—E-esto n-no es posible... —balbuceó el ingeniero, susurrando lo último al final.
Justo en frente de él estaba Steve, héroe de la infancia y actual pareja, con el objeto más importante de su vida temprana.
Su cobijita.
— Y-yo, ella, tú...estaba perdida. —tartamudea, viendo el cobertor con nostalgia.
—Si, bueno...yo...la encontré. —dice el súper soldado mientras se rasca la nuca con clara incomodidad ante la exagerada reacción del castaño.
Alguna vez Tony había estado lo suficientemente ebrio como para contarle algunas cosas de su infancia, no muchas, pero era ganancia dado a que él no habría dicho ni pío sobre eso estando sobrio.
Él había ido a Shield, pues Fury le había asignado una misión para la semana entrante y estimaba que para cuando volviese de ella sería el cumpleaños del genio y, sin ideas de que regalarle, quiso algunas sugerencias.
Le preguntó a V.I.E.R.N.E.S. cuál podría ser un buen regalo, pero la IA respondió con cosas que ya le había obsequiado al millonario con anterioridad, que ya tenía o que este ya había hecho.
Ante el dilema no tuvo más opción que ir a preguntarle a Tony, encontrándolo en el laboratorio mientras tarareaba una canción de Black Sabbath y apestando terriblemente a alcohol.
Iba a regañarlo cuando su pareja empezó a decir desvaríos.
Resignado a que el genio no le haría caso en ese estado y que probablemente no lo recordaría —porque sí, a veces el castaño no recordaba nada— decidió escucharlo y, por alguna razón, le siguió el juego.
Tony habló sobre algunas experiencias chistosas, alguna que otra excentricidad que había hecho hace años, temas triviales e incluso sobre su niñez, no dijo mucho sobre eso último, pero algo era algo.
En eso se le ocurrió preguntarle cuál sería uno de los mejores regalos que podrían darle.
El genio contestó "Tú saliendo de un pastel desnudo o haciéndome striptease. Alguna de mis fantasías sexuales también podría ser buena idea..." dijo, a lo que Steve bufó, pero el menor siguió..."Pero como obviamente no lo harás... tal vez, mi cobija... sí, eso... eso estaría bien..."
Ligeramente desconcertado y un tanto intrigado decidió preguntarle acerca de la cobija. El de piel canela habló vagamente sobre ella, diciéndole que era su mantita de cuando era niño y que un día simplemente ya no la encontró.
Al día siguiente, tal y como sospecho, el ingeniero no recordaba nada, y a pesar de eso lo regañó, aunque decidió reservarse para sí lo que habían hablado.
Cuando volvió de la misión buscó como loco la famosa frazada sin éxito, teniendo que improvisar un regalo, siendo este un pícnic en el parque, el cual al genio pareció gustarle...y le encantó porque para él el simple hecho de poder estar con Steve era el mejor de los regalos. Pero claro, eso no lo sabría el rubio hasta unos pocos meses antes de que se casaran, pero eso es punto y aparte.
Volviendo al tema...
Encontrarla fue un rollo.
Por alguna razón la manta acabó en Los Ángeles, al otro lado del país.
Lo primero que hizo fue visitar a la servidumbre que en ese tiempo atendió a la familia Stark, siendo un hombre de la tercera edad llamado Chet quien le confirmó que se había ido en una de las tantas ventas de garage que la familia solía hacer cada tres años, le dijo que la había comprado una tal Karen, quien también trabajaba en la mansión, según recordaba.
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The blanket | Stony
FanfictionSteve encuentra la cobijita de Tony de cuando era niño.