Capítulo 7

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Clarke la atrajo muchísimo más, moviendo su cadera instintivamente, mientras que su sexo era frotado contra su muslo. Emitiendo un leve gemido:

– Vamos a tu casa

Dijo por fin la rubia con verdadero anhelo. Lexa emitió un gruñido salvaje, la dio un beso con pasión y hasta con un toque de furia:

– Monta en el coche

Ordenó antes de separarse y dirigirse al asiento del copiloto. Por suerte el departamento de Lexa no pillaba lejos. Puesto que, cuando comenzó a trabajar en la empresa decidió pillarse uno más cercano. De caminó, Clarke sentía que en su fuero interno batallaba sin cesar ¿Por qué Lexa? ¿Cómo es con solo mirarla ya se humedecía?

El piso estaba en la cuarta planta, pero se deseaban tanto que no podían esperar para tocarse o para que Lexa la tocase literalmente, pues siempre que la rubia intentaba tocarla, ésta la agarraba las muñecas y se las colocaba detrás de la espalda, inmovilizándola mientras la devoraba a besos, mezclados entre pequeños mordisquitos:

– Joder Clarke, me vuelves loca– Clarke gemía sin cesar– Quiero follarte una y otra vez.

Nada más abrirse las puertas del ascensor, la agarró de la mano y fueron con urgencia hasta el piso de Lexa.

No había cerrado la puerta tras de sí, cuando la ojiverde ya la comenzó a desnudar, casi arrancar la ropa. Entre respiraciones fuertes y gemidos se dejaba llevar. Desnuda de cintura para arriba, Lexa, fijó su mirada en sus voluptuosos senos, tan redondos y perfectos, sin dejar de mirarla con fascinación, acarició sus pezones con los dedos gordos de la mano. Como incitándolos a quedar erectos, preparados para ser lamidos, mordisqueados y devorados por su boca. Emitiendo un gruñido enterró su cara en su canalillo mientras los apretujaba, entre mordisquitos, fue recorriéndolos hasta dar con su pezón, redondo y rosado:

– dios, son tan perfectos, me tiraría horas sin cesar devorándolos

Clarke enredó los dedos en el pelo de Lexa y la atrajo, mientras gemía y gemía, con algún "oh dios" o "sí, Lexa". Los labios de la ojiverde aferraron fuertemente el pezón derecho y tiró de el, provocando un gemido aún más fuerte que el anterior. Con fuerza la agarró y la levantó. La rubia rodeo con sus piernas la cintura de Lexa y fue llevada hasta el dormitorio, mientras se devoraban la boca. Ya en la cama, terminó de desnudarla. Lexa se relamió los labios al verla totalmente desnuda, mostrando toda su intimidad:

– Yo también quiero verte desnuda.

Dijo Clarke mientras se incorporaba e intentó desnudarla:

– No

Respondió Lexa mientras le empujaba contra la cama. Clarke, le miró sin comprender ¿es que Lexa podía desnudarla y ella no? La morena, de rodillas sobre la cama comenzó a desnudarse. La rubia contempló aquella escena. Era la primera vez que veía un cuerpo femenino de esa forma tan lujuriosa.

Maravillándose con aquel cuerpo, Lexa era realmente hermosa. Estaba bien definida, aunque no pasó por alto una cicatriz que tenía casi desde la axila hasta debajo del seno izquierdo. Daba igual, para Clarke era el cuerpo femenino cuyas diosas griegas sentirían envidia al mirarlo. Cuando se terminó de quitar la última prenda, se tumbó encima de Clarke, inevitablemente gimió al sentir el calor excitante de su cuerpo, sus pechos acariciándose eróticamente:

– ¿Qué quieres que te haga Clarke?

Clarke intentaba tocarla y acariciarla, pero siempre apartaba sus manos:

– Quiero tocarte

Lexa soltó una risita:

– no, Clarke– La rubia frunció el ceño, mientras que la ojiverde besaba su cuello– vamos ¿qué quieres que te haga?

Átame  (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora