Capítulo 18. Nosotros también tenemos corazón.
I. Stark
Nos conocimos hace mucho tiempo atrás, cuando Aizen recién estaba al mando de Hueco Mundo. Ella había llegado a ese lugar gracias a la ayuda que Grimmjow le había brindado. Sin duda puedo decir, que desde que conozco a Grimmjow lo único que le puedo agradecer es el que haya traído esa mujer hacia mí.
— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó amablemente la de ojos morados.
—Me llamo Stark ¿y tú?
—Mi nombre es Roxanne Le Roux, espero que seamos amigos—dijo, extendiendo su mano.
—Yo espero lo mismo, my lady—contestó besando suavemente la mano de la mujer.
—Rox, vamos a entrenar—ordenó el de cabellos azules, enojado con el actuar de Stark
—Si Grimmjow. Lo siento, tengo que irme. Espero que podamos hablar nuevamente, Stark.
Esa fue la primera vez que hablé con ella, y la verdad es que jamás le había besado la mano a una dama hasta que la conocí. Lamentablemente me fui dando cuenta poco a poco, de que aquella mujer, estaba enamorada de alguien que no le correspondía como ella se merecía, y justamente tenía que ser el hombre más patán que conocía.
— ¿Y has entrenado mucho, Stark? —preguntó la mujer, mientras caminaba junto con la espada.
—La verdad es que me aburre entrenar—contestó sinceramente el de ojos azules.
—Ya veo, pero aun así eres muy fuerte Stark—comentó feliz de estar junto a la primera espada.
—Tú también eres sumamente poderosa. Me agrada mucho que alguien tan amable como tu este con nosotros—agregó el de melena, tomando la mano de la chica, hasta que fue interrumpido por alguien.
— ¿Qué estás haciendo Roxanne? Vamos, no te voy a esperar todo el día. Tengo cosas que hacer en la noche—aseguró fastidiado el aliado de Aizen.
—Lamento mucho tener que irme Stark, te prometo que hablaremos más cuando regrese.
Y siempre fue así. Todas las veces que estábamos un tiempo a solas, ese desgraciado aparecía para arruinarlo todo y hacerla sentir de ese modo. Era tan cruel con la única mujer que podría amarlo, que me molestaba de sobremanera.
Todo empeoró aquel día, cuando Roxanne dijo que ella le había dado órdenes a Grimmjow y Aizen como castigo la besó, para luego dársela a Gin y que este la torturara de una forma espantosa. Nunca salieron de mi mente los gritos que esa mujer emitía ante la espantosa tortura de Gin, o tal vez lo que nunca pude olvidar fue la reacción de ese desgraciado cuando por fin Ichimaru la había dejado de torturar.
—Grimmjow—lo llamó la mujer, sumamente herida, que apenas podía pararse debido a la tortura que había recibido injustificadamente.
—No me hables, zorra—contestó secamente, dejándola abandonada en la pieza de torturas, desangrándose.
— ¡My lady! —exclamó Stark, tomando suavemente el cuello de la mujer para que pudiese respirar mejor.
—S...tark.
Fue lo único que pudo decirme antes de quedar inconsciente por las múltiples heridas que había recibido. En esos momentos, no lograba comprender como Grimmjow podía dejarla abandonada a su suerte, siendo que ella había sacrificado su propia vida para salvarlo. Aun así, decidí dejar todos esos pensamientos de lado y solo me centré en intentar ayudar a Roxanne.
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La domadora de panteras
Fanfiction[TERMINADA]~En Las Noches no hay paz ni siquiera en época de tregua con los shinigami, y al parecer dos de los Espadas de Aizen no hacen más que causar alboroto. Estos son Grimmjow y una joven llamada Roxanne ¿qué función cumple ella entre los Espad...