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— Tú debes de ser Nerea —me dijo una chica con una gran cicatriz en la mitad de su cara—. Mi nombre es Emily, un gusto. —me tendió su mano, la cual acepté gustosa.

— Bienvenida al país, soy Sam, el líder de la tribu. —me saludó el hombre a su lado con una sonrisa ladina.

Yo le sonreí de vuelta con amabilidad. Seguido de eso, nos fuimos del aeropuerto.

Durante el camino hacia la reservación ninguno intentó hablar conmigo, lo cual agradecí en mi interior. No me había dado cuenta que me había quedado dormida hasta que Sam me tocó el brazo con timidez.

Me bajé del auto y caminé hacia dentro de la casa que estaba enfrente del auto, cuando entré vi a muchos chicos y a una sola chica junto a ellos mirando hacia un televisor, pero sus ojos volaron directamente hacia mí en cuanto notaron nuestra presencia.

— Muchachos ella es Nerea, se quedará con nosotros un tiempo —me presentó Sam con un tono de voz autoritario—. Por favor, tratenla bien y háganle sentir cómoda. —ordenó y todos asintieron con la cabeza.

— Mi nombre es Leah. —se presentó la chica, un poco seria. Me tendió su mano y yo la tomé, un poco nerviosa por tener a muchos ojos encima de mí esperando alguna reacción.

Luego de ella apareció un chico alto y moreno, con cabello corto y con los ojos un sutilmente rasgados, bastante tierno y dócil a mi parecer. Tenía un ligero parecido a Leah.

— ¡Hola! Mi nombre es Seth, soy el hermano menor de Leah. Bienvenida a la reservación. —expresó con alegría y no me dejó responder ya que me dió un efusivo abrazo que yo correspondí con una sonrisa tímida.

Al parecer es un chico muy afectuoso.

— ¡Tarado, la asustas! —otro chico apareció detrás de él, dándole un golpe en la cabeza—. Hola preciosa, soy Embry y él es mi amigo Quil, un gusto conocerte. —me sonrió y a su lado llegó otro chico del montón que había, pero éste me miró de pies a cabeza y no me saludó.

Extraño.

Le di una sonrisa amable a Embry y luego miré a Sam algo incómoda, ya que no solía interactuar mucho con las personas.

— Hola, mi nombre es Jared y aquí estaré por si necesitas algo. —me sonrió de manera amable.

Le sonreí del mismo modo en respuesta.

— Soy Jacob, pero puedes decime Jake, bienvenida. —se presentó otro chico moreno y bastante alto, aunque todos parecían medir dos metros y tenían la piel morena.

Le sonreí también y mi mirada viajó por toda la habitación, viendo a cada uno a los ojos para identificarlos, hasta que vi a otro chico ajeno a la conversación al otro lado de la habitación, mirando su teléfono.

— Él es Paul, no habla mucho... y ten cuidado si se enoja. —me susurró Jared.

— Gracias, tendré en cuenta todo lo que me dijiste.

Solté una pequeña y apenas audible risa que probablemente nadie hubiera escuchado, pero en ese instante, Paul levantó su mirada, en donde se encontró junto con la mía. Instintivamente volteé a mirar a otro lado, sintiéndome algo extraña.

Él, por otro lado, se levantó de golpe y empezó a temblar, luego caminó hacia mí con rapidez, aún temblando, y con su mirada fija en mí.

— ¡Paul, no te acerques a ella! —le ordenó Sam, pero éste ni siquiera pareció escucharlo.

En ese momento Jared y Embry saltaron sobre él y se lo llevaron lejos, específicamente al bosque.

Sam se quedó mirando la escena asombrado, volteé a mirar a los demás y también estaban viendo sorprendidos el lugar por donde se fueron los tres chicos.

— Nunca pensé en llegar a ver esto. —comentó Leah minutos después, partiéndose de risa.

Todos los demás le siguieron y de un momento a otro, la sala se inundó en risas de parte de todos, hasta de Sam y Emily.

— ¿Llegar a ver qué? —pregunté seria y confundia. La verdad es que no entendía nada de lo que estaba pasando.

Todos se callaron de inmediato y me vieron con algo de... ¿preocupación? O, ¿temor?

— Nerea, ¿conoces las antiguas leyendas Quileutes? —preguntó Sam con el semblante serio y autoritario.

— La tía Nadia me había hablado de ellas hace mucho, ¿por qué? —lo miré levantando una ceja.

— ¿Sabés lo que es la imprimación? —esta vez preguntó Jacob.

Yo asentí con mi cabeza y luego caí en cuenta sobre lo que estaba pasando.

— Pero si las leyendas son ciertas, entonces los... Esperen, ¿ustedes son metamorfos? —me crucé de brazos mientras miraba a Sam, esperando una respuesta.

Éste miró a Emily y luego volvió a poner su vista en la mía, asintiendo con la cabeza.

Genial, ahora el tipo ese se ha imprimado en mí, ¿podría pasarme algo peor?

— Nerea; Sam y yo sabemos sobre ti, no tengas miedo de mostrarte tal y como eres, tampoco tienes que esconder tus habilidades y poderes. —dijo Emily, mirándome comprensiva.

— Espera, "¿tus poderes?". ¿Tienes poderes? —preguntó el chico que recuerdo como Step, o tal vez era Seth, con algo de emoción en su mirada.

Creo que hablé demasiado pronto.

OceanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora