Sentimientos encontrados.

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Dahyun.

Encontrarme a la persona que me lastimo tiempo atrás, no es fácil. No puede aguantar seguir viéndola ahí, no quiero que vuelva a mi vida y menos a la de mi hija. No sabía como reaccionar, solo comencé a caminar hacía la salida ignorando a toda persona que se cruzará en mi camino. Cuándo estuve afuera comencé a correr, las lagrimas no tardaron en llegar. Alguien sujeto mi mano para detenerme. 

  — ¿Qué sucedió Dahyun? ¿Estas bien?— Preguntó preocupada.

  — Llévame a mi casa— Casi suplicando.

Me pidió que esperara que iría por el auto para llevarme a mi casa. No quería volver a encontrármela pero algo me decía que eso no sería posible. Pasaron unos 10 minutos y ya había llegado momo, me abrió la puerta para que pudiera entrar. Me puse el cinturón, en todo el caminó solo miraba a la ventana, veía pasar los autos, los edificios, las personas... Me puse a pensar en los años pasados en el que decidí venir hasta aquí con la esperanza de comenzar de nuevo, de ser otra y una mejor persona para mi. Todo parecía desvanecerse como si realmente no hubieran pasado 6 años sin verla. Todo esto me lastimaba, tenía que hacer algo. Tenía que ignorarla.

  — Dahyun, no quería ser inoportuna pero ¿Qué sucedió?— Se estaciono en un parque cercano.

No podía contarle que la persona que choco conmigo por accidente, su mejor amiga era la madre también de Seina. Tenía que inventar algo, nadie podía saber la verdad.

  — Lo siento momo, por arruinar tú celebración es solo que recordé algo que me puso mal, eso es todo— Mustié.

  — Me preocupaste, comenzaste a irte de la nada. Pensé que te había incomodado alguien, recuerda que puedes contar conmigo para lo que necesites— Me sujeto la mano.

Era un gran apoyó en este momento, no me aguante y me abalance hacía ella para poder abrazarla, lo necesitaba. No tardo en corresponderme el abrazo, no pude evitar llorar. Tardamos así unos 3 minutos pero parecieron más. Me separé para que pudiera continuar con el caminó. Mi llanto ya había parado, me sentía más tranquila, tenía que estarlo, no podía llegar alterada a casa. Me despedí de momo, entré, la niñera estaba viendo una película, le pague y se fue. Subí las escaleras para dirigirme al cuarto de mi hija. Pude ver que estaba dormida, se veía tan tranquila, me acerque para poder verla mejor, comencé a acariciarle su cabello. Sin duda era una mini sana. La acomodé para poder recostarme a un lado, la abrace, sin duda era lo más valioso que tengo. Me sentía cansada, no importaba que no me hubiera cambiado, deje que el sueño me venciera...

Sana.

Me encontraba en el balcón de mi habitación, prendí un cigarrillo, podía sentir como el humo me tranquilizaba, no sé que sentimientos tenía. Comencé a beber un poco, luego otro, hasta que se hicieron más. Me sentía ebria, no podía caminar de manera adecuada. Si ella esta aquí significa que... ¿Mi hija también? muchas cosas me pasaban en la cabeza, no podía pensar de manera adecuada no después de a ver tomando un montón. Tzuyu salió del baño, se había metido a bañar.

  — ¿Qué pasa Sana?— Dijo sentándose en mi regazo.

  — Nada, estoy bien— Sus manos rodearon mi cuello.

— ¿Debería hacerte sentir mejor?— Dijo con voz seductora.

Comencé a besarla, mi agarre con ella era más brusco de lo normal, no me importaba si la hería o no. Le quité la toalla que cubría su cuerpo, la tire al sofá y comencé a besarle el cuello en seguida de la oreja. Le mordí su hombro, pude escuchar su gemido de dolor. 

  — ¡Puedes hacerme lo que quieras hoy!— Jadeo— Pareciera que no has tenido sexo desde hace un mes o será que simplemente me extrañas— Susurro en mi oído.

  Escuchar aquellas palabras eran como música para mi. Baje a sus pechos para poder lamernos y morderlos, no podía concentrarme.

Flashback:

 La fiesta comenzaba a ponerse aburrida, le pedí a Dahyun que viniera conmigo a otro lugar. La lleve a mi departamento para que pudiéramos hablar un poco y así lograr lo que quería. Le di una cerveza que no acepto al principio pero fui demasiado insistente.

Me fui acercando lentamente a ella, hasta que nuestros labios quedaron a centímetros. Podía sentir su respiración, estaba nerviosa. Rompí la distancia comencé a besarla lentamente no era un beso lleno de lujuria quería que se sintiera segura conmigo. Baje mi mano hasta su pierna y comencé acariciarla lentamente subiendo un poco más allá del vestido. Su piel reaccionaba a mi contacto, la empuje un poco para que cayera encima del sofá y yo quedará encima de ella.

 — Sana, no estoy segura de esto... Yo la verdad nunca he estado con nadie— Dijo cerrando los ojos con una voz temblorosa.

  — ¿Es tú primera vez? No tienes que preocuparte de nada— La comencé a besar de nuevo.

Se relajo un poco podía sentir que mi pantalón comenzaba a apretar, su beso hizo que reaccione más pronto de lo que pensé.

— Sabes Dahyun, yo soy algo especial— La besé— No tengas miedo ¿Si?

Su mirada era de confusión, tomé su mano y la lleve en mi entre pierna. Podía ver su asombro aunque estuviera algo obscuro y la única luz fuera el reflejo de la luna entrando por la ventana de la habitación.

— ¿E-res hombre?— Pregunto.

— No, soy mujer. Solo que tengo algo diferente, si no quieres puedo parar y no te molestaré más— Dije un tanto decepcionada.

— No, no me importa... Tú en verdad me gustas sana— Su voz era temblorosa, su mirada decía lo avergonzaba que se sentía.

Era la primera vez que estaba con alguien así, que tuviera miedo, que temblara, que no supiera que hacer. Pero aquí me encontraba con ella en la sala de mi casa en una noche de sábado. Le quite el vestido con delicadeza, intente que mis caricias fueran suaves para no asustarla. La besaba con cuidado como si se fuera a romper, era tan hermosa. Fue tan bonito que no me importo venirme en ella... 

Fin del Flasback.

Empuje a Tzuyu lo más lejos de mi. No entiendo porqué me vino ese recuerdo en estos momentos... ¡Que diablos pasa conmigo! Seguro es por las cervezas que me tomé no debe ser por otra razón.

  — ¿Qué rayos pasa contigo? Primero te pones juguetona y luego me empujas— Sonaba irritada.

— No tengo ganas, no hay otra razón. Vete a dormir— La miraba sería.

— ¿No quieres tener sexo? Me sorprende si tú siempre quieres— Dijo sorprendida.

— Pero hoy no, podrías largarte, no quiero verte.

Vi que salía de mi habitación. Tarde unos minutos sentada en el sofá, veía a la nada. Me dolía la cabeza, me sentía irritada. Saque un cigarrillo de mi bolsa y comencé a fumar, lo necesitaba, necesitaba matar todos estos pensamientos... no sé porque me comportaba de esta manera y realmente no sé si quiera saberlo, no ahora.     




Te odio (SAIDA)  G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora