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Para cuando llegaron al cuarto de control se dedicaron a inspeccionar rápidamente la ubicación de las cámaras. Había una en el living, otra en la entrada principal y el jardín, una en el segundo piso y las habitaciones, por último el sótano. Y Yoongi tuvo la sensación de que las cámaras están justo donde deben estarlo. Tanto que la única pantalla negra en la esquina inferior derecha le quitaba la perfecta armonía.

—Aquí, este es el tipo que estaba al mando.

Jimin se había inclinado hacia la pantalla en la esquina superior izquierda. Yoongi lo imitó.

—¿Qué es lo que están haciendo?

Los hombres se estaban ubicados alrededor de una mesa leyendo lo que parecían ser unos planos bien detallados, al parecer los maletines, que se encontraban justo en el centro, no eran el punto de atención por el momento. Todos dentro de la habitación se encontraban muy metidos en eso. Yoongi se preguntó por que enviarían a dos idiotas a vigilar las cámaras de seguridad siendo que esto era esencial si no querían ser atrapados en caso de que burlaran la seguridad. Como ahora.

—Están tratando de desarmar la bomba.

Jimin lo miró con una obvia mueca de molestia. No le gustaba el hecho de que esos maletines tuvieran un plan de emergencia dentro, claro, era útil en situaciones como esta pero el detonador podría herir a inocentes. Y el no quería eso.

—¿Qué tanto daño puede hacer el detonador?

Yoongi le respondió con su tan famoso tono monocorde y sereno. Cualquiera podría decir que el era totalmente indiferente a lo que estaba pasando pero lo cierto es que estaba tan preocupado como Jimin.

—Lo suficiente como para derribar un avión.

Jimin suspiró, le hubiera gustado saber más de la bomba, así tal vez podría hacer algo más efectivo que solo suponer. Pero no era su culpa, la tarea de aprender como desarmar esta bomba era parte del trabajo de Yoongi, no el suyo. El tenía la combinación para abrir los maletines sin problema. El trabajo fue dividido perfectamente en caso de que algo pasara. Jin era muy minucioso. Namjoon también.

Pero su hyung y el se reservaron que podría desarmar cualquier cosa con ver un poco. Tenia cierto don con las armas.

—Bien, debemos irnos.

Se aproximó a la puerta esperando ver al mayor tras el pero solo lo vio inclinarse y tomar dos copias de seguridad. Yoongi siempre era muy astuto. Jamás dejaba un cabo suelto.

Yoongi volteó y le sonrió. Algo así como una mueca curveada hacia arriba.

—Tal vez necesitemos esto.

Balanceó las copias en sus manos y luego caminó fuera.

—Seguro.

Yoongi mantuvo la delantera mientras bajaban las escaleras con dirección al sótano. El aire poco a poco se hizo espeso, entonces a Yoongi le recorrió esa sensación de que algo podría salir mal. Esa pequeña paranoia que siempre le da en medio de las misiones, se giró y jaló a Jimin en un beso. Corto pero sonoro. Jimin lo miró sin entender realmente por que lo hizo pero no dijo nada al respecto. Si bien no estaba de acuerdo con las distracciones durante las misiones tampoco es que sea reacio al tacto del rubio.

El mayor giró para recomponerse de la pequeña sensación del peligro inminente. Por alguna razón si esto llegaba a estar fuera de su control quería tener en su memoria el recuerdo de un ultimo beso con el hombre tras el. Al menos eso lo confortaría. Demasiado para su propio bien.

Cuando llegaron a la habitación que sería el lugar donde estaban lo maletines se colocaron a cada lado de la puerta, las armas listas para disparar. Y la adrenalina corriendo por sus venas tan rápido que lograba hacerlos temblar en expectativa.

Yoongi movió su muñeca de manera extraña y unas esferas del tamaño de unas canicas rodaron en su palma. Negra y gris.

Jimin sabía que eran. Esas mierdas habían sido un dolor en el culo cuando tuvo que escapar del mayor en una apuesta sobre quién podría llegar a la madriguera de un grupo de imbéciles que cometían zoofilia. Jimin tuvo que arreglárselas cuando el gas se libero de las canicas. Inhalar solo un poco llegaba a marearte y a hacerte perder el sentido.

Y ahora que habían dos y que los pobres diablos de la habitación no tenían una puta idea de lo que les iba a pasar le hizo sonreír. El espectáculo iba a ser de tallas mayores. 

El detonador se encuentra en uno de los maletines, pero si abrimos el otro explotará igual. Se activará de cualquier manera si no es con la contraseña.

Yoongi esbozo una mueca llena de burla y arrogancia. Pequeños estúpidos.

Hizo rodar las esferas por la rendija de la puerta entre abierta. Poco a poco podía ver como el gas se liberaba dejando una sutil capa amarillenta, podía escuchar a algunos toser cuando el aire se volvió más ácido. Metió la mano en su bolsillo y se colocó el cubre bocas que lo caracterizaba tanto. Regresó su vista a Jimin solo para verlo cubierto, al igual que el. Entonces levantó los dedos marcando tres segundo.

—¿Joder que mierda es eso?

—¡Malditos cabrones, nos encontraron!

La puerta se abrió de par en par entonces ambos tomaron una bocanada de aire antes de entrar y disparar a todos lo que se interpusieran en su camino.

Jimin apuntaba a las piernas y a las costillas. Eso le dejaría fuera de combate. Mientras que Yoongi apuntaba justo en medio de la frente de todos. Estaba sediento de adrenalina y venganza. Nadie se metía con el y salía vivo.

Nadie.

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.

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Lamento no actualizar tan seguido, pero estoy comenzando mi ultimo año y estoy a tope de trabajos y demás.

Espero este capítulo les guste porque tengo planes retorcidos para este fic 7u7.

So, la pregunta de la semana es:

¿A qué quieren dedicarse en un futuro?

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