◌✰್ 𝐌𝐀𝐗𝐈𝐍𝐄.
❝Una ventaja de ser un perdedor, es que no tienes nada que perder❞
Maxine Baudelaire es una guerrera Lyoko desde el principio.
Así que, a pesar de que Max pasó una vida dura no tarda en ayudar al rarito de su clase, Jeremy Belpois...
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MAXINE, JEREMY, ULRICH, YUMI Y ODD ESTABAN EN LA BIBLIOTECA DE LA ACADEMIA KADIC. Jeremy hablaba en voz baja con Aelita mediante su portatil, Ulrich y Odd jugaban a una especie de volleyball encima de la mesa con una bola de papel y Yumi hacia de árbitro. Mientras, Max no paraba de pedirles que guardaran silencio y que se comportaran, ya que trataba de estudiar.
Lo peor es que últimamente Max no tenía tiempo para leer por culpa de XANA y el colegio.
Jeremy terminó de explicarle a Aelita lo que era una biblioteca.
—Claro, necesitas silencio para concentrarte en tus estudios —decía Aelita.
—Sí, pero parece que eso a algunos no les entra en la cabeza —se quejó Max, viendo que Ulrich y Odd estaban en el punto de partido.
Ulrich y Odd se miraron frente a frente, con libros en medio de la mesa -para crear un muro entre ellos-, y siguieron tirándose la bola hecha de papel. Empezaron a golpearla mientras se la pasaban, pero cada vez daban a la bola más fuerte y entonces Ulrich perdió el equilibrio son la silla y se cayó al suelo.
Max negó con la cabeza cansada mientras refugiaba su cara en su libro, ya que Jim Morales se acercó a ellos cabreado.
—¡Ulrich! —gritó el profesor de gimnasia—. Por si no lo sabes, la biblioteca es para estudiar en silencio, no para hacer tonterías.
Max lo miró como "te lo dije" mientras Yumi se cagaba de la risa en silencio.
—Lo siento —susurró Ulrich, volviendo a sentarse. La puerta de la biblioteca se abrió de golpe y Max vio que era el director Delmas, acercándose a su pequeño grupo.
—Jeremy, ven a mi despacho, es importante —le pidió el director, no se le notaba muy serio, pero Max como siempre se temió lo peor.
Cuando Jeremy se largó con el director, los demás salieron y empezaron a esperarlo fuera del edificio de jefatura. Cuando finamente salió, miró a sus amigos con pena y empezó a caminar. Los cuatro se miraron con confusión y lo siguieron.
