prólogo: un giro inesperado.

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Yo tenia 5 años cuando la conocí.
Era una tarde de otoño yo iba con mi hermano mayor al parque como todos los días . Pero ese día fue diferente. Lo fue porque la conocí.
Yo estaba jugando con la pelota mientras mi hermano hablaba con una chica. La pelota se me escapó y salió rodando colina abajo.

Ella estaba abajo con una mantita sobre el césped con tacitas, platos, comida de mentira y un perro grande tumbado a su lado. La había visto unas cuantas veces antes y siempre daba igual donde estuviera siempre estaba con ese perro a su lado, pero nunca me había acercado a ella a hablar ni nada. Cuando la pelota chocó suavemente con su pierna ella dirigió su mirada primero hacia la pelota y después hacia mi.

-¿Es tuya?-  me preguntó al mismo tiempo que  la cogía y se levantaba para estar a la misma altura que yo.

-Ehh… si es mía, gracias.- dije al coger la pelota.

El perro al escucharnos hablar se despertó y se sentó mirándonos. Me iba a marchar pero ella empezó a hablar de nuevo  y me di la vuelta para escucharla.

-Me llamo Valerie pero me puedes llamar Val y él es Max- dijo señalando a su perro- ¿Y tú como te llamas?

- Julen

-Julen -dijo repitiendo mi nombre.

Yo creo que fue en ese mismo momento que dejo escapar mi nombre de sus labios cuando me di cuenta que nunca había sonado tan bien mi nombre. Y también fue el principio de una bonita amistad.

A partir de esa misma tarde todas las tardes jugábamos juntos en el parque hasta que caía el sol y meses más tarde ella venía a mi casa o yo iba a la suya para jugar juntos.

Una tarde de 4 de julio ocurrió todo. Estábamos en su casa, en su salón. Ella llevaba un peto vaquero con una camiseta de manga corta iba descalza porque le encantaba ir sin zapatos y llevaba un cascabel porque decia que ponía nervioso a su gato y le encantaba ponerlo nervioso.

-vamos a jugar al pilla pilla- dijo de pronto.

- venga vale ¿quien se la queda? – dije yo levantandome del sofá.

¡TÚ!- dijo gritando mientras salía corriendo.

Yo salí corriendo detrás de ella, pero ella corría tan rápido como yo,  abrió la puerta de la calle y salió corriendo para que no la pillara, yo en ese momento no pensé lo malo que fue eso porque fue a cruzar la calle, no miró a ambos lados y un coche de color rojo la atropelló, se quedó suspensa en el aire que para mi fueron largos minutos, un sonido horrible y sordo se escuchó cuando aterrizó en el suelo. Todavía doce años después recuerdo ese horrible sonido y pienso que si a lo mejor le hubiera dicho “Val, a la calle no” nuestras vidas no hubieran cambiado.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2018 ⏰

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17 Años Para Decírtelo #Thedomains2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora