Capítulo 3:

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Dr. Alex:

Jhon:Lo pasamos bestial. No sabía que Corbin iba a ser padre.

Yo:Es una buena noticia.-hablábamos de la quedada del domingo mientras yo conducía dirigiéndonos al hospital.

Aparco en mi sitio y bajamos directos a la cafetería. Aunque nuestro horario es a partir de las 9, vamos anes a desayunar y mirar infórmenes. En mi despacho busco el de ella, recuerdo su cara.

Elisabeth Truman.

20 años. Ya ha estado ingresada varias veces por diversas causas, todas apuntan a golpes de su pareja, pero inventa escusas. Sin su testimonio, no se puede denunciar al agresor.

Me levanto y supiro. Me pongo la bata y voy a verla, habitación 536. Llamo y veo que está desayunando, su amiga no está, pero sí una mochila.

Yo:Buenos días, Elisabeth.

Elisabeth:Buenos días.

Yo:¿Cómo ha amanecido?

Elisabeth:Bien. Me duelen los puntos de la cara y me pican.

Yo:Eso es buena señal, por suerte no fueron muy graves. Voy a examinarlos.

Saco un guante de mi bolsillo y la linterna. Voy a ver cómo siguen, pero seguro que en cuestión de un día habrá que quitarlos. Examino los de la ceja y no puedo evitar fijarme en sus ojos claros. Trasmiten tristeza, pero vitalidad.

Amiga:Perdón. He ido a la cafetería -dice distrayéndome.

Yo:Bueno. Los puntos bien, que te los curen por la noche. Ahora examinaré la herida del costado.

Levanto el vestido, ella se muestra avergonzada, tiene un gran hematoma alrededor de la herida.

Yo:Supongo que no le importa que esté su amiga delante.

Elisabeth:No, en absoluto.

Voy a por una silla y me siento a su lado.

Yo:Me dirá a mi también que se ha caído por las escaleras.

Elisabeth: Es la verdad...

Yo:Me he topado muchos casos como los suyos. Y estoy cansado de oír escusas. Todas decís lo mismo, ¿por qué? Creéis que somos tontos y no es así. Queremos ayudar, pero no queréis ser ayudadas. ¿Cuántos años tienes?

Elisabeth:20.

Yo:¿Te compesa destrozarte tu juventud así? De esto se sale, con tus amigos y familiares y con psicólogos con los que puedas hablar.

Elisabeth:No es tan fácil.

Yo:¿Por qué?

Elisabeth:Me amenazó con hacerle daño a mi hermana pequeña-comienza a llorar.

Yo:Pueden ponerlr una orden de alejamiento y meterle en a cárcel. Tengo amigos policías incluso guardaespaldas.

Elisabeth:No...no puedo permitirlo.

Yo:Yo puedo pagarlo, puedo ayudarte, déjate ayudarte.

Elisabeth:No quiero seguir hablando.

Cierro el puño. ¿Por qué es tan terca? Tiene que salir de esto, yo la ayudaré. Necesita ayuda.

Lily:

El doctor sale con Denver al pasillo y hablan de mí,  como si no estuviera. Acabo mi desayuno y me levanto para ir al baño. Un dolor punzante atraviesa mi costado y caigo. Corriendo vienen en mi ayuda. El doctor, que tiene mucha fuerza me acoge en vilo.

Doctor:¿Dónde ibas?

Yo:Al baño-digo avergonzada.

Me lleva hasta el mismo baño y luego me espera en la puerta. Denver entra conmigo.

Denver:¿Has visto lo guapo que es?-susurra.

Yo:S...sí. -orino y tiro de la cadena. Luego me lavo las manos.

Doctor:Te ayudo.

Yo:N...no,puedo sola.

Doctor:Perdona, no te cogeré, pero apóyate en mí.

Me suben en la cama y me arropan.

Doctor:Elisabeth, debo irme. Tenga cuidado y avísenme con cualquier cosa.

Yo:Gracias.

Se va y cierra la puerta. Denver me mira sonriendo.

Denver:Está cañón. Has visto esos ojos. Madre mía.

Yo:Denver, es duro esto para mí.

Denver: Puedes salir. El doctor te va a insistir todos los días. Podemos ayudarte los dos. Tiene interés en que salgas, se preocupa por ti.

Suspiro. Se preocupa por mí. No lo conozco y lo hace, es triste, pero es lo más bonito que han hecho por mí este año.

Las marcas de una florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora