Estando en Berlín - (Manuel Neuer)

CAPÍTULO 1

No llevaba mucho tiempo de haber llegado; estaba realmente enojada con mis padres, aunque en realidad todos andaban de mala actitud... mi padre y mi madre estaban sumamente enojados entre ellos por asuntos íntimos de pareja.

A mi hermana realmente no le importaba más que ella misma, con tres años menos que yo aunque nos parecemos físicamente no compartimos los mismos gustos excepto, y desafortunadamente alguno que otro chico del que nos habíamos enamorado las dos. A comparación de otras hermanas ella y yo somos un desastre conviviendo juntas; ella es mucho más extrovertida y ciertamente más popular en la escuela de lo que yo fui. Yo en cambio suelo ser más asocial y solo tenía dos amigos allá, así que esta mudanza podría permitr tener un cambio en la vida como una segunda oportunidad de intentar abrirme más con las personas.

Alemania... clima grisáceo y caras largas. Mujeres realmente hermosas que aplastan ciertamente tus expectativas de conseguir un buen partido con algún buen chico, porque... te quitan el puesto. Si en mi país nadie se fija en mi dudo que alguien aquí lo haga. (Bueno, pero tampoco es que los alemanes y los norteamericanos seamos tan diferentes). Al menos ya me había graduado del "High school" y aqui sería donde empezaría la Universidad en el área de arquitectura y nada me lo impediría; ni siquiera el seguro divorcio de mis padres.

Ya conocíamos nuestra casa al menos por fotografías, valorada por algo así como 700.000 dólares americanos, cosa que no estaba nada mal; también recuerdo perfectamente que vine a presentar los exámenes de admisión para dicha Universidad y después de eso volví a mi país en un abrir y cerrar de ojos puesto que no me habían dado muchos días para alojarme en el país, y por suerte ya dominaba casi perfectamente el alemán aunque se me dificultaba la pronunciación.

Al llegar a nuestro nuevo hogar descubrimos que era mucho más grande de lo que se veía en las imágenes y cada uno podría tener su propio cuarto; al fin no tendría que compartir más con mi hermana. Realmente estaba cansada por el viaje y no quería escuchar a mis padres discutiendo más, cosa que había arruinado prácticamente todo el momento mágico de conocer nuestra nueva vida. Mi madre nos dijo que podíamos escoger el cuarto que quisiéramos excepto el más grande con vista a la calle principal, así que rápidamente cogí mis cosas y me encaminé escaleras arriba antes de que mi hermana llegará primero que yo, y de hecho lo hice, entré en el primer cuarto que vi el cual resultó ser el segundo más grande de la casa.