Aceptación

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Las lágrimas bañando sus mejillas no mentían, por más que sus manos cubrían su boca tratando de callar su llanto este no paraba, sentía su cuerpo sin fuerza y aquella esperanza de antaño desaparecía ante su vista como un espejismo.

La ligera brisa lo hacía temblar y el miedo invadía su mente mareandole con recuerdos distantes de momentos falsos, miradas frías y palabras cortantes, su pobre corazón roto lleno de promesas aún más rotas dolía, como si su pecho estuviera encendido hasta el punto de convertirse en cenizas, mas a pesar de eso seguía sintiéndose ajeno, un simple espectador de aquel romance sin sentido si es que se le podía llamar así.

Con la mirada perdida, abrazandose a si mismo, pequeños sollozos seguían escapando libremente rompiendo la tranquilidad del parque y regresandolo a la realidad cada que estos aumentaban casi asfixiandole, queriendo dejarse caer al borde de aquel abismo invisible lleno de un futuro ahora incierto. Porque Tsukkishima era su todo y sus ojos la arena movediza donde esperaba hundirse por siempre, sin que importara nada ni siquiera respirar, donde no se molestaría en esperar el cumplimiento de aquella promesa de amor, donde juró aclarar confusiones y cultivar aquella atracción hasta verla florecer en sentimientos, hasta lograr enamorarse por completo de él, promesa que lo lleno de esperanzas e ilusiones tontas, las mismas que se encargó de matar y le dejó contemplar como caían una a una como un ejército caído o simples fichas de domino.

Y ahora se maldecía, maldecía su suerte, la vida, lo maldecía a él, a todos, pero sobretodo maldecía el cascarón vacío que era, con los ojos hinchados miraba cada foto juntos, pero especialmente observaba la foto de ellos, la misma que habían subido hace unas horas junto con la publicación de su noviazgo tan sólo un día después de que terminaron y luego que su mirada llena de desprecio al irse casi lo matara. Con sólo ese recuerdo arrojó el celular al suelo y por fin lo hizo, gritó con todas sus fuerzas liberando un peso de su agrietado corazón, dejando su cuerpo descansar recargado totalmente en la banca donde había estado todo el rato después de huir del departamento que compartía con el rubio justo al verle llegar en compañía de su nueva pareja mientras sonrisas adornaban sus rostros. Entonces sucede con la respiración agitada, nuevas lágrimas surcando sus enrojecidas mejillas, su corazón da otro vuelco, se rompe una vez más, se quiebra en pedazos bajo un oscuro cielo nocturno donde no se ven las estrellas, tan sólo la luna rodeada de nubes grises y una llovizna que lo empapa, mojando la ropa que no se ha cambiado desde ayer al igual que su pelo y su rostro, mojando tan sólo sus restos, los restos de su separación, separación tanto amorosa como amistosa pues tal vez ahora serían simples conocidos. Es así como mirando la nada en medio de la noche, sentado en una banca de un parque vacío y acompañado únicamente por la luna, se queda ahí esperando una razón para vivir, para por fin sentirse vivo, es ahí que espera que alguien recoja sus restos y lo repare, es ahí donde se lava, donde limpia la peor de sí debajo de la lluvia que llena su silencio con los miles de golpeteos, como los que sentía cada vez que trataba de decir algo, pero finalmente se quedaba callado ante su orden, temiendo enfadarlo o disgustarlo porque él era lo primordial.

Es entonces que lo acepta, acepta su destino y separación, sin esperar una disculpa de nadie, comprendiendo que nunca hubo un mensaje oculto detrás de sus frías palabras y acciones para su persona, nunca existió ni el más mínimo atisbo de amor para él, sólo el ferviente deseo por alguien más cada que sorpresivamente entre susurros pronunciaba promesas y profesaba amor.

Finalmente dispuesto a vivir por primera vez, logra ser el protagonista de su vida, se siente vacío, destrozado pero tan pleno que casi puede sonreír, decidido se pone en pie ignorando el frío, el ligero temblor de todo su cuerpo y la lluvia que sigue su curso volviéndose más intensa, camina yéndose del lugar dejando la mayoría de penas atrás junto con el celular descompuesto con la mayoría de recuerdos juntos como única prueba de su decisión, la decisión de lograr volver a sentirse vivo olvidando sus desgracias en las cristalinas gotas de agua que descienden del cielo ahora sin luna y sin estrellas, cubierto totalmente de nubes grises que pronto se disparan igual que la bruma de su corazón.

Separación //TsukkiYamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora