La vida es relativamente sencilla: naces simplemente para morir. Todo se complica si naces con una mariposa por corazón.
Con una mariposa por corazón estás sentenciado: las garras afiladas del amor te atraparán. Te arrastrarán de un lado hacia otro, de arriba hacia abajo. Te desorientarán del camino que seguías desde tu nacimiento y harán que las cosas más sencillas y simples desaparezcan. ¡Paf! ¿Qué te queda ahora, sino dudas dónde había seguridad?
Con una mariposa por corazón, luchando por aletear débilmente, serás cuidadoso. La mariposa es muy delicada y tendrás que luchar por mantenerla sana, tarea complicada cuando ya es díficil mantenerla sólo viva. Tarea más complicada aún cuando las sonrisas la hagan volar alto, muy alto, corriendo el riesgo de caer de golpe. La mariposa también hara esfuerzos e intentará ralentizar la caída. Esos esfuerzos son limitados, sin duda.
Con una mariposa por corazón, aprenderás su forma peculiar de alimentarse. Gana fuerza con palabras bien escogidas, consigue más fuerza aún con los gestos adecuados, y puede llegar a revivir con una bonita mirada, que quizás esconda también otra mariposa por corazón.
Con una mariposa por corazón, no todo será como quisieras. Muchas veces querrás la soledad que tanto habías intentado alejar de ti, para quedarte a solas con tu mariposa. La explicaciones que le pidas no tendrán respuesta, la mariposa encuentra motivos que los demás no pueden ver.
¿Tienes miedo de tener una mariposa por corazón? Algunos nacen sin ella. Muchos no consiguen mantenerla con vida, y otros consiguen engañarla y arrancarle la voz. Pero, ¿por qué ibas a hacer eso tú? Te perderías todas las ventajas de tener una mariposa por corazón.