Su caminar era firme a pesar de no conocer el terreno, su mirada, al contrario que su caminar, vagaba por todas las edificaciones que le rodeaban. Examinaba cada detalle que las tenues luces le permitían ver. Las calles desoladas, la brisa moviendo las ramas de los árboles con suavidad daba un tono algo tétrico pero armonioso a la misma vez; simplemente perfecto.
El dócil silencio que se había formado fue interrumpido por un tenue sonido el cual provenía de lejos, pisadas rápidas que se acercaban por su espalda. Sin emoción frenó su caminar mirando por el rabillo del ojo, esperando al chico que emitía tal sonido y olor tan dulce; podía asegurar que era un omega.
Los pasos se hicieron más fuertes con el pasar de los segundos dejando a la vista una silueta humana. Alta, con los cabellos desordenados, notablemente agitada. A pesar de que JiMin estuviera de espaldas a este con su cabeza apenas girada lograron hacer contacto visual.
Con cierto aire de superioridad optó por girarse notando que este chico volvía a avanzar. Sus labios esbozaron una tenue sonrisa nuevamente, sabía que lo estaba buscando. Le daría el lujo de estar con él, con tal, este lo había encontrado, cuya cosa no era fácil.
A pesar del gran logro que este chico había conseguido gracias a su plan, ya no sabía que hacer. Quedó allí, parado, admirando la esbelta figura del más bajo a lo lejos. Trataba de seguir con sus pasos firmes. No se sentía intimidado pero la curiosidad de ver al fin el rostro de aquel sujeto lo hacía dudar de su propia existencia. Nadie había salido sano de un encuentro inesperado con aquél sujeto de cabellos rubios, pero nadie sabía cómo podía salir si era un encuentro forzado.
Ambos quedaron quietos, examinando sus cuerpos sintiendo una inmediata conexión. El miedo del pelirrojo se había ido al ver el rostro contrario. Aquellas facciones eran muy delicadas, su mirada lo cautivó por completo. Unos pequeños ojos rasgados uno celeste y otro marrón avellana, unos labios carnosos, su mandíbula y clavícula bien marcadas, pero aquellas grandes mejillas lo hacían verse tierno y no rudo como en un primer momento.
—¿Desde Tokyo? O quizás Busan, sí, Japón, Corea del Sur, Indonesia también Sidney, luego China y Canadá, Chile, Argentina, Brasil y ahora, Uruguay. ¿Por tanto tiempo me has seguido?,¿para qué? —Su voz estaba ronca, muy áspera y profunda. Aveces hacer gritar a la gente involucra tener que gritar.
—Te sigo desde que dejaste tu trabajo a medias conmigo, cariño.
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Walking -JiMin
FanfictionUn dulce alfa que camina por las desoladas calles de Montevideo sin rumbo fijo por las noches, un alma en pena en busca de un acompañante para sus largas caminatas; su próxima víctima.