Una persona única y especial llega a Hogwarts para proteger a todos, vencer el mal reinante, y, lo mas importante, cambiar para siempre la vida de Severus Snape.
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ꜱᴇʀɪᴇ ɪᴠᴏɴɴᴇ
ESTA OBRA NO ES MIA
Sitio con la obra original: https://www.potterf...
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Casi un mes después, Severus iluminó el rostro de su amada cuando apareció con una pequeña caja, y un simple pero hermoso anillo en el interior.
Un fuerte abrazo, besos y una docena de "si" fue su respuesta.
Ya pronto dejaría de ser McCain y se convertiría en la señora Snape.
¿La vida podía ser más dulce?
Si. Y llegaría en forma de sorpresa no esperada, un par de meses después.
Ivonne lloraba desconsoladamente en la enfermería.
Había llegado casualmente, por una tontería, pero lo que Madame Pomfrey le dijo, la había shockeado y hecho llorar hasta la última lágrima.
Alguien había visto eso, y pensando lo peor, corrió buscando a Snape, quien llegó tan rápido como sus piernas lo permitieron.
No entendía lo que pasaba, simplemente Ivonne no lograba articular ni una palabra.
La consoló como pudo.
Madame Pomfrey se veía muy tranquila para ser algo malo; eso lo confundía terriblemente.
- ¡Estoy embarazada!- Gritó Ivonne entre sus brazos con los ojos rojos y lágrimas empapando su rostro.
- ¡¿Que?!- Severus no podía dar crédito a lo que oía- ¿No fue hace muchos años atrás que los médicos te diagnosticaron estéril?
- ¡Si! Pero ahora parece que no.
La abrazó con fuerza. Se sentía eufórico, ¡Iba a ser padre!
Nunca había pensado en tener hijos con ella. Sabía que era imposible. Pero ahora, a pocas semanas de su boda, esa noticia lo había conmocionado.
Madame Pomfrey intentó explicarle lo sucedido:
- Ivonne vino por que no se estaba sintiendo bien en estos días. Intente ver que tenia, pero nada. Tuve una corazonada de que estaba embarazada, aunque sabía que no podría. Pero si, lo está. Creo que el volver de la muerte, revivió algunas otras cosas.
Severus aún no reaccionaba bien. Ivonne lo notó algo extraño y pensó que él, en realidad no quería ser padre.
- ¿No quieres tener un hijo?- Le preguntó temerosa de la respuesta.
- ¿Qué dices? ¡Claro que si! Solo que aún no me doy por enterado.
Un fuerte beso los relajo mientras pensaban en el mundo que venía.
En los pasillos, la noticia corrió como pólvora.
En los despachos, profesores dejaban sus labores entre sonrisas para dirigirse a una enfermería donde los, en breve, señor y señora Snape eran ahora, más felices que nunca.
