18 - Epílogo

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Nacimiento

La mañana había sido tan tranquila que se podía escuchar el pequeño zumbido de los insectos volar por los maizales; tan lleno de paz y armonía.

Después de los meses de tormenta y caos, habían logrado establecer los días a cómo eran antes, como debían ser siempre.

– ¿Cómo están mis chicos? – La voz de su pareja destinada hizo que regresara a la realidad.

– Se mueve mucho, creo que se está acomodando. – Contestó con un ligero gruñido cuando el bebé dio una ligera patada en ese momento.

– Oh pero que travieso, alguien está muy impaciente de salir de ahí. – Alec se sentó al lado de su demonik en la banca columpio que había construido.

– Pues yo también estoy impaciente de que nazca, quiero ver al bebé más hermoso del mundo. – Dijo el moreno colocando su mano en su ya muy abultado vientre.

Los meses habían pasado con normalidad, habían vuelto de su viaje regresando a casa, completos, como habían prometido, y tal vez con dos adiciones más a la familia.

No solo habría un bebé en la casa Lightwood.

Habían tardado un mes en llegar a su hogar; sin embargo, en cada aldea que pasaban corrían la voz de los "jóvenes héroes", aquellos que regresaron a los sobrevivientes con sus amados, y dando sus condolencias a otros para los que fue demasiado tarde.

Pero saber que derrocaron a Valentine Morgenstern, se hacía justicia suficiente.

Los amigos adicionales que se habían unido a la batalla, regresaron a su hogar. Emma y Tessa prometieron ir a visitarlos para conocer al nuevo bebé, mientras que Kieran habló de... Cosas... Con un tímido Alec, y Mark hizo lo mismo con Magnus, haciendo que la pareja tuvieran más conocimientos.

Ragnor y Raphael se fueron con ellos, habían decidido mudarse con tal de estar con el felino por lo que restaba de su embarazo y después de éste, para vivir con sus nuevos amigos, su familia.

Agradecieron a Luke por todas sus enseñanzas y pequeñas batallas, despidiéndose con una gran sonrisa, con promesas de próximas visitas y reuniones de entrenamiento.

"Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ustedes", había dicho su maestro, entrenador y amigo, a los seis chicos que habían encontrado aquel día al bosque.

Para cuando regresaron a su aldea natal, la pequeña casa que había sido destruida por una lluvia de bolas de fuego, se había convertido en una gran casa colorida y hogareña. La gente de la aldea se había fortalecido y se habían ayudado unos a otros.

Sobre todo a los Lightwood por tener una familia tan valiente.

Por supuesto que todos se habían sorprendido al ver al gran dragón, el único, estar embarazado, pero tampoco se sorprendieron tanto después de haber visto el fuerte amor que tenía con su destinado.

Su magia estaba unida y realmente era especial.

Alec se había puesto a investigar en sus días libres; ya que, trabajaba para tener su propia casa con su amado, acerca del espíritu del hombre que se les apareció después de haber derrotado al dragón y a su jinete.

Después de mucha ayuda y tiempo, había descubierto que el dragón de Valentine no debió haber nacido, no en esa época; el próximo era claro, su magnífico felino; por lo que después de relacionar tantos sucesos, historias y hasta rumores, al final supo la verdad.

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