Estudiando en Londres/ H.S N.H

Primer día de clase.

Estaba de pie frente a un grupo de estudiantes de no más de 20 personas. La maestra estaba a mi lado presentándome a los que serían mis nuevos compañeros. Un día antes pensé que ese momento sería emocionante, pero ahora que lo estoy viviendo las tripas se me están entrujando al tener la atención de todos.

Apenas había llegado a Londres tres días antes. Un viernes 13, que suerte la mía. Mi padre es músico y había conseguido trabajo en el extranjero. Cabe mencionar que mi padre no es nadie famoso, es decir, es maestro de música. Había solicitado durante años poder trabajar en Europa. Y por fin lo logró. Pero sólo por un año, al menos así era su licencia. Tuve la gran idea de pedirle que fuera con él. No sabía en el jodido lío en el que me he metido. Ahora sólo somos él y yo, ya que mi madre no quiso empezar de cero en otro lugar. 

Los chicos frente a mí me observaban, sólo dos o tres personas me sonreían amablemente. Era algo de lo que ya estaba lista. "Cuando estés allá conocerás a muchas personas educadas. Pero no esperes que sean sociables contigo". O al menos eso me habían comentado. La verdad la diferencia de cultura seria demasiada. En mi país los jóvenes suelen ser más extrovertidos, sociables y no les da vergüenza sacar conversación con algún extraño en la calle o en una fiesta. En cambio aquí, la gran mayoría suelen ser serios, no es que te discriminen o algo, sólo que son más reservados. 

La maestra me pidió que me presentara con los demás, ya saben, decir lo típico que debe hacer uno cuando eres el nuevo.

 — Hola, mi nombre es ___ Felix. Tengo 16 años y soy de México. 
Perfecto, la verdad es que tampoco dominaba del todo el idioma, sabía que notarían al instante mi acento marcado. 

La maestra le dijo a su alumna destacada que ahora en adelante ella me mostraría la escuela, y que así mismo me ayudara a socializar. La chica se llama Karen, es rubia de ojos verdes. Luego  me pidió que me sentara, busqué algún banco vacío. Había uno al fondo y me alegré por ello. No me gustaría la idea de estar al frente. Cuando me senté divisé a mi alrededor. A mi lado se encontraban dos chicos, uno rubio y otro castaño con rulos. Ambos me miraron, no dijeron nada. Pero sus expresiones no eran serias, sino más bien de curiosidad. Frente a mí estaba una chica delgada y castaña, de un cabello largo y lacio. Ella volteó a verme y me sonrió, yo hice lo mismo. la clase terminó y todos iban saliendo poco a poco. Yo seguí sentada, estaba un poco nerviosa pues no sabía a dónde debía ir. Karen seguía sentada y me dijo:

  — Vamos, no pasa nada. Te llevaré a la próxima clase. A las 10 am tenemos la hora de comida. Te seguiré mostrando la escuela más tarde. Aquí no cambiamos de grupo, sólo de salón y maestros. Así que no tienes nada que temer, te salvaste de tener que presentarte otras 8 veces.

— Está bien. —
Contesté casi en susurro. Me sentía rara, como si fuera de otro planeta. Karen se miraba muy amable, así que me sentí mejor, no estaba tan sola después de todo. 

Nos saltamos la hora de comida, Karen me explicó que ella no comía a esa hora, sino hasta llegar a casa. Además yo no tenía hambre, así que aprovechamos para que me mostrara la escuela. luego de media hora vi como se nos acercaban los tres chicos que estaban junto a mí en la primera clase. 

  — ¡Hola!, yo soy Melanie. Mucho gusto, espero te guste la escuela, ¡Me encanta tu bronceado!. La verdad nunca hemos tenido algún compañero de otro país, es interesante. Tal vez luego nos cuentas de tu país, si quieres te puedes juntar con nosotros, debe ser difícil para ti vivir en otro lugar.

Le sonreí, no sabía que decir, estaba muy nerviosa. Pero me alegraba que encontré a personas más sociables, pensaba que estaría sola un buen tiempo. Junto a Melanie estaban los dos chicos que vi antes, el rubio y el cabello rizado. Ahora me sonreían, pero seguían sin decir nada.

  — Ellos son Niall y Harry. Verás que con el tiempo te llevarás bien con ellos, no suelen ser tan serios como ahora, pero supongo que se sienten extrañados porque eres nueva. No estamos muy acostumbrados a convivir con personas nuevas. La mayoría aquí nos conocemos desde el kindergarten.  Si deseas también nos podemos buscar después de clases, solemos ir por malteadas y hacer la tarea juntos. 

Sinceramente creo que me llevaré bien con todos ellos. Sobre todo con Melanie, se ve que habla hasta por los codos, pero es muy buena onda. 

La escuela se miraba muy bonita también, es bastante grande. Para mí sería fácil perderme. Los uniformes me encantaban, pues eran elegantes. 

Quizá todo no era tan malo como pensaba.