INTERROGANTES

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{JACK}

Parece que nadie nos sigue.
Ya estamos entrando en terreno africano y no hemos tenido ningún problema en el aire. Pero todos están seguros de que saben donde estamos. Ellos. Los Tres Grandes. Los Fanáticos.

- No hay mucho movimiento en esta tierra- nos informa Rachel, que viene de hablar con Zeth por walkie-. Algunos lentos, algunos corredores. Pero la mayoría de ellos ya en tan avanzada descomposición que son incapaces de moverse.
Si me concentro, puedo sentirlos. Allí abajo. La conexión con ellos es muy floja y se nota que no están en condiciones de hacer daño a nadie.
- Era de esperar- dice Zombi-. Si tengo razón, África fue la primera región en infectarse y apenas disponían de recursos para defenderse. Incluso me sorprende que haya corredores.
- Eso es algo bueno- dice Kat-. Significa que no corremos peligro.
- Dentro de poco llegaremos a Somalia. Una hora, quizás dos- nos avisa Rachel.
Y, a medida que nos acercamos, sentimos las respuestas más cerca.

- Qué de tiempo...- murmura Zombi mirando por una ventanilla-. ¿Os podéis creer que había bloqueado todo esto de mi mente? Siempre lo he sabido pero no quería recordarlo. Simplemente... fue tan duro en ese momento. Lo recuerdo todo vagamente. Ojalá pudiera hacer más...
- Tranquilo- le dice Zeta-. Es normal. Todos intentamos bloquear los malos recuerdos.
- El principio fue aterrador- intervengo en la conversación-. Fue todo tan loco y repentino. Pero lo peor es que hubo un momento en el que me gustó. Quería un cambio, odiaba el mundo. Casi me siento culpable por pensar así.
- Bueno- dice Zero vacilón-, ya sabemos que tú no tuviste nada que ver así que no podemos echarte la culpa.
- Chicos...- murmura Zombi mostrándonos sus brazos.
Tiene la piel de gallina. La piel de todo su cuerpo. Eso solo quiere decir una cosa.

- Maldita sea- dice Rachel, asomándose desde la cabina delantera-. Se acabó la suerte. Parece que vais a tener que ayudar.

La ciudad donde se encuentra la base militar Niara y sus alrededores están llenas de zombis. Más incluso que los que había en Seattle antes de mandarlos a Yanna.
- No- niego con la cabeza al ver que los demás me miran-. Apenas pude con los de Seattle. No voy a poder con todos esos.
-

También hay muchos corredores. Puede que no sea para tanto- dice Zero.
- ¿Tú no puedes hacer nada?- le pregunto a Zeta.
La mujer alza los brazos.
- Ya sabéis que eso solo ocurrió una vez. No he podido volver a hacerlo con tantos, mi máximo ha sido una docena. No voy a poder, chicos, lo siento- nos dice Zeta, cabizbaja.
- Es porque aún no has aprendido a usar tus poderes como es debido. A mí al principio también me costaba- le animo-. Puedes intentarlo.
- Si dice que no es que no- me dice Zero muy serio-. No es algo que se pueda realizar a la ligera. Es un proceso doloroso. Exhaustivo. Lo intentaremos nosotros dos.
- Nada de eso- dice Zombi-. Yo quiero ayudar y estoy seguro de que Zeta también. Iremos los cuatro. Y haremos lo posible por despejar la entrada al búnker. Además, soy el único que la conoce.
- Está bien- asiente Zeta-. Haré todo lo que pueda.
- Genial- sonríe Rachel-. Avisaré a los demás.

Media hora más tarde, estamos sobre la base militar pero el problema es que no se ve ninguna base militar. Zombi nos ha dicho que está escondida porque es alto secreto pero aún así, no podemos ver ni el desértico suelo, todo está plagado de zombis.
- ¿Estáis listos?- nos pregunta Rachel.
- Listos- decimos los cuatro a la vez.
Los cuatro jinetes del apocalipsis. Juntos de nuevo.

Nuestro helicóptero baja un poco y el resto de distancia lo bajamos en cuerdas.
Zero y yo nos concentramos y despejamos una pequeña zona, donde aterrizamos.
- Bien, ya solo quedan unos cinco mil zombis más- murmuro.
- Podemos con ello- dice Zombi y me agarra una mano a mí y otra a Zeta, y Zeta se la agarra a Zero, de modo que estamos conectados-. ¿Preparados?
Asiento con la cabeza y siento como nuestros cuatro poderes se conectan.
Los cuatro poderes en uno. Y de pronto, me siento más poderoso que nunca.

{FERB}

- Imágenes que se te pasan por la mente mientras duermes. Eso es un sueño- le explico extrañado-. ¿Nunca has tenido ninguno?
- No, nunca he escuchado la palabra y no sé lo que significa- me dice Roxana, confusa.
- No...- murmuro aterrado-. Por favor, no se lo cuentes a nadie. Yo... ¿Y si estoy enfermo? ¿Y si soy otro de esos locos?
- Tranquilo, tranquilo- me suaviza Roxana-. No creo que estés loco. Ni enfermo.
- ¿En serio? ¿Y cómo explicas que vea tu rostro por las noches mientras duermo?- le pregunto.
- No lo sé, Ferb- me responde-. Puede ser un efecto secundario del amor, no tengo ni idea. Cuando duermo todo se convierte en negro y no hay nada en mi cabeza, salvo oscuridad. Pero no voy a denunciarte ni nada por el estilo. Al contrario, creo que eres especial. Y me gustaría que tengamos más visitas. Siempre me ha interesado todo lo que no puedo entender. Buscar respuestas a todos los interrogantes. Y tú eres un interrogante en persona.
- Pero...- pestañeo varias veces-. Me alegro de que vayamos a vernos más veces, ¿pero has escuchado algo de lo que te he dicho aparte de los sueños?
Roxana asiente con la cabeza lentamente, observándome como si fuera un experimento.
- Sí, y me siento muy halagada pero debo confesar que sino me hubieras hablado de estos "sueños" no me habrías llamado bastante la atención como para querer seguir conociéndote. No quiero ninguna relación más allá de la amistad ahora mismo pero esto lo cambia todo. Esto puede ser el comienzo de algo.
Roxana sigue hablando pero no puedo escucharla. Mi mente se bloquea, dando vueltas a algo que Roxana acaba de decir. Algo que hace que me suene de antes. Pequeñas piezas de mi cabeza que se van reuniendo. Completando. Hasta formar algo desconocido y conocido a la vez. No lo entiendo. No entiendo lo que me está ocurriendo.
- ¿Me estás escuchando, Ferb?- me pregunta Roxana.
- "El Comienzo"- le digo sin mirarla, aún desconcertado-. Así se llama nuestro mundo.

Apocalipsis Zeta - Parte 7: La última amenazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora