Pista De Patinaje

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Ya había pasado el fin de semana que Candy pasó con su familia, fue al despacho de su papá para informarle que ya había llegado.

El despacho era una puerta de cedro de doble hoja, en la entrada estaba una pequeña salita y a su derecha estaba su escritorio él estaba revisando unos papeles, en éste había fotos de ella y su hermano Niel, pero él todavía estudiaba la universidad.

-El papá le dice…Hija ya es hora que te hagas cargo de la administración de las empresas.

-Ella le contesta… Pero papá yo quiero estudiar educación así poder abrir guarderías en las escuelas para nuestros empleados, ellos estarán más tranquilos por sus hijos.

-Hija estoy de acuerdo, pero tendrás que ir a Francia o a Londres a estudiar y tomar el cargo del corporativo de uno de éstos países.

-Si papá estoy de acuerdo contigo, así también veo las empresas y ver también el proyecto de las escuelas, te parece, pero papito a Londres no me voy, sabes que es el idioma que más se me dificulta.

-Está bien Candy, Francia, pero necesito que ya tomes enserio las clases de inglés, porque acaba de llegar un socio de Londres y en la semana hay una junta con él para hacer una auditoria en las empresas.

-Pero papá yo no voy a tener tiempo de ir, recuerda que tengo que ver lo del viaje a Francia, ojalá Michael estuviera aquí conmigo, además ya es hora que Niel éste al pendiente de las empresas y que vaya aprendiendo a manejarlas, Michael y yo no estaremos todo el tiempo y menos tú.

-Voy hablar con Michael para que me acompañe a Francia y así nos vamos juntos a Londres y así ambos nos ayudamos.

-Si hija, ojalá Michael pueda acompañarte y asesorarte y me encantaría que se fueran comprometidos.

Pero no me quiero comprometer, primero quiero ver mis metas cumplidas, con Michael a apenas llevamos un año de novios, el está en Londres en estos momentos en sus negocios con las navieras, se porta conmigo todo un caballero, por eso lo amo, está al pendiente de mí, aunque este lejos, así como confía en mi yo confió en él…

No puedo negar que William Albert Andrew es guapo, pero no lo conozco, a parte él y yo somos totalmente diferentes, no niego que me gustan mayores , maduros y que me enseñen, pero la primera impresión cuenta mucho , engreído, insoportable, presumido, a Michael lo conozco desde de que termine mi carrera, sé que no me cortará las alas, aparte de ser mi mejor amigo, me conoce bien, que sabe cuando alguien me llama la atención y viceversa, ambos somos muy celosos, jugamos, él sabe que me gusta leer, sabe que detesto patinar, por más que él lleva tiempo practicando conmigo patinaje, nadamas no doy una…Michael te necesito el sábado.. Me siento sola sin ti, te extraño mi amor…

Solo tengo tu foto y la abrazo, la beso…te extraño, ¿me extrañas como yo?... pensaba

En otro lugar al sur de chicago un hombre está entrando a sus oficinas, todos los empleados, lo saludan con amabilidad, la recepcionista y todas las mujeres suspiran por él, por dios si es un hombre tan guapo, camina seguro de sí mismo y un magnetismo que atrae como imán, una personalidad única y esa personalidad que a todos deja con la boca abierta, rubio de ojos azules como el cielo, barba que cubre su hermoso rostro, esa sonrisa que hace que caigan más que una a sus pies, saluda a su secretaria Diana

-Buenos días

-Buenos días Sr Andrew, desea que le lleve un café y el periódico.

Un Amor Que No Se OlvidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora