Sweet sin.

611 102 38
                                    

Jimin llevaba esperando cerca de quince minutos en la entrada de la escuela a su mejor amigo.

Habían sido tres largas semanas desde que no se habían visto; a Jimin se le hicieron eternos aquellos días. Le había mandado algunos mensajes a Jeongguk en ese período de tiempo, pero había dejado de enviarlos porque sentía que su sola presencia le molestaba al mayor. Sabía que unos mensajes no definían su relación, pero se preocupaba en demasía por él, aunque presentara una fuerte apariencia ante los demás. Que viera sus mensajes y no le respondiera no le ayudaba en nada, pero le parecía bien. Después de todo, no era quién para obligarle a contestar si él no quería. Aún así, si era sincero, extrañaba esas veces que conversaban hasta altas horas de la madrugada.

Revisó su reloj de muñeca por una última vez, aún faltaba tiempo para entrar a clases, aún había tiempo de sobra para que Jeongguk llegara y Jimin no tuviera que esperarlo otro día más con los nervios jugando en su estómago.

Pasaba cada persona a su lado y sólo esperaba levantar su cabeza y ver que finalmente había llegado, pero aún no era así. Sólo podía intentar parecer calmado, intentar parecer paciente.

Sintió su cabello platinado ser revuelto de un segundo a otro, mientras una risa se incluía a esa cálida caricia.

ㅡ Ggukie, ggukie. ㅡ El apodo había salido de su boca con tanta facilidad que llegaba a sorprenderle, ya que, hace tan sólo unos minutos atrás no podía ni respirar de los nervios. ㅡ ¿Acaso pensabas llegar más tarde?

ㅡ A ver, pequeño pollito. ㅡ El recién llegado se sacó sus auriculares, guardándolos junto a su celular en su chaqueta de cuero. ㅡ Sabes que siempre llego atrasado porque quiero, no parezcas sorprendido. Por cierto, ¿estás más bajo?

ㅡ Jeongguk, voy a golpearte. ㅡ Sus mejillas estaban levemente infladas y sonrojadas a más no poder. ㅡ Como si tú fueras tan alto. ㅡ Cruzó sus brazos, mirando a un costado. Era verdad, Jeongguk era mucho más alto que él, pero no creía que era la gran cosa. Jimin pensaba que si fuera suficientemente elevada su altura, aplastaría a Jeon de una sola vez como si de un insecto se tratara.

ㅡ Así que el pequeño pollito se encojió más. ㅡ Jeongguk sintió un empujón, y luego como unas pequeñas manos golpeaban su pecho, acción que le causaba gracia en lugar de "dolor".

ㅡ Eres tan idiota. ㅡ Jimin finalmente se había alejado y colocado la capucha de su hoodie color muzgo, el cuál, le quedaba un tanto grande. Gustaba de las prendas más holgadas que ajustadas a su cuerpo. Jeongguk le molestaba con que parecía hundirse en su propia ropa.

Antes de comenzar a avanzar junto al pelirrojo, analizó su persona una y otra vez, frunciendo el ceño por preguntarse como podía lucir tan malditamente bien en todo. Gorro de lana negro con su cabello rojizo a la vista, camiseta negra con el logo de una de sus bandas favoritas "The Misfits", jeans deteriorados apegados a sus fuertes piernas, razgados y con cadenas colgando de sus costados, bototos de cuero negros y su tan infaltable chaqueta de cuero, también negra, que se le agregaba a su aspecto de "chico malo". Había subido la mirada a su rostro, encontrándose con un nuevo piercing que se había hecho en su labio inferior. Se sintió tonto por no haberlo notado antes. No le sorprendería si incluso se había hecho un nuevo tatuaje en alguna parte de su cuerpo que estuviera cubierta por la ropa.

Miró a su alrededor. Todas las chicas parecían babear por él. Incluso unas dos chicas de un curso inferior habían impedido que Jeongguk avanzara por meterle conversación de una fiesta que organizarían el viernes por la noche, por lo que había escuchado.

HELDIN : ヘロイン KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora