Epílogo

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La familia se encontraba sentada en su salon, al calor de las llamas en la chimenea, Tweek molestaba a Craig de manera juguetona, traviesa como ella misma.
"Podrias dejar de morderme, es doloroso maldita sea" se quejó Tucker mientras su pareja yacía bebiendo de su cuello, ignorando por completo la petición de su marido.
En vista de lo ocurrido Feldspar habia optado por llevarse a Tweek a Europa, donde podria mantenerla protegida y aislada de todo aquel ambiente hostil, dejando America como tierra de nadie.
Pero aquello era ya un recuerdo borroso, una anecdota lejana que compartían con sus amigos de vez en cuando.
Pues llevaban siglos juntos desde ese acontecimiento.
Era bien sabido por cualquiera que la familia Tucker y su decendencia eran miembros intocables de la sociedad, desde muy pequeños, la decendencia de Tweek y Feldspar habia sido rodeada por lujos y protección.
Con una gran familia, los Tucker habia construido un refugio para su bienestar, cuidando Tweek de cada uno de sus hijos, cinco siendo más precisos, todos varones, que, ante las leyendas y hechos, respetaban y temían a su padre a partes iguales.
Y todo quien lo conocia le temía terriblemente.
Su madre sin embargo se paseaba despreocupada a su alrededor, revoloteando cual mariposa molesta alrededor de un feroz felino que solo bufaba y se mantenia paciente ante la mujer que amaba.
Era normal que los jovenes miraran los comportamientos de su madre de manera extraña.
La mujer mordia y atacaba a su marido juguetonamente siempre que tenia oportunidad.
Feldspar por su parte mantenia lo mas que podia su apariencia estoica frente a su familia.
"Tweek, hasta aqui" dijo con voz sombría el hombre, su hijo mayor miro con preocupación la escena, temiendo por el bienestar de su madre, temiendo mas aun tener que intervenir si era necesario.
Pero Tweek ni lenta ni perezosa mordió violentamente a su pareja otra vez, haciendolo quejarse.
"No" dijo ella sonriendole traviesamente, el señor Tucker suspiro fastidiado solo para sonreirle a su mujer y acariciar su rostro, plantandole un beso en los labios.
Sus padres si que eran una pareja extraña...



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