《Skinny Love》 [LS]

13

"The Storm"

Los días pasaron y Niall no despertaba, luego de haber perdido mucha sangre y no encontrar donante durante horas, el rubio peleaba por seguir en vida, pero cuando pudo mantener un latido cardíaco, ya había sido diagnosticado un estado vegetativo. Zoe estaba completamente devastada, deshecha en un mar de lágrimas y con la culpa de no haberle dicho antes de que esperaba un hijo suyo.

Louis se encontraba distante, tanto de Zoe como de mí, cada vez que lo encontraba él se alejaba, y nunca estaba en la habitación. No sabía a qué se debía su cambio repentino de comportamiento, por un momento pensé que se debía a mí, a que se había aburrido o se había dado cuenta de lo horrible que era. Las inseguridades volvieron a mí, llenándome los ojos con lágrimas al verme al espejo, odiaba en lo que me había convertido durante estos meses. Todo por lo que había luchado durante años se había ido a la mierda, y aunque pensé que con Louis a mi lado este sentimiento no surgiría, no fué así.

Aquella noche de lluvia torrencial nos atormentaba a cada uno de los pacientes internados en esa institución. La electricidad se había cortado y las enfermeras se encargaban de encender las luces de emergencia y algunas velas en los lugares muy oscuros. Por suerte en mi ala los enfermos estaban tranquilos, no quería imaginarme en el resto de los pisos al pensar que esto podría alterarlos.

A mí me ponía la piel de gallina, y más aún cuando me encontraba solo caminando sin rumbo alguno, volviendo de una consulta con mi médica. Observaba cómo las personas se movían rápidamente tratando de llegar a sus respectivas habitaciones, asumiendo que en ese lugar encontrarían un refugio al miedo que causaba la oscuridad. Sin embargo yo no pensaba regresar a allí, no quería correr el riesgo de encontrarme a un Louis Tomlinson, y que este me ignorara. Prefería quedarme con la ilusión que me hice en la cabeza los días mágicos que tuvimos juntos, y no arruinarlos con estos.

De pronto choqué con una figura masculina al estar tan distraído y oscuro en ese pasillo, por lo que llegué a distinguir en una ráfaga de luz que un relámpago hizo ver a través de la ventana, era un chico castaño con el cabello corto, los ojos oscuros y una sonrisa ladina con hoyuelos, era más alto que yo y desde lejos se notaba lo atractivo que era. Me sonrojé agradeciendo que no se notara, luego me disculpé pero aún sin moverme de ese lugar.

-No te preocupes, lindo- dijo coqueto mientras se acercaba más y más a mí-. Nunca te he visto por aquí, ¿Cómo es tu nombre, preciosura?

Temblé al notar la fría mirada que sostenía, recorriendo mi cuerpo de arriba a abajo sin pizca de vergüenza. Dí unos pasos hacía atrás esperando no ser muy obvio al querer alejarme, pero para mi poca suerte, mi espalda chocó contra la pared indicándome que aquél chico me acorralaría.

-H..Harry- respondí nervioso en un susurro mientras miraba a los costados buscando a alguien para que me socorriera-.

-Eres muy lindo, Harry- sonrió mostrando una hilera perfecta de unos blanquecinos dientes, pero la cual a mí me pareció malévola-. ¿Sabes qué es lo que más me llama la atención de tí?

Negué, sintiendo como se acercaba más a mi cuerpo, aplastándome contra el muro y pasando sus manos por los costados de mis costillas. Cerré los ojos rogando por que eso pasara, sin embargo aquél chico no parecía tener intenciones de dejarme en paz. Acercó su rostro a mi cuello, cerca de mi oreja, y pronto sentí una fuerte mordida en mi piel. Chillé en respuesta tratando de apartarlo, pero él era más grande y fuerte, y me apegó más a su cuerpo logrando sentir su miembro semi duro pegar contra mi pierna.

-Esos labios que tienes- susurró contra mi oído-. Me provocan follarlos ahora mismo.

Abrí los ojos sorprendido, y fué en ese entonces que noté en su mirada locura y lujuria. Fué en ese entonces cuando quise salir corriendo, sin embargo él me alzó de las piernas y me colocó en su hombro, cargándome como un costal de papas, mientras aprovechaba y me proporcionaba una fuerte nalgada. Grité pidiendo auxilio, pero al parecer nadie me escuchaba.