Cap 1

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Corría por la oficina saltando se aquí para allá no lo creía estaba dentro.

-¡Entré!¡Entré!¡GANE!- abrazaba el papel pero sin arrugarlo ya que era muy importante.

Después de media hora estar saltando de aquí para allá por ganar en el concurso de intercambio, me dirijo a mí casa.

-¡Ma!- le gritó mientras voy entrando- te... Tengo noticias- digo eso último apagado.

-hija hola- dijo ella nerviosa desviando la mirada del hombre que estaba frente a ella, yo por mi lado veo a los dos trilangutanes, porque eso no eran orangutanes eso eran como si un orangután se hubiera comido otros dos, eran altos y mi 1'50 no ayudaba.

-alexa, bebé... Ellos... Son- miraba a mi madre atentamente a los ojos.

-somos unos amigos de tu padre y vamos a llevarte donde él- hablo ahora el hombre que estaba sentado, era alto pero no tanto como los trilangutanes, era gordito pero con músculos, parecía un señor amigable, pero no me dejaría engañar así de fácil.

-mi padre está muerto- le digo viéndolo seria, sin ninguna expresión en mi rostro, con el ceño fruncido y con las palabras más frías e incluso crueles que me pudieron salir, vi que por los ojos le pasaba una chispa de risa, para luego a volver a su rostro serio.

-¿Eso te dijeron?- voltea a ver a mi madre- interesante- le sonríe- pero déjame decirte que te mintieron, el no está muerto.

-¡Ah! ¿No?- alzó una ceja y me crucé de brazos.

-no- me sigue el juego.

-¿Entonces?- volteo a ver a mi madre que estaba también sería.

-¿Que?- dice él.

-madre ¿Me puedes explicar?- me dirijo a ella también sería y frívola.

Respira Ondo y me mira- lo que escuchate, simplemente nos abandono, se fue con otras, dijo que ser padre no era para él, pero ¿Cómo decirte eso? ¿Cómo explicarte eso?- lo dice sería viéndome a los ojos- Después de un tiempo regreso y te quería con el, yo me negué pero el logra convencer muy bien, terminamos haciendo un trató y ese era que cuando me aburriera te ibas a ir con él y pues llegó el momento.

La miro a ella y después a el, siento como mis ojos comienzan a picar ¿Cómo podía ella decir eso sin ninguna pizca de emoción? pero pestañeo y les doy mi mayor mirada de odio a los dos, viendo como por un momento todo se pone tensó, ellos flaqueaban por un momento- me voy a empacar- fue lo único que salió de mi boca para luego dar la vuelta y irme, pero antes pare en la entrada- ah sí... Gane el concurso de intercambio, pero creo que eso ya no hará falta ¿O si?- tiro el papel al suelo y me voy a mi habitación.

•••

Después de empacar, mi madre se despide y entra a la casa, yo estaba dentro de él auto esperando para saber que iba a ser de mi nueva vida apartir de ese momento, estaba ansiosa, frustrada, con rabia y sobre todo con tristeza, eso explicaba muchas cosas de mi madre, ella Nunca se encariñó con nadie, yo no era la excepción.

-bueno nos vamos- hablor el hombre que no era un trilangutan.

-por cierto me llamo Alexandre.

-te diría el mío pero... Creo que ya lo sabes ¿No?- le miró a los ojos.

Este sonríe- claro, ese es mi trabajo, al igual que llevarte sana y salva a donde tú padre.

Lo ignoro y miro a la ventana, esperando a que esto solo termine, después de un largo tiempo llendo en el carro veo que estamos alejándonos mucho de la ciudad, eso solo significaba algo, aún que ya me lo imaginaba.

La Hija De La MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora