26.- QUE VOY A HACER CON ESTA VIDA...

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Hace unos días, en México...

Los días pasaban y el trabajo aumentaba. No nos daba tiempo siquiera a respirar de lo rápido que iba todo. Teníamos trabajo a todas horas y no nos daban tregua alguna. Nicolás y yo siempre estábamos juntos. El me ayudaba a elegir la ropa de las entrevistas, promociones... Me decía a qué hora tenía cada cosa, que día... Eso si, en lo personal ya no quedábamos nunca, no teníamos tiempo. Se quedaba siempre en mi habitación del hotel pero con el cansancio solo dormíamos. Ni cenas, ni fiestas, nada. 

Estaba agotada, realmente exhausta. Estábamos preparando fechas para el lanzamiento del disco, para el inicio de los conciertos y también para ir a España. Si, dentro de un mes volvíamos por un par de días, pero solo a una fiesta de famosos a la que nos habían invitado. 

Cuando me lo dijeron no me lo podía creer. ¿Iba a ver a Aex? Y si la veía ¿querría ella hablar conmigo?

Bueno, la verdad es que tampoco me daba tiempo a pensar en ella estos días. El trabajo hacía que me olvidara de todo, solo podía pensar en eso. Debía concentrarme al 100x100.

Cuando por fin nos dieron dos días libres, Nicolás y yo decidimos ir a cenar para aprovechar el merecido descanso. 

Me llevó a un restaurante muy reservado, ese al que suelen ir los personajes conocidos para que no los fotografíen. Era enorme y muy bonito. No había mucho ruido y por lo que me habían dicho se comía bastante bien. 

Cenamos tranquilos, entre risas toda la noche disfrutando de no estar trabajando por un día. Aunque tampoco había mucho que contar, porque ya lo sabíamos prácticamente todo el uno del otro. Pero nunca nos faltaba tema de conversación y eso me encantaba. Tenía una confianza especial con el, diferente a la que había tenido con todos los demás. 

Al acabar allí, que por cierto, nos echaron sutilmente porque ya era la hora de cerrar, decidimos seguir en el hotel. 

Llegamos y cogí una botella de vino y dos copas. Sin darnos cuenta acabamos esa botella y la mitad de otra. Y equitativo, ninguno bebió más que el otro. 

Empecé a pensar, y se me dio por besarlo. ¿El por qué? No lo se. Un impulso supongo. Pero sorprendentemente se apartó y me sentí estúpida. Había medido la pata demasiado.

 

-Lo siento, lo siento, lo siento...- dije avergonzada- Tienes novia ¿no?- el chico rió

-Malú... A mi es que no me gustan las chicas...- empezó a reírse y supongo que de mi cara, que era un auténtico poema. Pero pronto empecé a reírme yo también. 

-Soy estúpida.- reí- No sé que me pasó, de verdad, lo siento. Pero supongo que tengo que encontrar a alguien, antes de ir besando a todo el mundo. 

-Respecto a eso... No puedes usar a una persona para olvidarte de otra. Te haces daño tu y le haces daño a la persona. Quieres a Alex, no hay más. No puedes negarlo, ni tampoco intentar olvidarla. Lo mejor es que dejes que pase el tiempo hasta que lo superes. Mientras tanto no enredes más las cosas. 

-Ya... Pero realmente no soy capaz de olvidarla. Por mi sola no. 

-¿Por qué no la llamas y habláis las cosas?

-Lo intenté mil veces, de verdad. Marcaba su número y me quedaba viendo a la pantalla como una idiota, pero no me atrevo a llamar. No soy capaz, no puedo. Solo de pensar que a lo mejor no quiere hablar conmigo, que a lo mejor ya está con otra persona... No puedo Nico. 

-¿No te das cuenta de que cuanto más esperes peor va a ser? Si sigues esperando va a llegar un momento en el que puede que alguien haga que se olvide de ti. Si sigues esperando la pierdes. 

-No puedo, de verdad. No puedo. Cuando me vea capaz la llamaré. Mientras tanto, si encuentra a alguien pues no me queda más remedio que alegrarme por ella...

-Mira Malú, si no vas a hacer nada deja de quejarte por haberla perdido. La dejaste tu, tu decidiste que era el final. Tienes dos opciones, seguir con ella o sin ella y solo tu puedes arreglarlo todo. No es que no puedas, es que no quieres. Así que si no vas a hacer nada deja de quejarte ya.- Sus palabras me llegaron como todo lo que decía, pero esta vez me dolieron, me dolieron muchísimo. Nicolás siempre decía lo que pensaba, por mucho que a la gente le pudiera molestar. Y admiro eso de el, pero me duele. Tiene razón, por supuesto, pero hubiera agradecido que me lo hubiera dicho de otro modo.- Tengo que irme.- sentenció

-¿No te quedas?

-No. 

-¿Comemos juntos mañana?

-No. Piensa en lo que te he dicho. Nos vemos el lunes en el estudio. 

 

Sin más se fue. Me dejó de piedra, con todo lo que dijo en general. Era la forma más clara que tenía de decirme que solucionara mis problemas sola, desde luego. 

Pero lo entiendo. Si ni siquiera yo sé lo que quiero ¿cómo lo va a saber el?

Una llamada hizo sonar mi móvil quitándome de mis pensamientos. Contesté sin ver quien era. 

 

-¿Diga? 

-Malú, soy Sofía.- no sé por qué razón pero después de todo me incomodaba hablar con ella, me avergonzaba de mi misma por lo que había hecho. 

-Ah.. Hola Sofía, cuanto tiempo. 

-Si, lo sé. Escucha, quería saber si ibas a venir a mi boda...- Dios, la boda. Se me había olvidado por completo.

-Pues... No lo sé, la verdad... No creo que pueda, además...

-No quieres ver a Alex. ¿No?

-Si quiero, pero...

-Da igual, no es cosa mía. Solo era por confirmar. Te volveré a llamar. 

 

Colgó antes de que me diera tiempo a decir nada más. No parecía muy contesta de hablar conmigo, la verdad. Y la entiendo, si alguien le hubiera hecho lo mismo a mi hermano la querría matar. 

 

Esa noche no dormí. No conseguí pegar ojo. A la mañana siguiente me dolía la cabeza como si tuviera la resaca de una semana encima. Había estado toda la noche pensando, reflexionando. Los recuerdos como siempre no se quedaban atrás, pero por sin había tomado una decisión. ¿Sería la correcta? No puedo saberlo. 

THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora