Gemini love ¦ Saint Seiya: The Lost Canvas. 「Aspros/Defteros.」

「Castor」

Defteros está escéptico.
No se quejaba con frecuencia de su hermano mayor, pero había solo un factor que podía sacarle hasta canas en el azul océano de su cabello era la sobreprotección que el mayor tenía para consigo mismo, eso y los celos innecesarios.

Un sentimiento de incomodidad se establecía, a la vez que la exasperación que más de una vez le llevó a preguntarse hasta cuando duraría todo aquello o si era una etapa (que debió quedar en la adolescencia, por cierto).

Pero la verdad es que lo quería, mucho a decir verdad. Desde que nacieron siempre fueron muy unidos, y ahora no era la excepción.

Esa tarde fue llamado por el Patriarca del Santuario, aquel hombre que regía en nombre de Athena cuando está se encontraba ausente, la Guerra Santa de esa época todavía no daba comienzo y las misiones constantes tanto a caballeros de Oro, como de Plata y Bronce eran un entrenamiento para mantenerse preparados en caso de que estallase la Guerra.

La Casa de Géminis era la única entre las demás que tenía a dos caballeros compartiendo la armadura dorada de Géminis. Por supuesto, Defteros es consciente de que Aspros no aceptaría fácilmente la armadura si no levantaban la absurda prohibición de los dos gemelos bajo la constelación de los gemelos. Y se le permitió entrenar y vivir en las instancias de la casa de Géminis.

Los único rasgos que los difería uno del otro eran el tono azulado del cabello y el color de la piel, mientras Aspros tenía una piel más clara y un tono azulado más claro, él poseía la piel un tanto más morena y el tono azulado más oscuro.

Defteros recuerda en el pasado que había marchado a la Isla de Kanon a entrenar sus habilidades y allí creo pero también desarrolló el Mavros Eruption Clast. Posteriormente regresó al Santuario donde fue recibido afectuosamente por el mayor.

Estuvo un tiempo fuera con Asmita de Virgo, la misión era un tanto compleja. Regresaron tres meses después, lo que sirvió para afianzar la amistad que poseían. Defteros sentía que podía hablar de cualquier cosa con el caballero de Virgo, era un amigo en el que podía confiar y al que apreciaba mucho.

Cuando llegó al Santuario, fue recibido por unos labios demandantes y hambrientos, Aspros al parecer había esperado con impaciencia su llegada. Los únicos que sabían que la relación entre ellos superaba la línea de lo moral eran el Patriarca y Athena.

Solo atino a acariciar el largo cabello de él, y se llevó una sorpresa cuando fue cargado. Bueno, se querían a su manera, aunque Aspros fuera un celoso insoportable.

Y eso lo hacía sentirse feliz.