos muy encantadores, pero no es él.- se repetía la joven a sí misma. Entre uno y otro pensamiento sobre aquella tan desenfrenada noche del primer día del año escolar se sumió en un profundo sueño.
Un inicio de año tan desenfrenado como ese solo significaba algo para ella y sus amigos; un año de fiestas y más incógnitas que la gente deseara saber sobre ella, pero como siempre, Claín lograra mantener su vida como hasta ahora; un completo misterio o bueno eso es lo que ella planea.
…
El despertarse para ir a la escuela después de una fiesta era algo normal, lo raro era ver a la pobre Crystel con resaca. Pero para buena suerte de todos ella juraba no recordar nada.-No estoy en condiciones de ir a la escuela.- decía la ojiverde a sus amigos.- En verdad, como ustedes puden tomar tanto sin picarse; yo apenas recuerdo haber tomado uno a dos vasos o bueno eso creo.
-Sal de la cama debemos ir a la escuela.- gritaba la pelinegra.
-Crystel en verdad no recuerdas nada más.- interrogaba el joven por enésima vez a la chica que se agarraba la cabeza.
-Ya te he dicho que no.- Contesto la joven mientras se volvía a tapar la cara.
- Les doy quince minutos para que ambos estén abajo esperándome para desayunar, iré a comprar los cafés a Starbucks.- concluyo Claín. Quien solo quería dar una vuelta antes de tener que ir a la escuela.
Ya en el automóvil la joven iba distraída apreciando el cielo, como le encantaría poder observarlo por siempre.
-Llegamos, niña Claín.- Anuncio con una sonrisa su chofer.
-Gracias, no demoro.- Decía la joven mientras bajaba del auto.
-Está segura de querer ir en pijama a comprar.- cuestiono su chofer.
-Sabes la respuesta mejor que nadie Fran, muy segura.- respondió la joven sonriente.
Esa sucursal de Starbucks se encontraba en un lugar muy poco concurrido, ni siquiera ella entendía como había un local en ese sitio, por eso era un lugar rodeado de una gran tranquilidad y sin lugar a dudas eso era lo que más le gustaba de aquel sitio.
Entro al lugar y se dirigió a caja para realizar su pedido, todo esto mientras estaba perdida en sus pensamientos, sin darse cuenta de que alguien ya la miraba desde el preciso momento que puso un pie en el establecimiento.
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Claín, fuego congelado
أدب المراهقينEnamorarse debería ser fácil, después de todo, el "amor" es el sentimiento más sublime que existe en el universo. Pero, siempre hay un pero, el enamoramiento es un fastidio algo tan complicado. Ella una chica poco común con una vida menos común. Él...