Ahora Es Tuyo [NamJin]

I n i c i o

—¿Seguro que no tienes ningún inconveniente?

—Jin ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? Por mí no hay problema de que vivas conmigo en el nuevo departamento, es más, toma la habitación más grande —sonrió mientras sellaba la caja de cartón.

—A veces te pasas de buena persona, siento que me aprovechó de ti —me arrastré a su lado para ayudarle.

—Mi padre decía que las buenas acciones algún día se regresan, y yo estoy dispuesto a ayudarte, SeokJin. Algún día tendré mi recompensa ¿No crees?

—Por eso tu padre es mi escritor favorito —sonreí—. Claro, después de ti.

Los dos reímos.

Después de salir de la casa y llorar en el hombro de Yoongi, mis cosas quedaron amontonadas en la sala de él.
Entonces decidí que era mi nuevo inicio, el cual chocaba con la mudanza de Yoongi a un departamento más grande, pues a su parecer necesitabamos más espacio para los dos.
¿Así se sentía ser incluido? Porque recuerdo que NamJoon jamás pidió mi opinión, él escogió la casa, el decidió el auto, el incluso decidió cuando nos casariamos.

El amor a veces puede llegar a ser tan deslumbrante.
Es como si tú ser no importara con tal de que tu amor esté bien ¿Pero eso es correcto? En una relación donde sólo das y no recibes, lo único que se provoca es el desgaste de alguno de los dos. En mi caso, NamJoon fue quien abrumó todos mis sentidos, velaba por su bien, cuando él solo extendía la mano y recibía de mí.

—¿Quieres elegir el color de las paredes? —la pregunta de Yoongi me sacó de mis pensamientos.

—¿Yo?

—Si, así me ayudas a decorar, supongo que por eso no pude ser decorador de interiores, siempre me estresaba —bromeó.

—Hoy estás de buenas ¿Se puede saber por qué?

—¿Se necesita una razón? —se cruzó de brazos.

—No, pero debe haber una hoy.

—Publicarán mi artículo sobre la superación personal —confesó.

—¡Eso es demasiado genial, Yoongi!

Tenía que abrazarlo, saber que su esfuerzo había valido la pena me hacia feliz.

—Tú fuiste quién me dio el último empujón para terminarlo. Todo este tema de tu divorcio me hizo darle los últimos detalles. Espero y no sea un problema —se alejó de mí.

—No, no lo es, al contrario, me ayudaste a seguir adelante.

—¿Entonces has superado a NamJoon? —preguntó.

—Aun no, me falta mucho por recorrer, pero tengo claro que mi vida no era lo que creía, y no regresaría a eso por nada del mundo.

—¿A qué te refieres?

—¿Recuerdas como hablaba de NamJoon? —asintió—. Yo lo veía así antes de todo esto. Él no era un ángel, y hasta apenas me di cuenta. NamJoon no me valoraba, tan sólo me quería ahí para su comodidad.

—¿Te usaba? —su ceño se frunció.

—No, pero me trataba como si solo estuviera ahí para sus necesidades y si no lo hacía se molestaba fácilmente.

Bajé la cabeza, apenado por mis palabras, casi abría la boca de más.

—¿Por qué tengo el sentimiento de que quieres decirme algo más? —preguntó cuando me vió callarme totalmente.

¿No perdía nada con hablar, cierto? Lo hecho, hecho estaba, no había vuelta atrás y el daño estaba hecho. Pero yo no quería hacer ver a NamJoon como un monstruo, porque no lo era, él tenía sus buenos momentos.

—El se alteraba mucho, incluso intento golpearme una vez —mi cara ardió en vergüenza.

—¿Qué?

—Yoongi, NamJoon varias veces intentó golpearme... ¿Cómo es que no lo noté? Era muy agresivo ¿Qué tan estúpido fui? Incluso una vez quiso lastimarme por pedir ser el de arriba.

—¿Cómo es posible que hayas aceptado ese trato, SeokJin?

No pedí permiso, corri hacia los brazos de Yoongi buscando refugio.

—Y no se lo dije a Jimin. No pude decirle esas cosas por vergüenza ¿Y si le hace lo mismo? —mi voz sonaba obstruida por tener la cara en el pecho de Yoongi.

—Todos tenemos un lado bueno y malo, SeokJin —acarició mi cabeza —. Si es inteligente se dará cuenta tarde o temprano, así como tú, apenas notaste que NamJoon no es un ángel —su mano acarició mi cabello—. Nadie es bueno al cien porciento.

—Tienes razón.