Una gran cantidad de cadáveres y sangre se encontraba en aquel lugar, el aroma del óxido y la putrefacción lo hicieron abrir los ojos en medio de la oscuridad...
¿Que habia sido todo eso?
¿Hacia cuanto estaba dormido?
Palpo su cuello, sonriendo al sentir el terrible ardor que el ya reconocía.
Esa pequeña dentadura se la sabia de memoria.
Se levanto complacido, sonriendo ladinamente mientras miraba a su alrededor...
Habían hecho mucho alboroto para encontrarlo y nadie se habia dedicado a limpiar.
Una pena.
Dejarle solo con aquel festin.
Pero era normal.
No tenian forma de saber que aquello ocurriría.
No tenian forma de saber que si Tweek le mordía, siendo un humano, lo transformaria despues de su muerte.
Feldspar camino por los pasillos, dandose un atracón con la cantidad absurda de cadaveres que ahí había.
Le resultaba repugnante beber aquella sangre cuando había probado ya la de su amada.
Pero necesitaba energías.
Las suficientes para ponerle punto final a todo ese alboroto y callar a unos cuantos.
Una vez salio del hotel, noto sus pintas, lleno de sangre y de apariencia de cadaver.
Recordaba su vida humana.
Recordaba a Tweek y su breve tiempo de reencuentro.
Se dirigió a su hogar, se aseó, cambio su ropa, miro por la ventana y camino tranquilamente como cualquier joven que vivia cerca de ahí.
Pero su atención se digirió a los guardianes de aquela mansión.
Supo exactamente que hacer.
Se acercó sin ninguna discreción.
Todos le miraron atemorizados ante su presencia, inmediatamente un joven castaño se acerco a él, haciendole una reverencia, era justo como el pensaba...
Su gente seguía mezclada con los Tweak a causa de su muerte a manos de estos.
"Tienen dos opciones... Pueden defender este lugar y morir en el intento o pueden volver y sus vidas serán perdonadas por ayudarme a matar a este clan a causa de su repugnante traición"
Las palabras fueron suficientes para dejar a todos callados, uno a uno, los guardianes se retiraron del lugar, en silencio, sin decir palabra alguna...
Nadie podia creer aquello.
Ahora era un titulo otorgado por aquellos que veían la escena...
Una leyenda, otro cuento más con su nombre.
Feldspar el que no muere.
Feldspar Tucker se abrió paso con facilidad, matando ferozmente a quienes lo retuvieran.
La mansión estaba hecha un caos adentro, todos se sabían bajo ataque pero desconocian al perpetrador.
Tweek se quedo encerrada en su habitación, sumida en una pena insoportable, indiferente de si moriría en ese momento o no.
Simplemente se quedo sentaba, mirando por el balcón hacia el jardín.
Las rosas blancas estaban salpicadas por sangre.
Se sentia traicionada... Herida... Su propia familia había hecho tantas cosas tan rastreras.
Tapó su rostro con sus manos y se dispuso a seguir llorando, sus jadeos y sollozos pronto la hicieron ignorar los griros agónicos y el gran caos que se oía afuera de su puerta...
Escuchó a su padre, a su madre...
Sabia que ocurría... Pero se rindió antes de intentar algo incluso.
Esperaba que la asesinaran...
Esperaba que su vida acabara y pudiera ver a Craig otra vez...
Se mantuvo quieta, expectante.
Escuchó su puerta abriendose mientras su corazón se aceleraba de la adrenalina y la emoción.
Sintió una mordida en su cuello y alguien apricionandola contra el suave colchon de su cama.
Sus ojos rojos...
Su mirada maliciosa y perversa.
Esa sonrisa ladina y confiada en su rostro...
Su frente contra la de ella, su mano acariciando su cintura amorosamente.
Beso sus labios con dulzura como lo hacia Craig, había algo de la ternura de Craig en él... Si...
Pero era él sin duda alguna...
"Feldspar..."
"Aquí estoy, cariño..."†
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Mint
FanfictionEncerrada toda su vida, sin esperanza de ver el mundo exterior jamás, sin entender por qué se le ha negado esa posibilidad y sus padres han decidido recluirla para siempre en aquella gigantesca mansión. Tweek conoce muy pocas cosas del mundo real o...