9.- Egotistic.

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Su amor lo forzaba a cometer demasiadas faltas a su persona. NamJoon se obligó a continuar con lo que sea que dejó pendiente. Tsubaki lo amaba y según SeokJin, ese era motivo suficiente para continuar con su vida y luchar por mantener a la chica a su lado.

Cuando estuvieron en el auto, ninguno de los dos habló, Jin sabía que NamJoon se debatía consigo mismo y no quería inmiscuirse. Ya había hecho demasiado por su amigo y continuar entrometiéndose no era ni agradable, ni conveniente. Lo mejor era mantener un ritmo estable para el menor.

Al llegar a la casa de la chica, intercambiaron un par de miradas ofuscadas, nerviosas y estrepitosas. El sitio era humilde, pero desprendía un aíre agradable que los invitaba a entrar, aunque ambos sabían que era una completa falta de respeto llegar sin invitación. NamJoon cerró los ojos y suspiró, rebobinando sus planes por última vez.

SeokJin salió del auto primero y espero al chico afuera, cuando Nam estuvo listo, lo imitó y bajó del vehículo. Ambos se acercaron a la pequeña casa y tocaron el timbre, mientras esperaban impacientes.

Jin miró su reloj, mientras Nam se mordía el labio desosegado.

— ¿Quién? — Preguntó una chica desde el interior. Ninguno de los dos reconoció la voz.

— Hola, busco a Tsubaki-san. — Dijo NamJoon haciendo gala de su perfecto japonés.

La puerta se abrió, dejando ver a una chica de edad adolescente con un uniforme escolar puesto. La jovencita miró a ambos muchachos, sin poder creer en lo apuestos que eran, anonadada, tragó saliva y lucho por mantenerse firme.

— ¿Quién la busca? — Preguntó.

NamJoon sonrió.

— Soy Kim NamJoon. Tú debes ser Akiko-chan.

La muchacha asintió sin responder. Con que ese era NamJoon, su hermana parecía tener toda la suerte del mundo. Porque el muchacho parecía un sueño hecho realidad.

— Mi hermana mayor está ocupada ahora mismo. — Musitó.

NamJoon asintió.

— ¿Será posible que la vea sólo unos minutos?

Akiko miró al interior de su casa y se hizo a un lado para dejarlos entrar. Su madre le había dicho que jamás en la vida dejará pasar a un montón de desconocidos a la casa, pero NamJoon no lo era ¿O sí?

Ambos muchachos, se quitaron los zapatos y se adentraron en la pequeña habitad, siguiendo a la pequeña. Tsubaki se detuvo cuando llegaron a una habitación, se giró para mirarlos y les pidió que la esperarán.

— Hermana mayor, aquí hay un par de chicos que quieren verte. — Dijo, con voz apenas audible.

NamJoon pudo escuchar varias voces en el interior. SeokJin tragó saliva, incluso él se estaba poniendo nervioso, no quería ni imaginar lo que sentía su amigo.

— ¿Quienes? — Preguntó.

— Akiko, te hemos dicho que estamos ocupadas. — Dijo la madre. —. Diles que vengan otro día.

Akiko se giró para mirarlos, después volvió la vista a la habitación.

— Mamá... Yo ya los dejé entrar. — Confesó. — Son Namjoon-san y su amigo.

La habitación quedó petrificada. NamJoon sintió que su corazón iba a salir de su pecho y se sintió tan estúpido. Pero algo en su interior le pedía continuar.

— Ahora salgo. — Escuchó a Tsubaki hablar.

Repentinamente, levantó la mirada entusiasmado. Akiko los miró y asintió.

— Subiré a mi habitación. — Dijo y les dedicó una reverencia antes de desaparecer.

— Tsubaki, Subaru-san está aquí ¿Cómo se te ocurre? — Exclamó su madre.

— Subaru-san, esto es importante, por favor permítame un momento. — Dijo la chica y salió para poder ver a NamJoon.

Al encontrarse con el rostro del muchacho, sintió a su alma regresar a su cuerpo, el joven era exactamente como lo recordaba, sus rasgos se habían afinado más y su mirada le transmitía la misma seguridad de antes. No pudo evitar sonreír y podía jurar que no tardaría en sucumbir. Adoraba a ese hombre y anhelaba con todo su corazón quedarse en sus brazos para siempre. Pero con la madre de Ayato en su casa, toda aquella situación parecía ser imposible e incluso desvergonzada. Tragó saliva y miró a ambos.

— ¿Podemos salir un momento?

El par de chicos asintieron sin decir una palabra. Pero Seokjin notó la hilarante sonrisa que poseía su mejor amigo. Sonrió él también, pues nada lo hacía más feliz que ver al menor regresar.

Al regresar afuera, Jin se disculpó y regreso al auto, sabía que no tenía nada que hacer en aquel momento que ni siquiera le pertenecía. Ya había servido de soporte y estaba seguro de que su presencia no era necesaria.

— No puedo creer que estés aquí. — Musitó Tsubaki, acariciando la presencia de NamJoon con el alma.

NamJoon esbozó una sonrisa, admirando los rizos de la muchacha, verla recuperada y disfrutar de todo su esplendor le parecía emocionante. Lo hacía feliz.

— Vine por ti. — Confesó sin ánimos de continuar mintiendo. Más enamorado que nunca.

Tsubaki lo miró desconcertada por unos segundos y después negó.

— NamJoon, yo no puedo.

— ¿Por qué? — Preguntó. — Ayato merece descansar en paz y tu mereces ser feliz. — Bajó la mirada unos segundos y musitó. —. Yo de verdad, no deseo obligarte a nada, pero no podía quedarme sin intentarlo.

— Deseo poder estar a tu lado...

— Pero.

— ¡Pero no puedo! No puedo irme y dejar a Ayato atrás.

— No tiene sentido, Tsubaki, no lo tiene. — NamJoon miró a la chica, con ojos acuosos. — Mereces ser feliz, nos merecemos, Tsubaki.

La chica comenzó a llorar y se acercó al joven para abrazarlo, NamJoon pronto, correspondió el gesto y hundió su rostro en el cabello de la muchacha. Cerró los ojos y besó su cabeza, completamente entregado al momento.

— ¿Cómo puedo salir de todo esto? — Tsubaki no podía dejar de llorar en los brazos del chico. —. Me duele estar sin ti, pero...

— Tsubaki, casémonos. — Soltó de repente sabiendo que deseaba decirlo desde hace mucho tiempo atrás.

La chica levantó la mirada, encontrando el deseo y en los ojos de NamJoon y cuando iba a responder, su madre salió. 


A esta novela le faltan como uno o dos capítulos más el epilogo. 

Deseaba dejar de escribir por unos días, porque siento que estoy perdiendo mi esencia como escritor. Ayer estuve en una conferencia online sobre escritura en dónde tenía que compartir algunos tips, por parte de mi editorial. Pero al escuchar a varios de mis compañeros. No sé si lo sean, jajaja trabajan conmigo en la misma editorial, pude darme cuenta de demasiadas cosas que estoy perdiendo y que tengo que esforzarme por recuperar. Dejando de escribir no iba a lograrlo, so, continuaré aprendiendo escribiendo fanfics, porqué a final de cuentas, por eso escribo fanfics, para aprender. 

Les amo mucho. 

Nos vemos. 

Espero sus votos y comentarios. Si les gusta mi chamba no duden en seguirme. 

Lol chamba es trabajo en mexicano xD.

Be my medicine |KNJ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora