'Love with hate ; 증오심과 사랑' | YoonMin

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YoonGi 7 años. JiMin recién nacido.

Eran las cinco y media de la mañana, el pequeño de cabellos azabaches se encontraba en una sala de hospital apretando fuertemente la silla en la que se encontraba mientras miraba como sus pies se movían de adelante hacia atrás esperando alguna noticia. Todos creían que parecía un niño tierno, agradable y contento, era todo lo contrario.

En enero pasado, su madre murió por una sobredosis, según su padre había muerto por un paro cardíaco.  Resulta  que su hijo fue más inteligente que él, supo el por qué su madre había muerto de una fuerte sobredosis de pastillas. Y ese motivo era el que estaba ocurriendo en este instante, desde ese entonces, YoonGi tuvo que aprender a ser maduro a su corta edad, y acabar la relación de su padre y la mujer estúpida.

A esa corta edad era más listo que un adulto, a esa corta edad ya sabía que era lo bueno y lo malo. Lo estúpido, todo, a esa edad ya maldecía y detestaba la vida, odiaba a su padre, madrastra y al maldito bastardo que esta por nacer. Un hijo de puta, sin duda.

— ¿Estás emocionado por conocer a tu hermano?.  — preguntó su padre tomando asiento. El menor solo bufó en respuesta, el olor a hospitales lo detestaba y sin duda no quería ver llegar al bastardo al mundo.

— ¿Me ves cara de felicidad papá?.  — cuestionó con una sonrisa sarcástica. Su padre solo lo miro y suspiro.— Debí suponerlo. ¿Ya me puedo ir?.

— ¿No quieres esperar?. — preguntó mirando como el niño se bajaba de la silla y caminaba hasta donde se encontraban el chófer y el guarda espalda. El menor se paro en seco y giro a ver a su padre, cualquiera diría que el pequeño era muy maduro para su edad y tenía carácter de viejo amargado y para nada feliz.

— ¿Esperar a qué nazca el bastardo de tu hijo?.  — rió con sarcasmo. Su padre lo miro estupefacto ¿de dónde había aprendido tanta palabra?.— Gracias pero no.

— YoonGi, mide tu manera de expresarte, es tu hermano también y tienes que aprender a dejar las cosas del pasado. No toda mi vida estaría solo, esperando a que el alma de tu madre regresara y me llevara de este mundo. También tengo el derecho de rehacer mi vida hijo.  — dijo el hombre caminando hasta el más pequeño para arrodillarse a su altura. Pero para la edad que tenía, era alto.

— Vaya que ironía papá, pero, tú hiciste tu nueva vida cuando todavía estabas casado. Así que deberías ahorrarte esa historia. — dijo el menor girando para caminar hasta el chófer para que lo llevara a casa.  — Te veo en casa, si quieres, puedes olvidar al bastardo aquí. Adiós papi.

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La puerta principal de la mansión se abrió mientras el pequeño de cabellos azabache entraba dejando su mochila en el  enorme sofá color crema, hace un par de días el bastardo de su hermano había nacido, JiMin se llamaba el pequeño, y no tenía muchas ganas de verlo que se diga, hoy regresarían del hospital, lo más seguro es que su padre este saltando de alegria al tener a un nuevo hijo. Asco.

Corrió hasta su habitación, no podía hacerle nada ahora al bebé nuevo, lo que había leído y aprendido, que los bebés son muy delicados y podrían morir con el mínimo golpe. O tener daños en su crecimiento,   pero hacerle una broma a su madrastra no era para nada malo, había conseguido una araña y podría ponerla en el lado de la cama donde duerme su madrastra.

Tomo el frasco donde tenía a la tarántula y corrió a la habitación de su padre la cual compartía con su madrastra, quito las sábanas y las almohadas para luego tirar la tarántula en la cama y volver a poner todo en su lugar. Solo esperaba a que no le pasará nada. Salió de la habitación y corrió a la suya para guardar el frasco y bajar a almorzar.

— Kristal, ¿podrías traerme jugo? . — pidió tomando asiento en el gran comedor que estaba en la cocina. La señora lo miro y asintió, le entrego su cartón de jugo y algunas galletas mientras estaba el almuerzo.

— ¿Cómo te sientes al saber qué tendrás un hermanito?. — le preguntó la señora. El menor alzó los hombros desinteresado en la platica y siguió bebiendo de su jugo.

— Simplemente, no lo quiero. — confesó tomando de su jugo, la mujer lo miro con curiosidad. — Él tiene la culpa de todo lo que esta pasando, ¿recuerdas todas la noches en qué mamá lloraba?, era por él. Como mamá murió en enero, es por qué se había enterado que Park Sook estaba embarazada. Ya tenía un mes.

— ¿Cómo lo sabes pequeño?. — preguntó sorprendida al saber que el pequeño YoonGi sabía todo eso, el menor solo alzo los hombros.

— Digamos, que cuando salimos del panteón, escuche hablar a papá y a Sook de eso. — dijo dejando el cartón de jugo vació. Se puso de pie y camino hasta la sala a esperar a su padre. Eso se lo había advertido.

Luego de unos minutos la puerta principal se abrió. Sook traía un pequeño bulto en sus brazos y su padre una pañalera colgando desde su hombro. Los dos se veían felices cargando al pequeño JiMin bastardo. Sook sonrió al ver al hermano mayor de su hijo sentado en el sofá. Camino hasta él y se sentó al lado del menor.

— ¿Quieres conocerlo?. — preguntó. El menor asintió, la mujer quito la manta amarilla que ocultaba el rostro del bebé.

YoonGi se acerco para mirarlo mejor. Era cachetón, a simple vista parecía adorable. Pero para YoonGi era un error.

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La tarde había pasado rápido, eran las ocho y media de la noche, su padre y su madrastra estaban en la sala reciviendo algunos amigos que vinieron a conocer a JiMin, YoonGi por su parte, ceno y se encerró en su habitación. Se había duchado y se había puesto la pijama.  Había salido de su habitación para ir a la cuna de su hermano. A esta hora su madrastra subiría a la habitación de su padre.

Al llegar se acerco a la cuna y miro al bebé durmiendo plácidamente. YoonGi hizo una mueca de asco al verlo.

— Me presento. — susurro. — Soy Min YoonGi, y seré tu tormento Min JiMin.

Después de eso, un grito se escuchó y el fuerte llantó del bebé no se hizo tardar en aparecer. Sonrió y salió corriendo a su habitación.

Desde ahora sería el tormento de su medio hermano. Del bastardo.

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Nos vemos en el próximo capítulo.