Enamorada de Natsu Dragneel. (NALU).

♡Capítulo 3: No te acerques a él.

“Narra Natsu”.

¿Cómo qué no acercarme con ella? ¡Oh, vamos! Soy Natsu Dragneel y a mí nadie me da órdenes. Además toda chica linda tiene que pasar por mí.

-Si no te has dado cuenta, sí ella es. –Respondió Cana-

-Además Erza la quiere como su hermanita. –Respondió Mirajane mientras sonreía, yo solo me puse pálido, pero fruncí el ceño. Las ignoré ya que solo me sonreían. Entré a mi salón y allí estaban todos, claro faltaba el viejo del maestro-

-Oe, Gray. ¿Así que tú hermana ya entró? –Pregunté mirando a Gray que se encontraba platicando con Gajeel-

-Sí. –Respondió Gray mientras me miraba-

-¿Ósea que la coneja ya entro a Fairy Tail? Gee he. –Preguntó Gajeel riendo con esa risa qué lo caracterizaba-

-¿La conoces? –Pregunté mirando con curiosidad a Gajeel. Hace varios años no la veía desde qué había entrado a esa Academia.-

-Claro, es amiga de la enana. –Respondió Gajeel-

-Ya no hablen de mi hermana, idiotas. –Respondió Gray, parecía algo frustrado desde que se enteró que su pequeña hermana entraría a Fairy Tail. ¿Tanto le molestaba?-

-Acaso… ¿El stripper está celoso? –Dije mirando a Gray mientras reía al igual que Gajeel-

-Eh… Y-Yo… ¿Cómo s-se t-e ocurre pensar eso? –Dijo Gray nervioso-

-Oh, Dios. ¡No me jodas, Gray! –Dijo Gajeel riendo y Jellal el primo de Gray se acercó a nosotros-

-No puedo creerlo, Gray. ¿Estás celando a Lucy? –Preguntó Jellal mientras reía al igual que nosotros-

-¿Tú no celarías a Wendy? –Preguntó Gray mirando a Jellal-

-Wendy está en esté Instituto y nunca la he celado. –Dijo Jellal sonriendo orgullosamente-

-¡No mientas Jellal, si te he visto cuando la espías, cuando anda platicando con el hijo del maestro Macao! –Dijo Gray mientras lo miraba-

-Oh, Dios. ¡Son unos sobreprotectores! –Dijo Gajeel riendo- ¡Ya decía yo, que al ser primos deben tener cosas en común!

-¡Cállate! –Dijeron Gray e Jellal mientras se avergonzaban, yo solo reía pero por alguna razón… No dejaba de pensar en aquella rubia-

-¡Imbéciles siéntense! –Dijo el maestro que apenas acababa de llegar Gildarts-

-¡A las mujeres nos respeta! –Gritaron las chicas de nuestro salón-

-Ah… Sí, no me acordaba que hay mujeres en esté salón. Lo siento. –Dijo avergonzado Gildarts, en este salón lo que sobraba eran hombres, pero faltaban mujeres….-