2. Ese 'yo' que soy y que tal vez no sea yo.

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"Hay un fantasma en este tren. O más". Dijo Jongin.

"¿Cuántas calorías dirías que tiene el vino?" Sehun se giró hacia Chanyeol agitando la copa en su mano. Chanyeol respondió, "Pocas, creo".

"Estaba todo oscuro pero pude verlo". Jongin interrumpió de nuevo. "Bueno, no lo vi. Pero pude oír su voz".

Sehun sonrió. "Error. Tiene bastantes calorías pero si te lo bebes con gusto, serán cero". Se llevó la copa a la boca y tomó el resto del vino de un solo trago. Chanyeol rió, se volvió hacia Jongin que estaba detrás de la barra y preguntó "¿Qué?"

"Fantasmas". Insistió Jongin. "He dicho que oí a uno".

"¡Mierda, mierda! ¡Nini, aparta!" exigió Sehun saltando por encima del mostrador. Jongin se movió hacia un lado, dejando que su amigo se agachase junto a sus piernas. Justo después, una puerta del vagón restaurante se abrió permitiendo entrar a dos personas. Uno era Kyungsoo, el otro "Mierda, joder. Es él, es Jongdae." Susurró Sehun peinándose el pelo hacia atrás con las manos mientras se sentaba en el suelo.

"¿Jongdae?" murmuró Chanyeol.

"Chanjeong, cállate". Dijo Sehun desde donde estaba sentado. Chanyeol dio un giro completo en el taburete y aclaró: "Por enésima vez; no es Chanjeong, es Chanyeol y conozco a tu Jongdae".

"Fantasma". Repitió Jongin en voz baja dando por finalizado el tema. Cansado de la actitud extravagante de su amigo ebrio, le quitó la botella que acababa de recoger del mostrador. Sehun intentó alcanzarla de nuevo. Jongin apartó su mano y trató de meter un trapo en su boca. Sehun escupió el trapo. "Fantasma, cuentista, mentiroso, embustero, te creo". Susurró mirando fijamente a Jongin.

"Creía que se llamaba Jongdeok". Respondió Chanyeol. Jongin comenzó a recoger las copas vacías y colocarlas en el fregadero. Los recién llegados pasaron de largo, Jongdae se había despedido de Kyungsoo y desapareció por la puerta del extremo opuesto. "¿Quién demonios es Jongdeok? Jongin, recuerdo haberte dicho que no le pusieras nombre a tu amigo imaginario" Kyungsoo se sentó junto a Chanyeol. Vestía aún su uniforme de cocinero. Sehun se rió como si le faltara la respiración y se abanicó la cara con la mano. "Te ves tan acabado, Sehunnie" Jongin dijo, después se acercó a Kyungsoo "No es humano pero tampoco es imaginario".

Kyungsoo se asomó por encima de la barra y saludó a Sehun "Jongin es muy sensible ahí abajo, intenta no hacerle daño". Chanyeol casi se atragantó con el vino. Sehun le devolvió un ceño fruncido.

Tras recuperar la respiración, Chanyeol se limpió la boca con la manga de su brazo y dijo "El chico con el que estabas hablando, Jongdeok". Kyungsoo arqueó las cejas. "Cállate, Chanjeong". Ordenó Sehun con una expresión triste y se levantó del suelo.

Eran casi las 3 de la madrugada, hacía una hora que Jongin debía haber recogido y limpiado el bar para cerrar el vagón restaurante. "Es Chanyeol. Chan-yeol". La hora en la que Sehun revisaba los nombres escritos en los sobres que llegaban a su correo, buscando alguno que pareciera importante. "Son más de las dos, Jongin. Deberías estar recogiendo". La hora en la que Chanyeol intentaba recordar cuándo fue la última vez que consiguió dormir profunda y pacíficamente.

"Kyungsoo, este es Sehun" dijo Jongin, le quitó nuevamente la botella y se la entregó a Chanyeol. "Fuimos al mismo colegio cuando éramos pequeños".

"Es un placer, Sehun. Te diría quien soy pero dudo que mañana te acuerdes" Kyungsoo se levantó del taburete. "Aunque agradecería que recordaras recordar a Jongin que debería estar recogiendo" dijo finalmente antes de irse por donde había venido.

Sehun asintió luego golpeó con la mano abierta la espalda de Jongin "Cuando te despidan, puedes quedarte en mi casa". Chanyeol soltó una carcajada. "Tú también, Chanbeon". Él deseó poder hacerlo. Extender su existencia más allá de los límites que se le habían establecido era arriesgado, pero una parte de él recién despierta, la única que no lo había estado, hizo que aquellas palabras de un desconocido borracho se tornaran trascendentales. "Joder, le prometí no volver a beber" dijo Sehun después de caer rendido sobre la barra.

Todo lo que quedó fue silencio. Entonces Jongin resopló suavemente y antes de volver a ocuparse de su trabajo, rodó indiscretamente los ojos hacia Chanyeol, quien por alguna razón seguía allí sentado. "¿Necesitas ayuda?" él rápidamente preguntó.

"Oh, gracias Chanyeol". Jongin jadeó. Mientras colocaba el brazo de un semi-inconsciente Sehun sobre sus hombros, señaló: "Será mejor que ocultemos el resto del vino. ¿Ves esa caja?". Chanyeol asintió y Jongin le lanzó unas llaves. "Ahora eres el encargado del alcohol. Llévala a los vagones de carga, escóndela y no me digas donde. No sé si podría ocultarle ese secreto".

Si había alguna razón por la que Jongin confiaba en Chanyeol, éste último la desconocía. Cuando subió al tren, el encargado del coche cama le mostró la magnificencia de su compartimiento y la adecuada colocación del equipaje. Después, extendió la mano sugestivamente. Chanyeol le dio un apretón de manos y sin decir nada más, el encargado se marchó murmurando maldiciones. Más tarde, consciente de que era la hora de la cena, Chanyeol se dirigió al vagón restaurante en busca de algo que comer. Solo había dos personas en aquel momento, un joven camarero sirviendo copas y otro pasajero con los codos clavados en la barra. Ambos aparentaban la misma edad pero distinta personalidad. Chanyeol, que no tenía nada mejor que hacer, optó por sentarse junto a ellos.

"Nunca te apegues demasiado a alguien, Chanyeong" dijo Sehun interrumpiendo sus recuerdos. "A no ser que sea realmente atractivo y te ignore". Parecía más consciente de si mismo, pero Jongin no iba a correr ese riesgo. Ambos salieron del vagón restaurante intentando compensar el movimiento del tren con los pasos torpes de Sehun.

A solas de nuevo, Chanyeol se apresuró en recoger la caja. No era tan pesada como aparentaba. Por lo que tenía entendido, los vagones de carga se encontraban al final, atravesando el segundo coche cama. Se dirigió hacia allí con prisas pero deleitándose con las vistas cada vez que cruzaba de un vagón a otro. Hacía dos horas que el tren había salido de la ciudad pero aún se podían ver las luces a lo lejos y bajo sus pies, un enorme lago que servía de frontera entre la capital y la siguiente ciudad. Una sensación de angustia recorrió su cuerpo como abrigo en pleno verano. Allí estaba él diciendo adiós una vez a más a todo lo que conocía. Sacudió su cabeza para apartar el pelo que el viento había puesto en su cara y emprendió de nuevo su camino.

El vagón de carga era igual al resto por fuera. Jongin había comentado que durante esta época del año no había muchos pasajeros, por lo que la compañía compensaba los viajes transportando desde correo hasta muebles y vehículos como una empresa de mudanza. Delante de una puerta cerrada, Chanyeol sujetó la caja con un brazo mientras buscaba las llaves en su bolsillo.

Entonces, lo oyó. Un suave murmullo.

Canciones azules para cobardes. [Chanbaek/Sechen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora