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Un hermoso hombre llamó la atención de todas las personas que rondaban por esa zona. Su larga cabellera dorada se balanceaba al ritmo del suave viento. Su postura era recta, elegante. Su fina vestimenta no cruzaba la linea de lo extravagante. Era simplemente delicado, hermoso. Varias personas lo acompañaban, mientras las manos de aquel desconocido hombre acariciaban las hermosas telas que vendía la vieja Kim.

—Disculpe, señor... ¿Acaso sabe quien es el rubio? Creo que nunca lo había visto por aquí— Pregunto Hye, la joven señorita de diecisiete años de edad. La mitad de su cuerpo se escondía tras aquella pared, decorada con pequeñas letras rojas y negras. La otra mitad sobresalía a través de la ventana abierta. Junto a ella se encontraba aquel hombre pelinegro del cual la mayoria hablaba y hablaba sin cesar.

—¿Park? Es el dueño de la famosa tienda de Kimonos de la que todos hablan ahora. Dicen que el diseño de sus Kimonos es hermoso, pero no he visto a nadie de por aquí portando uno— Respondió con simplicidad, y añadió: —Escuche de la vieja Ho que ese tipo esta montando una casa de intercambio de dinero. 

— Es realmente guapo ¿No, señor?— Dijo Mizuki, una chica rubia con dos trenzas y ojos marrones. Su origen era japones. 

YoonGi, como se llamaba el hombre pelinegro hizo un gesto de desinterés. —No sé— Contesto apenas, frió y seco.

—Señor, no es para que se alarme o algo por el estilo, pero él esta mirando hacia acá—  Aviso Hye, una pequeña sonrisa se posaba en los labios de ambas jóvenes.

—No quiero problemas— Respondió el de cabellera oscura.

Park JiMin, el dueño el local de Kimonos se acerco a paso moderado hacia YoonGi. Yoongi rápidamente ordeno a ambas chicas que entraran y no salieran si él no lo permitía.

—¿Cuánto vales?— Pregunto Park emocionado, lo cual descoloco demasiado a el pelinegro. Varias chicas salieron de la casa, desobedeciendo las ordenes de su Señor, pero en su defensa ¡Nunca nadie había preguntado eso a su jefe! Pero YoonGi no lo tomo de buena forma ¿Quién tomaría de buena forma que alguien le preguntara eso? Nadie, seguro. 

De manera suave y delicada, acaricio el pómulo de JiMin con sus nudillos, haciendo que su cuerpo cayese inconsciente con el primer golpe. Sí, suave y delicado.

«Dicen que lo golpeo sin razón.»

«No me extraña ¿Qué se puede esperar de alguien como él?»

«Golpeo a el hombre rico ¡Está loco! Te lo dije.»

«Es un delincuente.»

Eran algunos comentarios que se escuchaban por las calles. 

Mientras tanto Yoongi se preguntaba que debía hacer. Park Jimin yacía recostado sobre aquella alfombra barata, no tenia heridas aparentes y dudaba haber causado algún daño interno, eso seria exagerar.

Comenzó a llover...— Susurro afligido. Se podía oír como las finas gotas de lluvia impactaban contra el techo de aquel lugar, de su hogar. Un pequeño escalofrió recorrió su cuerpo y mordió su labio con fuerza, evitando pensar en eso ahora.

Decidió llenar su cabeza con ideas para deshacerse de Park, por el momento la ganadora era tirarlo en el monte Fuji.

—Yoongi...

Su vista giro y vio a Park sentado en el suelo, su Kimono ahora se veía un poco desarreglado.

—¿Te llamas Yoongi?— Pregunto.

—¿Sigues vivo? Tal vez sea más efectivo con algún cuchillo o algo— Dijo fastidiado.

—Eres malo, Yoongi— Se quejo Park con risas de por medio.

雨 Ame [Yoonmin/Jimsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora