Reuniones

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Autor: Helindir.

Autor: Helindir

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El reloj sonó. Momento de levantarse. El pequeño dragón la empujaba y resoplaba.

- Si, si, ya se, ya voy. Aún es temprano-.

Rápidamente se arregló. Ella era simple. Nada de maquillaje o de atuendos extravagantes e incómodos. Un Jean, una camisa y un chaleco. Un par de botas.

En pocos minutos ya estaba lista.

Pensó en conseguir algo que comer en el camino, pero desistió. Luego iría a la cocina y buscaría algo que desayunar. Sabía que los elfos le podrían traer el desayuno, pero ella funcionaba a lo muggle. Después de todo, había vivido mucho tiempo en el mundo muggle, casi sin usar la magia y había visto el lado divertido de esa forma de vivir.

Abrió la puerta de su cuarto, dispuesta a irse, y miró al dragón que estaba en su escritorio.

- ¿Vienes o quieres quedarte?

El pequeño dragón voló a sus hombros y emprendieron su camino hacia el despacho de Dumbledore.

Durante más de 4 horas, la guardiana imperial y el respetado director discutieron todos los asuntos que pudieron: métodos de defensa, técnicas que podrían enseñarse a los alumnos, temas que debían dejarse de lado, decisiones del ministerio de magia...

Ambos llegaron a acuerdos muy eficaces, y Dumbledore se sorprendió de cómo Ivonne, a quien había conocido de muy joven, no había dejado de lado su sencillez y cómo, en todo momento, lo trató como si no fuera ella, la que tenía un cargo superior.

Se despidieron felices e Ivonne se dirigió directamente a recorrer nuevamente el castillo.

La hora del desayuno había pasado hacía mucho, y, por más que su dragón gruñera, esperaría al almuerzo.

Se topó con un agradecido y adulador Sirius, con el cual intercambio pocas palabras.

No lo detestaba, sabía que ahora era un buen sujeto. Sino, no hubiese realizado la investigación. Pero tampoco le agradaba demasiado. Conocía bien su antiguo maltrato hacia Severus, y la injusticia, en cualquiera de sus formas, le molestaba.

Había pensado con Albus, la estrategia de hacer más frecuentes los duelos entre los alumnos. Ella se había ofrecido a impartir las. Pero antes debía conocer un poco de cada alumno. Sabía que había habilidosos, como el ya conocido Potter o la jovencita de altas calificaciones, o duetos perfectamente acoplados, como los gemelos Weasley. Y sabía que había verdaderos desastres de magos.

Tendría que tomarse varios días, con las clasificaciones generales de cada alumno, para hacer duelos equilibrados.

Suspiró. "Tedioso" pensó. Iba a estar encerrada varias tardes con esa labor. Pensó seriamente en alguien que lo ayudara. "Sybill... no, es capaz de equivocarse en la mitad de las clasificaciones... y hablará durante casi toda la tarea".

Había llegado al aula donde Lupin daba clases. Decidió pasar. Pero tampoco quería interrumpir. Debía ver todo como si no estuviese. Le indicó a su dragón, que se fuera a su cuarto y luego de volverse invisible, traspasó la puerta y contempló la clase en un total anonimato.

No vio nada fuera de lo normal. Identificó a los más carismáticos de cada casa. Supo de inmediato quién era la de las altas calificaciones.

Fue una clase normal. El tema de la clase siguiente: dragones oscuros y cómo combatirlos.

Buena idea, si no fuera porque hacía falta un nivel de magia que escasos alumnos tenían. Al finalizar, se volvió visible y camino hacia Remus mientras más de un alumno se asustaba al verla, mientras se dirigían a la salida.

- Buena clase. Interactiva- Elogió Ivonne.

- Gracias, hago lo que puedo. Trato de hacer lo contrario del profesor Snape- Aclaró haciendo hincapié en lo último.

- Es su método... - Lo defendió- Pero vamos a lo que vine. ¿Tendrás un registro medianamente actualizado de las notas de los alumnos? Quiero hacer duelos para entrenarlos y no quiero poner un troll con un Merlín.

- ¿Dumbledore no te los dio? El lleva el registro de todo.

- Si, pero son muy generales. Se que cada profesor lleva un registro más puntual. Con falencias, virtudes, puntajes exactos. Necesito esa exactitud.

- Te vas a divertir....- Rió Remus, mientras buscaba la ficha entre el tumulto de papeles.

- Como nunca- Suspiró resignada mientras caminaba entre los pupitres.

- Aquí tienes- Dijo extendiéndole una carpeta de considerable contenido- ¿Le vas a pedir una carpeta así de completa a Snape? Te advierto que solo encontrarás bajísimas calificaciones y críticas de toda índole.

- Que insistente... -Tomó la carpeta. Mientras se dirigía a la salida exclamó:- No lo culpes por ser estricto. No todos son cachorritos tiernos como tú.

- Ni tampoco soy un dragón cruzado con demonio, como tu amigo- Le respondió en voz muy alta mientras veía que salía.

Solo recibió una mueca como respuesta y rió para si. Pensó: "Sigues defendiendo a pesar del tiempo... Ya te darás cuenta de que no es el mismo joven tímido y débil que conociste".  

La Guardia Imperial | SSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora